INDUSTRIA

India se sitúa entre los objetivos prioritarios de Navantia para 2024

La oferta de construcción de submarinos para su Marina permite la posibilidad de exportar el S80 español

La Unidad de Sistemas del astillero de San Fernando juega un papel clave en esta apuesta tecnológica internacional

maqueta del barco multifunción que persigue ahora Arabia LA VOZ

JAVIER RODRÍGUEZ

CÁDIZ

Los proyectos navales del gobierno de India se suman a las aspiraciones internacionales de Navantia para el próximo año. India junto con Turquía y Australia aglutinan los encargos militares más ambiciosos para insuflar nueva carga de trabajo en los astilleros públicos. Se espera también la decisión final de Arabia Saudí para un nuevo encargo militar que incluye cinco buques de combate multi-misión. El preacuerdo se firmó el noviembre de 2022 en Riad y ahora se ultiman los detalles de del contrato definitivo, el segundo entre España y Arabia.

La Unidad de Sistemas del astillero de San Fernando se encargaría de desarrollar parte de la tecnología que necesitarían estos barcos. Así, la compañía española espera conseguir en los próximos meses un megacontrato con India valorado en 2.000 millones de euros , lo que supondría un enorme acuerdo para el grupo. Esta negociación ha estado gestionada por el director general de Navantia en el país asiático, José Porto, quien habló de este futuro acuerdo como una estrategia para reforzar su presencia en la India.

Navantia firmó el pasado julio con la compañía india Larsen & Toubro un acuerdo de colaboración con el fin de presentar conjuntamente una oferta técnico-comercial para el programa de submarinos P75 (India) de la Armada india.

Este programa requiere que cada licitador indio se asocie con un colaborador extranjero para ejecutar el programa de construcción de seis submarinos convencionales equipados con propulsión independiente del aire, junto con repuestos, simuladores, elementos de apoyo en tierra, formación y transferencia de tecnología (ToT). Se trata del mayor proyecto de adquisición en el ámbito de la defensa, valorado en más de 4.800 millones de euros. Le seguirá un contrato de mantenimiento del ciclo de vida de 30 años por un valor similar. Este contrato sería el primer programa que se tramitaría bajo el ambicioso modelo de asociación estratégica de adquisición del Ministerio de Defensa. L&T y Navantia firmaron un memorando de entendimiento para el programa el 11 de abril de 2023 en Madrid, que culminó en acuerdo en julio.

 

Turquía, con la petición de un buque anfibio, y Australia, que persigue seis corbetas, son también clientes vips

 

 

Según el precontrato, Navantia llevaría a cabo el diseño de los submarinos, basados en los de la clase S80, el primero de los cuales fue puesto a flote en 2021 y a finales del pasado noviembre se entregó a la Armada.

Además de la clase S80, Navantia participó en el diseño y construcción de los submarinos de la clase Scorpene junto con DCNS (ahora Naval Group) de Francia, que han sido exportados a Chile y Malasia. Navantia también ha participado en los submarinos Scorpene (clase Kalvari) construidos en India.

Con los equipamientos submarinos, Navantia espera recibir también unos 4.800 millones de euros a cambio. En total, si la operación llega a buen puerto, la empresa pública se embolsaría casi 7.000 millones de euros con los acuerdos.

Vanguardia y tecnología

Navantia da un paso significativo para exportar su submarino S-80 al exterior. Apenas hay un puñado de países en el mundo con capacidad de fabricar sumergibles destinados a las Fuerzas Armadas y España es uno de ellos. El submarino S-81 'Isaac Peral', el primer submarino construido por España y del que se producirán, al menos, tres unidades más entre 2025 y 2028, se entregó a la Armada el pasado 30 de noviembre, con diez años de retraso y un sobrecoste de 2.000 millones de euros.

La nueva arma submarina que entrega Navantia llega en un momento crítico para la Armada, que había visto mermar su capacidad submarina en los últimos años, con apenas una unidad operativa para el combate (S-71 'Tramontana') y otra reservada para adiestramiento (S-71 'Galerna'). Queda por ver si este hito histórico y tecnológico para la industria española de defensa logra ser rentabilizado mediante su exportación. India es uno de los objetivos más inmediatos y apunta a convertirse en un cliente vip de Navantia junto con Arabia, Australia y Turquía.

L&T y Navantia están explorando también posibles vías de cooperación en otros programas militares, así como en oportunidades de energía verde, incluida la eólica marina a través de la división Navantia Seanergies.

Por lo que respecta a la relación entre Navantia y Australia sigue viento en popa a pesar del revés que sufrió la empresa española en junio de 2018 con la pérdida de un contrato multimillonario para la construcción de nueve fragatas. Este acuerdo se lo llevó la inglesa Bae-Systems. De nuevo, el Gobierno australiano ha tirado de cartera para renovar su flota y pide ahora corbetas.

El pasado noviembre se estrecharon aún más los lazos de colaboración al firmar Navantia Australia (filial de la empresa española) con los astilleros australianos Austal y Civmec una alianza estratégica para ofrecer al Gobierno de este país una propuesta de diseño y construcción, con el objetivo de suplir la urgente necesidad de la Marina Australiana de aumentar su capacidad.

Estas corbetas, diseñadas por Navantia, requieren una tripulación más reducida que los buques de mayor tamaño, manteniendo al mismo tiempo altas capacidades integradas de guerra antiaérea, antisuperficie, antisubmarina, electrónica y asimétrica, incluyendo soluciones soberanas como el sistema de combate australiano Saab y los radares de CEA Technologies.

En cuanto a las aspiraciones de Navantia con Turquía, su presidente, Recep Tayyip Erdoğan, dio un paso en firme al anunciar el pasado octubre la decisión de su ejecutivo de invertir en un segundo portaaviones, similar al primero, diseñado por Navantia sobre la base del buque español 'Juan Carlos I' y bautizado con el nombre de 'Anadolu'. Este barco, con tecnología española, se construyó en Turquía por transferencia tecnológica y se encuentra operativo desde el pasado abril en manos de la Marina turca.

El astillero español presentó en 2020 una oferta actualizada para la construcción de un segundo buque de asalto anfibio a su socio turco Sedef, empresa que se encargó de la construcción del 'Anadolu' en Turquía. El presidente turco ya se refirió a este segundo buque en noviembre de 2021 cuando afirmo que, si bien el «primer portaaviones no fue a gran escala, hemos acordado la construcción de un segundo a gran escala y con más prestaciones». De este modo dejó clara la intención de que el siguiente encargo sería para un barco más ambicioso.

El acuerdo definitivo para este nuevo encargo naval se fraguó a finales del pasado julio durante la feria naval de IDEF, celebrada en Estambul, donde Navantia mostró sus capacidades operativas y técnicas en un stand propio.

El segundo buque anfibio al que aspira Turquía recibirá el nombre de ' Tracia' y estará inspirado también en el 'Juan Carlos I' pero será de mayores dimensiones. Solo queda el tramo final para cristalizar el acuerdo de construcción que, si bien no será en las factorías españolas, sí contará con el diseño, tecnología y apoyo de nuestro país.

De hecho, la construcción del 'Anadolu', que empezó en 2016, la compañía pública española se embolsó unos 140 millones de euros y proporcionó una cifrada en su momento en casi 900.000 horas. El astillero de San Fernando fue el encargado de desarrollar los paneles de control del buque.

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