OPINIÓN
Dólar Trump
La política no merece acabar en las manos de quienes creen que, desde su situación, con el poder del dinero se puede estar por encima de todo
Uno de los tres principales personajes del mundo, (los otros dos son el nuevo zar de los rusos y el señor de la China y el cuarto siempre será el Papa), es más conocido por sus estrafalarias apariciones en prensa, como si de un trujamán ... se tratase, que un político de alta responsabilidad.
Los norteamericanos se dirigen a él con el epíteto de Señor Presidente. Vale, todos los Jefes de Estado tienen un tratamiento singular en cada país. Bueno, casi todos, porque aquí, a nuestro Rey, pocos le llaman Majestad; muchos, Felipe y ya está; los más, de usted; algunos, Señor, y, otros, Felipe VI.
¿Pero puede ser verdaderamente Dólar Trump un señor? Confieso que me caen bien los estadounidenses, pero qué pena me dan ahora en su nuevo aislamiento. Y qué preocupación me ofrecen viendo resucitar viejas doctrinas como la de Monroe con aquello de América para los americanos o lo del Corolario de Roosevelt y el Gran Garrote. América, dicen, son ellos, lo que hay entre Méjico y Canadá. Y, después, Latinoamérica, que, ojo, lo de cambiar Golfo de Méjico a Golfo de América sólo ha sido un «aviso a navegantes», ¿eh?
La política es algo muy serio. Está hecha para los ciudadanos, no para el solaz de algún personaje. Reúne en su esencia mucho diálogo, sentimientos de muchas clases, necesidades que han de ser atendidas y un cauce adecuado para lograr soluciones. La política no puede ser un constante mercadeo de una persona como está haciendo Dólar Trump cada vez que se asoma o deja que se le asome una cámara de televisión.
La política no merece acabar en las manos de quienes creen que, desde su situación, con el poder del dinero se puede estar por encima de todo, porque al otro lado estamos miles de millones de personas que aún creemos en la honestidad y en la dignidad de quienes elegimos para administrar temporalmente los intereses del común. Y somos más.
Los estadounidenses tienen que darse cuenta de que el dólar no compra todo y que hay muchísimos otros valores que no pueden ser menudeados ni ninguneados por quien se crea el más rico de todos los ricos, ellos que invocaron que todos los hombres son creados iguales, pero ahora proclaman que América es lo primero y lo más grande. Ayer, Ucrania, hoy más aranceles para la UE y cero estudiantes extranjeros. «Bye, bye», Musk, pero ojo con tus jueces Señor Presidente, que mira cómo le va a Sánchez.
¿Quién es pues Dólar Trump, el ricachón de chistera y puro de los tebeos, o una reposición del cuento de Pedro y el lobo?