Medio ambiente

«Si es por exceso de pesca se puede salvar, pero si es por el alga...»

El catedrático de la UCA, Lucas Cervera, pide tiempo para conocer los efectos de esta moratoria y asegura el reequilibrio del ecosistema

Lucas Cervera, catedrático de la UCA y experto en biología marina. A. V.
José María Aguilera

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Lucas Cervera, catedrático de la UCA y experto en biología marina, es una eminencia en el estudio de la biodiversidad existente en la Bahía. Forma parte de un proyecto impulsado por la Junta para aumentar el monitoreo del medio marino aplicando técnicas de biología molecular para adelantarse a futuras amenazas y detectar las invasiones silenciosas antes de que sea demasiado tarde.

Cervera, tras leer los informes, acepta que los dos grandes enemigos de la ortiguilla son «el crecimiento de la demanda para el consumo y la llegada del alga invasora. La subida de la temperatura del agua, más que perjudicar a la anémona, permite el mejor acomodo y asentamiento de la Rugulopterix Okamurae». No sabría decir, y es consulta para las autoridades, en qué porcentaje se reparten las 'culpas'. Pero será definitivo para su recuperación o su desaparición (de la mesa, no de su hábitat pues cree que no habrá extinción total).

Este científico gaditano entiende que desde la administración autonómica «se ha decidido hacer una moratoria como se hizo con otras especies como el atún rojo, que se ha saldado con éxito. Si el problema es el consumo, la recuperación se verá en los próximos años. Pero si es por el alga... complicado. Conozco a muchos especialistas que han buceado cerca del alga invasora y en las rocas sólo hay eso: alga. Se expande, le quita el sitio a las demás especies, las aplasta o las ahoga. El medio marino es más etéreo que el terrestre y si se opta por arrancarlas, quedan pequeños trocitos por los que vuelve a regenerarse. Si la Rugulopterix Okamurae continúa su expansión, habrá problemas para recuperar el stock de otros tiempos, y no sólo de la ortiguilla».

No habla de desaparición total pero sí del final de su explotación para el consumo. «Habrá que ver en los próximos años si sigue teniendo vigencia desde el punto de vista comercial».

El alga invasora está generando numerosos problemas en la costa gaditana. Los pescadores alertaron primero de sus efectos sobre el fondo marino, la pérdida de las especies y los daños que ocasionaba en sus redes. Luego su aparición sobre la arena de algunas playas paradisiacas empieza a ser un castigo para el sector turístico, por la incomodidad a la hora del baño y también por el olor que desprende si no se retiran con rapidez. Y pese a los estudios y la inversión de la administración, no se alcanza solución alguna.

«En algún momento se logrará un equilibrio en el entorno. Llegará otra especie y todo se reequilibrará. ¿Cuándo? No lo sabe nadie. Y habrá que ver cómo evolucionan los ecosistemas. Los que aguanten se quedarán y los que no puedan se irán, posiblemente provocando un empobrecimiento del litoral gaditano. El alga ha sido una perturbación enorme y no sabemos adónde vamos a llegar».

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