EL PUERTO

Vecinos de El Puerto se manifiestan contra el que llaman «turismo de borrachera»

La zona de los chiringuitos de Puerto Sherry se ha convertido para muchos portuenses en un foco de problemas de ruido, seguridad y daño medioambiental

Luismi Morales

El hartazgo vecinal ante el modelo turístico de El Puerto se escenificaba este lunes con una concentración. La zona de chiringuitos de Puerto Sherry, epicentro del ocio de tarde y noche durante los meses estivales para los más jóvenes, vuelve a estar en el centro de la polémica, convertido —según denuncian vecinos y colectivos— en el símbolo de un modelo de «turismo de borrachera».

La plataforma 'El Puerto para Vivir' convocaba una manifestación en el paseo de La Puntilla, justo frente a la zona de los chiringuitos. El acto reunió a vecinos, ecologistas, políticos, colectivos sociales y representantes de diversas asociaciones hartos de lo que definen como una «situación insostenible».

Según expusieron, su malestar gira, principalmente, en torno a la proliferación de establecimientos que, con licencia de chiringuito desmontable, funcionan en realidad como «discotecas al aire libre». «Lo que debía ser temporal se ha convertido en permanente. Lo desmontable se ha solidificado», denuncian desde la plataforma. La crítica señala directamente a las administraciones por permitir la consolidación de un modelo «sin apenas control, en un entorno natural como el litoral de Puerto Sherry».

En su último informe, Ecologistas en Acción ha alertado de que varios de estos negocios sobrepasan con creces los límites autorizados, con estructuras fijas, programación regular de DJs y conciertos, e impacto directo sobre el medioambiente. «Nos están expulsando de nuestras playas», denuncian.

Una de las novedades que ha encendido aún más el conflicto ha sido la puesta en marcha de una lanzadera nocturna de autobuses entre Puerto Sherry y la Plaza de Toros. Financiada por los propios negocios y activa los fines de semana, esta línea de transporte utiliza vehículos de la flota urbana, aunque no forma parte de la red oficial. Desde 'El Puerto para Vivir' denuncian que el servicio podría estar operando sin las garantías legales necesarias, lo que ha abierto un nuevo frente de debate: el legal y el ético. «Se están usando medios públicos para fines privados», sostienen.

La protesta de este lunes no ha sido un hecho aislado. La Federación Local de Asociaciones de Vecinos (FLAVE) fue de las primeras en alzar la voz. También se han sumado asociaciones de residentes como la del Pueblo Marinero de Puerto Sherry, con su representante Carlos Verdión advirtiendo que «está en juego el futuro de la ciudad». En la concentración había infinidad de pancartas con una frase que resume el sentir general: «Esto no es ocio, es un modelo destructivo».

Los testimonios recogidos durante la protesta hablan de una convivencia rota. Pablo Aguayo, miembro de Ecologistas en Acción y vecino del Pago de La Alhaja, califica la situación de «calvario» desde Semana Santa hasta septiembre. «Cuando se cierran las discotecas a las 00:00, el ruido se traslada entre los pinares, que un día arderán por esta desidia», afirmó.

Las críticas se dirigen directamente al alcalde Germán Beardo y al equipo de Gobierno. Desde los colectivos vecinales se exige una respuesta urgente: revisión de licencias, controles efectivos, protección del entorno y recuperación de los espacios públicos para quienes viven en la ciudad durante todo el año.

La denuncia vecinal coincide con la celebración de grandes eventos como el festival Puro Latino, que este año ha congregado a 125.000 personas en tres jornadas en el recinto de Las Banderas. Una cifra que, para los organizadores, supone un éxito, pero que para buena parte de la ciudadanía evidencia la falta de planificación y de capacidad para gestionar eventos de gran formato sin colapsar la ciudad.

«Estamos ante un modelo que no genera riqueza real, que degrada el entorno y expulsa al portuense», afirman desde la plataforma convocante. «La ciudad no puede seguir siendo rehén de un ocio que solo deja ruido, basura y especulación». Las pancartas de la protesta del lunes hablaban de ruido, descanso, vivienda, especulación y modelo de ciudad.

Este medio se ha puesto en contacto con el Ayuntamiento de El Puerto para conocer su versión sobre las denuncias planteadas por la plataforma vecinal y los colectivos afectados. Al cierre de esta edición, el equipo de Gobierno no había ofrecido respuesta ni realizado declaración oficial alguna sobre esta situación.

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