incendio en tarifa

El incendio de Tarifa obligó a desalojar el camping de Valdevaqueros: «Cogimos lo justo y salimos corriendo»

Cerca de 40 familias fueron desalojadas por el incendio forestal y encontraron refugio en el pabellón municipal de este municipio gaditano

Las imágenes del incendio de Tarifa: el fuego obliga a desalojar a 1.500 personas

Última hora del incendio en Tarifa: los cambios de viento complican el control del fuego, en directo

Desalojados del camping de Valdevaqueros en el pabellón municipal de Tarifa. ANTONIO VÁZQUEZ

Lo que comenzó como una tarde tranquila de verano en el camping de Valdevaqueros, en Tarifa, se convirtió en cuestión de minutos en una escena de evacuación urgente. Pasadas las 16:00 horas de este martes, se declaró un incendio forestal en una zona cercana al pareja natural del Estrecho. El fuerte viento de levante y las altas temperaturas avivaron las llamas, forzando la evacuación inmediata del camping, en plena temporada alta.

El pabellón municipal de Tarifa acogió a unas 40 familias de forma provisional tras el desalojo. Colchonetas en el suelo, mochilas improvisadas como almohadas y voluntarios de Cruz Roja repartiendo mantas y comida conforman el nuevo escenario de unas vacaciones que, para muchos, cambiaron de rumbo en cuestión de minutos.

«En cuanto vimos fuego, cogimos nuestras cosas y nos fuimos», relata aún conmocionada Maite, una madre de familia llegada desde Vitoria con su marido y sus dos hijas pequeñas. «Nos encanta Andalucía, venimos casi todos los veranos, y esta vez pensábamos pasar aquí una semana entera. No nos lo podíamos creer».

A pesar del susto, la familia se mostraba optimista y trataba de adaptarse a la situación con calma. «No pasa nada, asumimos lo que ha pasado y lo más importante es que los cuatro estamos bien», afirma. Con ese ánimo, habían decidido aprovechar el día para pasear por el pueblo de Tarifa mientras esperaban noticias sobre el control del incendio.

Desalojo en minutos

Estas familias se vieron obligadas a dejar el camping de forma apresurada. Algunas salieron en sus vehículos; otras, caminando hacia zonas seguras. En medio del desconcierto, muchas familias buscaron refugio temporal en las dunas cercanas, a la espera de instrucciones.

«Estábamos tranquilamente descansando, cuando empezamos a ver una columna de humo», cuenta este turista madrileño que viajaba con su familia y su perro. «Una de las empleadas del camping nos dijo que empezáramos a recoger. Cogimos cuatro mudas y salimos hacia las dunas. Cuando vimos que el fuego no se apagaba, nos indicaron que fuéramos al pabellón».

También estaba un matrimonio de Cádiz que pasaba unos días en el camping con sus nietos, vivieron la evacuación con sorpresa y preocupación. «Nunca imaginamos algo así», dice Rosa, aún visiblemente afectada. «Vimos a gente recogiendo a toda prisa y supimos que era serio. Agarramos una mochila con lo que pudimos y salimos en coche».

Ahora, instalados en una esquina del pabellón, los niños juegan ajenos a la tensión vivida horas antes, mientras sus abuelos intentan restarle dramatismo a la situación. «Al principio se asustaron un poco, claro, pero ahora están tan tranquilos, jugando como si nada», comenta Antonio con una sonrisa. «Lo importante es que estamos bien y que esto, con suerte, se quedará en una anécdota».

Un pabellón convertido en refugio

El Ayuntamiento de Tarifa habilitó de inmediato el pabellón municipal como espacio de acogida temporal. Cruz Roja se encargó de recibir a las familias desalojadas con mantas, botellas de agua y camas plegables. A mediodía de este miércoles, los afectados aún permanecen en el recinto, a la espera de que la situación se controle por completo.

«El susto ha sido grande. Lo importante es que estamos bien», asegura una de las voluntarias de Cruz Roja. «En estas situaciones lo menos que podemos hacer es transmitir tranquilidad«.

La incertidumbre domina el ambiente. Aunque el fuego ya no avanza como el día anterior, los servicios de emergencias no han dado aún luz verde para regresar al camping. La prioridad es garantizar la seguridad total de la zona antes de permitir el retorno.

Los vecinos también fueron evacuados

El avance del fuego no solo obligó a desalojar el camping de Valdevaqueros, sino que también afectó a vecinos de la zona cercana a la conocida Ruta del Buda, donde varias viviendas quedaron expuestas al humo y a la proximidad de las llamas. Algunos residentes tuvieron que abandonar sus casas de forma preventiva durante la tarde del martes.

«Nos dijeron que por precaución nos fuéramos, que el fuego estaba bajando con el viento», cuenta Dolores, vecina de una casa rural en las inmediaciones del sendero. «Metimos al perro en el coche, cerramos ventanas y nos fuimos con lo justo a casa de familiares que tenemos en el pueblo de Tarifa. Esta mañana hemos podido volver, por suerte todo está bien, pero fue angustioso».

Otros, como Francisco, que vive a pocos metros del camino rural, prefirieron quedarse atentos a la evolución del fuego desde una zona segura. «Dormimos en casa de unos amigos en el centro de Tarifa. Esta mañana vinimos a ver cómo estaba todo y parece que lo peor ya ha pasado. Hay que agradecer el trabajo de los bomberos y la Guardia Civil, han estado toda la noche pendientes».

Poco a poco, algunos residentes fueron regresando a sus hogares, mientras las labores de vigilancia y refresco continuaban en la zona.

El avance del fuego, bajo vigilancia

El incendio, que continúa activo, ha movilizado a medios terrestres y aéreos del Plan Infoca. A lo largo de la noche se han realizado trabajos intensivos de control perimetral, aunque las condiciones meteorológicas no han sido favorables. El viento ha dificultado las labores de extinción, obligando a mantener activado el nivel 1 del Plan de Emergencias.

«No hay que lamentar daños personales ni heridos, que es lo fundamental», explican desde el operativo, «pero pedimos precaución y paciencia, porque hasta que no esté todo controlado, no se puede permitir el acceso a zonas afectadas».

Vacaciones interrumpidas, pero solidaridad activa

Para muchas de estas familias, lo que sería una escapada de descanso y sol se ha convertido en una experiencia angustiosa. Sin embargo, entre los afectados también se respira solidaridad y agradecimiento hacia los voluntarios, personal de emergencias y vecinos de Tarifa.

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