ROCÍO 2025
La Hermandad del Rocío de Puerto Real culmina con fe y alegría su camino hacia la aldea
A las puertas de la aldea almonteña, los peregrinos viven las últimas horas de un camino marcado por la devoción, la hermandad y la ausencia de incidentes
Sanlúcar vive su día grande con el embarque en Bajo de Guía de la hermandad de El Rocío
Fotos: Día grande en Bajo de Guía con el embarque de la hermandad de Sanlúcar

A las puertas de la aldea almonteña, la Hermandad de Nuestra Señora del Rocío de Puerto Real vive las últimas horas de un camino marcado por la devoción, la hermandad y la ausencia de incidentes. Tras dos intensas noches en el sendero, mañana viernes 6 de junio llegarán a El Rocío, completando un trayecto que, en palabras de su hermano mayor, Miguel Montes, «ha sido una bendición desde el primer momento. No tenemos que lamentar ningún incidente».
«Llevamos dos noches de camino y todo ha transcurrido con mucha tranquilidad. Afortunadamente no hemos tenido incidentes importantes y el ambiente de hermandad ha sido extraordinario. El tiempo nos ha acompañado más de lo esperado, sobre todo después del calor que sufrimos el pasado fin de semana en la provincia», explica Montes con emoción.
La peregrinación, que comenzó a comienzos de esta semana, ha sido vivida con intensidad por los hermanos y devotos que acompañan el Simpecado de Puerto Real. El itinerario ha incluido los tradicionales momentos de oración, cantes al alba, paradas para la convivencia, y el paso por parajes naturales.
Aunque el trayecto no ha estado exento de imprevistos técnicos, como la avería de un tractor que acompaña a la comitiva, la situación fue resuelta con rapidez gracias a la colaboración entre los romeros, según asevera Montes.
«Tuvimos una pequeña avería con uno de los tractores que transporta los pertrechos, pero se solucionó en poco tiempo gracias a la buena disposición de todos. Este tipo de cosas, lejos de suponer un problema, es normal en la peregrinación», detalla el hermano mayor.
Un clima favorable y sin contratiempos
Las previsiones meteorológicas habían generado cierta preocupación tras el repunte de temperaturas vivido el pasado fin de semana en Cádiz. Sin embargo, el clima ha sido benévolo con los peregrinos.
«Esperábamos mucho calor, pero el tiempo ha sido respetuoso. Las temperaturas han sido soportables y eso ha permitido caminar con más tranquilidad y sin incidentes sanitarios», añade Montes.
Desde el inicio del camino, la Hermandad ha mantenido una estricta organización que ha velado por la seguridad y el bienestar de los participantes, incluyendo un equipo de apoyo sanitario y logístico.
La mirada puesta en la Virgen
Con la llegada a la aldea prevista para mañana viernes, la emoción comienza a florecer entre los hermanos. El encuentro con la Blanca Paloma, tras días de sacrificio y entrega, se vive como un momento único.
«Llegar a la aldea es culminar un sueño. Es imposible describir con palabras lo que sentimos cuando nos acercamos al Santuario. Cada paso, cada oración y cada lágrima del camino cobra sentido al ver a la Virgen», expresa Montes, emocionado.
Un fin de semana de recogimiento y celebración
Una vez en El Rocío, la Hermandad de Puerto Real participará en los actos litúrgicos y celebraciones previstas para el fin de semana, entre ellas la presentación ante la Virgen el sábado y la esperada procesión del lunes de Pentecostés.
«Esperamos que todo siga transcurriendo en paz y con alegría, que es como se vive verdaderamente el Rocío. Para nosotros, más que una romería, es una manifestación profunda de fe y comunidad», concluye Miguel Montes.
Con los corazones llenos de esperanza, los romeros de Puerto Real ultiman sus pasos hacia la aldea, donde la devoción rociera se renueva año tras año, como una promesa que nunca se rompe.