Narcotráfico Cádiz

Importante golpe de la Policía a la venta de cocaína en Cádiz, detenidos desde los camellos a los proveedores

El origen de esta investigación que ha llevado a los agentes hasta Bilbao y a incautar más de 60 kilos de esta droga fue el dueño de un taller por donde deambulaban a menudo vendedores «históricos» de la capital gaditana

El grupo estaba liderado por uno de los mayores traficantes de la provincia, afincado en Jerez, relacionado también con otro narco de Sevilla

La Policía entra en uno de los puntos de registro. En Cortadura, Cádiz. a. vázquez

M. Almagro

Iván se confió y ese ha sido su final. Tanto que fue capaz de estar arreglando motos a la Policía en su propio taller y al mismo tiempo ser el supuesto enlace en Cádiz de una de las redes de venta de cocaína más importantes que actuaban en la provincia. Tanto, como para guardar en su casa del barrio de Santa María más de un kilo de ese polvo blanco en una mochila. Y tanto, como para no parar de trapichear con camellos 'históricos' y muy reconocibles a pesar de tener su comercio justo al lado de la Subdelegación del Gobierno y de la sede policial donde paran y trabajan todas las patrullas. O al menos eso es lo que se desprende de la investigación.

Y así, hasta que el pasado 13 de julio los agentes fueron a buscarlo y se lo llevaron engrilletado acusado de ser el principal proveedor de numerosos traficantes que vendían cientos de gramos y papelas en la capital gaditana y en otras localidades cercanas.

Iván fue la primera pieza con la que el Grupo de Tráfico Organizado Udyco Bahía de Cádiz empezó a armar un puzle 'de libro', un encaje perfecto con cuya confección han conseguido desarticular la organización «más potente» de distribución de cocaína que operaba en Cádiz. El grupo estaba liderado por uno de los mayores 'capos' de este tipo de tráfico afincado en Jerez y, que, a pesar de que se sospecha que lleva años en el 'negocio', hasta la fecha, no ha sido detenido. No se le había podido vincular de forma tan «clara y directa» como esta vez.

El resultado de esta operación ha sido presentada este jueves a los medios en la Comisaría Provincial y se ha completado con la detención de 16 personas, la incautación de 68,15 kilos de cocaína de gran pureza, la ejecución de trece registros y el decomiso de doce vehículos y más de 35.000 euros en efectivo.

Pero, tal y como ha significado el jefe de Udyco, la verdadera importancia y trascendencia de esta investigación ha sido, además de borrar del mapa a una organización de tal calado y actividad, lograr tejer la madeja completa. Es decir, acabar con los camellos, con los puntos de venta, pero también con el surtidor y su escala superior, los proveedores: el narco de Jerez y otro de Sevilla, quienes disponían la droga para que llegara a su destino: hasta las calles, a los barrios y, en definitiva, a la dependencia. Todos los eslabones.

«Hacía tiempo que no se hacía una investigación de estas características y con estos resultados en Cádiz capital», manifestaba el inspector jefe Ignacio Vega, orgulloso del empeño puesto por su unidad. «Normalmente en narcotráfico de este nivel trabajamos en otras localidades, Sanlúcar, Jerez... pero el origen esta vez ha estado aquí», reiteraba. De ahí el guiño a la ciudad en el mismo nombre que han puesto a la operación, 'Gadir'. «Teníamos una especial ilusión en que todo saliera bien».

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Desde Cádiz, Sevilla y Bilbao, fase a fase

Y para que eso ocurriera han tenido que ir paso a paso. Hilando. Y con mucho cuidado ya que cualquier chivatazo o desliz podía desmoronar todo. Así se han completado hasta tres fases.

La primera de ellas, como explicamos, comienza en la capital gaditana. En ese taller de Iván. De ahí no dejan de salir informaciones que apuntan que en ese local «hay mucho trasiego de venta de droga». «No lo podíamos permitir». Así, los agentes se ponen manos a la obra y comprueban que esas sospechas son ciertas, que vendedores 'históricos' de Cádiz, de amplios historiales, se pasean a menudo por allí y que además tienen contacto habitual con otras personas del entorno de este pequeño empresario.

Pero los agentes deciden ir a por más. ¿De dónde sale esa droga de tal pureza?, ¿quién hay más?. Y tras diversas gestiones se fijan en 'El Gaviota', un vendedor de Sevilla, de Sanlúcar la Mayor, con antecedentes y asentado también en estas lides. Así, con un nombre más, llegan al siguiente. Esta vez a Jerez. Hasta un individuo de unos 40 años, apodado el Boína, que al parecer, «se mueve» en estos mundos pero al que jamás se le ha podido vincular de manera directa. Muy escurridizo. Sin embargo las vigilancias y demás prácticas que se realizan sobre este nuevo objetivo dan positivo.

Entonces, y aunque ya tienen resuelto gran parte del asunto, continúan y suben a por el siguiente escalón empeñados en dar con quien les suministra la cocaína en España. La ecuación lleva hasta Bilbao. Y allí todo encaja aún más. Los agentes montan un dispositivo en el puerto de la ciudad e interceptan una furgoneta. En su interior trasladan nada menos que 66,5 kilos de coca, droga vinculada con el 'capo' de Jerez y, por tanto, con el resto.

Registros y detenciones

Con todos los cabos ya atados y las personas identificadas, comienza toda la fase de explotación, registros y detenciones. Primero caen los escalones intermedios, en Cádiz, Jerez , Sanlúcar de Barrameda y Sanlúcar la Mayor (Sevilla). En este punto, se intervino un total de 1,65 kilos de cocaína y 9,5 kilos hachís, y se decretó el inmediato ingreso en prisión de los investigados.

Y de manera posterior, este pasado mes de agosto, se procedió a la detención de las personas que integraban los eslabones más bajos, los dedicados a la venta al por menor y con numerosos antecedentes por trapicheo.

La operación sigue abierta y no se descartan nuevas detenciones. Entre otros, la del Boína, el «capo de Jerez» que se encuentra fugado desde que los agentes interceptaron la partida de Bilbao. Sin embargo, y según la Policía, su arresto «se producirá y rendirá cuentas. Ahora está sufriendo una doble condena, estar escondido, huido y lejos de su familia... cuando más tarde o más temprano lo vamos a coger».

Según la investigación, la cocaína que tenía como último destino Cádiz, llegaba al País Vasco desde Sudamérica -presumiblemente desde Colombia-. Como se ha destacado se trata de una droga de gran pureza, entre el 80 y el 90 por ciento, lo que multiplica su capacidad de distribución y precio una vez que es cortada por los siguientes vendedores.

La organización había invertido una cantidad cercana a 1,5 millones de euros en esta remesa de estupefacientes y esperaba saldar la operación de adquisición y posterior redistribución de la mercancía con dos millones netos de beneficio.

El subdelegado del Gobierno en Cádiz, José Pacheco, quien ha asistido a la convocatoria a los medios junto al comisario provincial, Santos Bernal, ha querido destacar el trabajo realizado por los miembros de la Udyco que han participado en esta operación. «Ha sido de una gran complejidad, porque no sólo está la parte visible sino todo el trabajo que está detrás y que no se ve. Han logrado desarticular una organización completa, de difícil alcance», valoró Pacheco, quien además destacó la importancia y los resultados del Plan de Seguridad del Campo de Gibraltar que comenzó en 2018 y para el que espera, según dijo, una continuidad y refuerzo.

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