reportaje

El «gravísimo error» de una fecundación in vitro en Cádiz que ha destapado un escándalo

El factor humano es la principal hipótesis que se maneja en el caso de la denuncia de una pareja que tras someterse a una reproducción asistida en el hospital Puerta del Mar ha descubierto que el padre del bebé no es en realidad su padre biológico

Los expertos apuestan por un mayor control y por endurecer los protocolos y el Defensor del Paciente ya ha llevado el asunto a la Fiscalía: «No puede volver a pasar»

Proceso de fecundación in vitro en un centro especializado. La Voz

María Almagro

Cuando lo que se tiene entre manos es la vida de una persona, la forma en la que se maneje todo lo que tenga que ver con ello, desde el principio hasta el final, es precisamente vital. Su éxito es completamente celebrado. El fallo o el fracaso puede ser ya algo irreparable. El caso de un supuesto error en una fecundación in vitro en el hospital Puerta del Mar en Cádiz saltaba a la luz pública esta semana despertando estupefacción, sorpresa, alarma... Una pareja ha denunciado haber sido víctimas de un fallo durante un proceso de reproducción in vitro en este centro hospitalario público. Tras haber gestado y tenido a su bebé, han descubierto a los dos años que el niño no es en realidad hijo biológico del padre. «Están devastados», cuenta a este periódico el abogado que les está llevando el asunto.

Tal y como detallan en la reclamación que ya han presentado y por la que se ha iniciado una investigación, esta pareja inició el proceso de reproducción asistida en 2019. «Su sueño era tener un hijo, juntos». Por ello se pusieron en manos de esta unidad y comenzaron a someterse a la transferencia embrionaria hasta que resultó positiva en marzo de 2021, tres días después de la captación ovocitaria. A finales de ese mismo año nació el pequeño.

«Hasta ese momento estábamos ante un matrimonio que, tras un proceso de fecundación in vitro había conseguido el sueño de tener un hijo en común- o al menos eso era lo que ellos creían-». Sin embargo, y en una reunión de amigos, ante la falta de parecido del niño con el padre, este pasado mes de febrero, uno de estos conocidos les pidió ver la cartilla de nacimiento del niño donde pudo comprobar que el grupo sanguíneo del pequeño no era compatible con los de ellos. «Perplejos y muy angustiados» consultaron páginas médicas en internet que les confirmaron tal conclusión. De esta manera a los pocos días decidieron acudir a un laboratorio y someterse a una prueba de paternidad. El resultado se les comunicó el 27 de febrero. El niño no era hijo biológico de él.

Según expone su abogado Ignacio Martínez en la reclamación, por la que pide al Servicio Andaluz de Salud, un millón de euros de indemnización para la pareja y el niño, «de esta prueba se deduce objetivamente que se ha incurrido en un grave error por parte de la sanidad pública en cuanto al manejo de semen durante el proceso de fecundación, que tiene una consecuencia irreparable», sostiene. «Todo parece indicar que la fecundación del óvulo se llevó a cabo con la muestra de semen de un tercero del que nada se sabe, por un error en la manipulación en algún momento del proceso».

Tres afectados, de momento

En cuanto a los afectados por esta posible negligencia, hay ya tres conocidos. Es decir, el padre, la madre y el propio bebé. Sin embargo podrían ser más si hubo un intercambio erróneo de la muestra y esa fecundación resultó exitosa, por lo que habría otra pareja afectada y otro niño aunque aún puede que no lo sepan. Este extremo se tendrá que comprobar en la investigación que se realice sobre la trazabilidad de dichas muestras y registros.

En este sentido, el Defensor del Paciente destaca el daño irremediable para el bebé afectado, por cuanto «se verá privado de por vida del vínculo natural biológico con quien es su padre. Su propia historia y su origen siempre será un interrogante en su vida. Y el día que tenga hijos, si los tiene, tendrá que aceptar que no serán nietos biológicos de su progenitor registral».

En cuanto al padre «no sólo ha visto frustrado su sueño de tener un hijo biológico en común con su esposa, que era lo deseado, sino que además en algún momento de la vida del niño éste descubrirá la verdad, lo que acarreará un incalculable impacto emocional y personal añadido para ambos. También se verá privado para siempre de sentirse incluido en una familia natural, es decir, unida por un vínculo biológico. Además, lo normal es que en su día tenga nietos con los que tampoco obviamente tendrá vínculo biológico».

