El Puerto

'El caso Pemán', en el Aula de Cultura de Vista Hermosa

Real Club de Golf

Daniel García-Pita presentó su libro 'El caso Pemán', entre anécdotas de su abuelo, acompañado de su primo Manuel Guerrero y del periodista Carlos Rodríguez Braun

Un momento de la charla de esta tarde en el Aula de Cultura del Real Club de Golf de Vista Hermosa Antonio Vázquez

Manuel López Sampalo

El Puerto

Va tocando a su fin agosto, y con el mes las conferencias organizadas por el Aula de Cultura del Real Club de Golf de Vista Hermosa. En la tarde del miércoles 24 fue Daniel García-Pita, nieto de José María Pemán, el encargado de disertar en el Club de Playa de El Buzo. No lo hizo sólo, estuvo bien acompañado del periodista económico Carlos Rodríguez Braun y de su primo, el ejecutivo, Manuel Guerrero Pemán.

El abogado gaditano presentó su ensayo 'El Caso Pemán' ‒editado recientemente por Almuzara‒, que es un alegato a favor de la figura y obra de su abuelo, en el que el prólogo corre a cargo del exdirector de ABC, Bieto Rubido, cuya presencia estaba prevista pero a última hora se cayó del cartel.

Manuel Guerrero comenzó ofreciendo pinceladas biográficas del autor de 'La viudita naviera'. Le pasó el testigo a su primo mayor para que narrara brevemente la etapa de Pemán como abogado en Madrid. Entre simpáticas anécdotas fueron trazando ambos primos las primeras décadas de vida de su abuelo.

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«En el fondo Pemán era raro», comentó no exento de gracia Manolo: «Muy joven, se encerraba en el Casino a leer el Amadís de Gaula». Mas «donde realmente se inicia como escritor es en Sanlúcar de Barrameda con los juegos florales ‒justas de versos muy propios de la Baja Andalucía‒».

«Don José Ortega Munilla, padre de Ortega y Gasset, fue quien le dio la alternativa en el mundo de las letras, llegando a dedicarle una tercera de ABC», expuso el nieto presentador.

«Su mujer fue todo para él en su vida; su muerte en 1969 fue un golpe durísimo», remató Manuel Guerrero. Su primo, el protagonista de la conferencia, tomo el relevo afirmando que lo que más le gusta de la obra de Pemán «son sus novelas y los cuentos cortos».

Respecto a la relación de Pemán con José Ortega y Gasset, Daniel García-Pita expuso que «sus disensos comenzaron con la creación de la Asociación de Defensa de la República». En un viaje a Uruguay, «mi abuelo coincidió con Ortega y se volvieron a hacer amigos», continuó el autor de la obra.

«García-Pita se decanta por las novelas cortas y los cuentos de su abuelo, mientras que Guerrero Pemán reivindica sus poemas y su andalucismo»

«A mí, lo que me ha llenado siempre ha sido su verso y su andalucismo», difirió a continuación Manolo de su primo mayor. «Él nunca renegó de sus versos; siempre fue poeta antes que otra cosa», abundó este.

Pemán y la política

«Pemán ‒expuso el autor del ensayo‒ era una persona muy echada para adelante y que no se arredraba ante las dificultades. Un político activo e incluso agresivo». A renglón seguido pasó a realizar un repaso de su trayectoria política, haciendo hincapié en que logró ser diputado nacional en el año 1933.

«Mi abuelo era un gran orador, pero debutó con mal pie, porque tuvo que improvisar el discurso de debut». Pemán «tenía una memoria prodigiosa y escribía y se aprendía sus discursos. Necesitaba aprendérselos, no le gustaba improvisar».

«La mayor preocupación respecto a la Ley de Memoria Democrática es la figura del fiscal de sala, que permite un interpretación de la Ley de Amnistía»

García Pita

Memoria histórica

Le llegó, por fin, el turno de palabra a Rodríguez-Braun. «La memoria histórica no es memoria ni es histórica», expuso el argentino, tajante de entrada. «Incluso Zapatero, que fue el iniciador, en su primera Ley no se atrevió a vulnerar el derecho a la memoria de los individuales», sumó el periodista a su 'speech'.

Braun expuso el dato de que «En Andalucía, de las más de 600 fosas, sólo seis habían pedido abrirlas». Permitiéndole categorizar partiendo de la anécdota que «Entonces llega el momento en que se evita que el pueblo español elija, de ahí que esta memoria no sea en absoluta democrática. Estatalizar el derecho a las exhumaciones: quitárselo al pueblo para dárselo al Estado».

«¿Cómo se ha ido paso a paso erosionando el capital de la Transición Democrática?», se preguntaba este a continuación: «La Transición ‒afirmó el tertuliano de Onda Cero‒ se basaba en que todos tenían algo que hacerse personal; en el derecho al olvido y en el respeto a la figura del Rey».

«La izquierda procura arrinconar a la derecha en el rincón franquista de la Historia», a juicio de Carlos Rodríguez-Braun.

«Todo poder ha tenido la tentación de borrar el pasado»: es el autor de El caso Pemán ahora quién hablaba, remontándose hasta los griegos y romanos. Citó a Pablo de Greiff y a Santayana para hacer notar los referentes que la izquierda toma para desarrollar estas leyes de memoria democrática.

Considera Daniel García-Pita que «La figura más preocupante de todo esto es el fiscal de sala para la memoria democrática: los delitos prescriben en todo país civilizado; pero los delitos de lesa humanidad no caducan». Continuó con que en la nueva ley «se incluye la interpretación de la Ley de Amnistía; que en resumen es que «ya que a este señor no se le puede condenar, al menos lo vamos a fastidiar».

Pemán, aspirante al Nobel

Confesó el autor del ensayo que «Se tradujo al sueco una gran parte de su obra. Pero eso no basta, necesitas un apoyo político muy firme de tu país. A Pemán se le negó. Estuvo nominado hasta cinco veces».

Sin solución de continuidad y respecto a la aportación de José María Pemán a las letras españolas, como agente externo a la familia, Rodríguez Braun lo comparó con el caso de García Márquez, «quien hasta su muerte apoyó la dictadura cubana y a día de hoy seguimos gozando con sus obras».

Tomó la palabra entre el público el hijo de Pemán, José María Pemán Domecq, para reivindicar la figura de su madre «que no era precisamente una erudita, pero que tenía una intuición femenina maravillosa». Sacó a colación el nombre de Kichi, «que ha borrado todo recuerdo que había público en Cádiz. Ella, mi madre, ya lo vio venir».

Manuel Guerrero comentó que «en Cádiz le han quitado la calle a San Nicolás para ponérsela a La Petróleo y La Salvaora». A renglón seguido afirmó que la derecha no ha hecho nada por Pemán, preguntado por qué los gaditanos guardan silencio ante la canallada de borrar la figura del escritor.

El colofón lo puso la otra hija viva de Pemán. Agradeció el libro a su sobrino. Expresó que lo que hacen contra el escritor «es por rabia» y se despidió por el camino más recto: «Adiós».

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