Y la madre, que aunque es la biológica, «ahora sabe que que involuntariamente ha gestado y dado a luz a una criatura que es de otro hombre, con la angustia de no conocer su identidad. Ella había elegido tenerlo con quien quiere y con quien comparte su vida»

La pareja se mantiene en un absoluto anonimato. Según fuente consultadas, no quieren que su identidad pueda salir a la luz ya que eso podría perjudicar a su pequeño de por vida. «Están impactados, devastados... ¿cómo van a estar al enterarse de algo así?», asegura su letrado. «Están viviendo una situación que crea un shock del que será muy difícil que se puedan reponer... pero ante todo quieren proteger a su hijo», insiste. Además, «a todo ello se une la incertidumbre. ¿Quién puede ser el verdadero padre?. ¿Y si un día llega y va a pedir la filiación?. ¿Y los temas de salud genética? No saben nada. Se les ha partido todo».

¿Hay más casos?

Tras conocerse este supuesto inaudito error la pregunta saltaba casi de inmediato. ¿Es un caso aislado o podría haber más?. A este respecto de momento no hay una respuesta clara. Desde el Defensor del Paciente mantienen que tienen constancia de otro más pero no ofrecen ningún dato al respecto ya que no ha llegado directamente a su asociación, a diferencia del otro. Por su parte, el SAS desmiente que «de momento tengan conocimiento de más». Sin embargo unas declaraciones de su director general de Asistencia Sanitaria y Resultados en Salud, Luis Martínez, que según ellos fueron «malinterpretadas», volvieron a sembrar dudas.

A este respecto, desde el Defensor del Paciente, su presidenta Carmen Sánchez, pide una mayor claridad. «El reconocimiento les hace asumir su responsabilidad y por tanto asumir las indemnizaciones. Nosotros hemos llevado el asunto a la Fiscalía Superior de Andalucía para que investigue, que vea qué ha podido pasar y si hay o no más casos», afirma contundente.

Para Sánchez, quien preside esta asociación que lleva 25 años atendiendo los derechos de los usuarios de la sanidad, «seguramente lo que ha fallado es el protocolo y esto es muy grave porque significa que puede haber muchos casos más. Por eso le hemos pedido a la Fiscalía que investigue no solo esas fechas sino las anteriores y las posteriores. Si ha sido un fallo humano, es grave, pero si ha sido por el método... puede ser devastador».

«Si no lo sacamos nosotros a la luz nadie se entera de nada y hay que saberlo porque así se actúa y además se evitan nuevos posibles fallos. Desde que ha ocurrido todas las consejerías están calladas y también el Ministerio. Eso nos preocupa bastante, por eso teníamos que contarlo».

Protocolos seguros y exhaustivos

Los protocolos de los procesos de reproducción tienen que ser muy seguros para que no ocurran fallos como el que posiblemente se haya producido en Cádiz. Las técnicas que se realizan en los procesos de fecundación, como la reproducción asistida, tienen un elevado porcentaje de fiabilidad por estos mismos protocolos. Así lo explican los expertos como el doctor Vicente Badajoz, director de laboratorio Ginefiv, segundo grupo dedicado a este área con 35 años de experiencia en inseminación artificial y fecundación in vitro.

Para este profesional experto en la materia lo ocurrido en el Puerta del Mar entra dentro de las posibilidades y lo achaca a un presumible error humano. «Hay herramientas suficientes para evitarlo», afirma. Según explica estos procesos deben de seguir de manera muy cuidadosa unos determinados pasos.

Primero, que «todo sea realizado por un mismo biólogo desde el comienzo para que pueda centrarse en eso». Otro segundo, al cruzar los ovocitos con el esperma, que consistiría en el sistema de doble testigo. Un profesional se encarga del proceso manual pero otro segundo debe de realizar el chequeo de que todo está bien.

Pero además cree que es necesario otro tercer paso y que incluyen centros como el suyo. Un testigo electrónico. «Se les asigna un código y todo el material genético tiene que llevar esos códigos. Si hay algún cruce erróneo o algo se hace mal salta una alarma», explica el doctor. Se trata por tanto de un sistema de control sobre la trazabilidad de muestras para evitar cualquier posibilidad de confusión de espermatozoides, óvulos o embriones dentro del laboratorio. Si en cualquier momento, las muestras de diferentes pacientes coincidieran en la misma zona de trabajo, por un sistema de radiofrecuencia advertiría al personal de laboratorio y la incidencia quedaría registrada.

Para este experto esta última medida de utilizar sistemas avanzados de detección debería de ser obligatoria en España como por ejemplo lo es en Reino Unido. «La reproducción asistida aquí hace aguas en muchos aspectos y es básico controlarla y protegerla», considera.

Según el doctor en el caso gaditano solo la investigación podrá determinar qué ha pasado pero para ello es imprescindible que en el laboratorio tengan una base de registros y así se pueda trazar la correlación. «Si hay registros, donde se pueda ver el movimiento de chequeo de cada muestra, se podrá evaluar, si no, esa investigación quedará ahí. Habrá que ver qué otras muestras había ese día».

En España existen 400 centros que se dedican a la reproducción asistida y que realizan unos 80.000 tratamientos al año. Una de cada seis parejas encuentra algún problema a la hora de tener un hijo.

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