Vehículos clásicos
Una nueva vida a vehículos que han sido parte de nuestra historia
Fosco Valimaña tiene en El Puerto de Santa María una gran colección de motos y vehículos restaurados u originales que han sido parte importante de la historia automovilística y que todavía siguen dando guerra
En el mundo hay dos tipos de persona. La que le encantaría tener el último modelo de coche del mercado, con todas las moderneces y pijeríos que ello conlleva, y la persona que prefiere adquirir un vehículo con historia, con un pasado y un presente que todavía no ha llegado a su fin y sigue haciendo historia.
Fosco Valimaña es de los segundos. Afincado en El Puerto de Santa María empezó en el mundo de los vehículos históricos por su padre, quién en los años 60 comenzó a coleccionarlos. Cuando Fosco estaba estudiando la carrera ya comenzó a introducirse en este mundillo, aprendiendo de para poder restaurar motocicletas. «La afición fue creciendo y ya empecé por mi cuenta a comprar mis propias motos. Decidí que quería tener mi propia colección, por lo que empecé a visitar los desguaces de la provincia y empecé a preguntar por los aficionados en las ferias».
Actualmente tiene auténticas reliquias en una colección que alcanza las 50 motocicletas, 30 operativas y 20 en proceso de arreglo. Además, tiene tres automóviles clásicos. Un Renault Caravelle del año 1966, que es un coche descapotable en un Renault que se fabricaba en Francia y no se vendió en España, un mini un Mini 1300 y tengo también una un Citroën Mehari. A estos vehículos hay que sumar los que tiene en colección con su padre, lo que hace aumentar el número en gran medida.
Para que un coche o una moto clásica siga rodando por las carreteras necesita unos cuidados muy especiales, e incluso restaurarla al completo. Fosco también se encarga de esto y explica que algunas motos hay que restaurarlas y otras, que están conservadas, hay que mantenerlas como están. «Cada vez se lleva más el dejar la moto en su estado original, aunque la pintura a veces está un poco dañada. Ahora mismo se está valorando más ese estado de originalidad, de conservación, que una moto que esté restaurada. El restaurar se hace con motocicletas a las que les faltan muchas piezas o motocicletas que están muy deterioradas porque han estado en condiciones de conservación muy precaria».
Restaurar una moto no es sencillo, y Fosco explica las fases del proceso. Lo primero es completar la moto, buscar las cosas que le faltan. «Hasta que la moto esté completada no se puede empezar a restaurar porque a veces hay piezas que no se pueden encontrar». En segundo lugar, hay que ponerla en funcionamiento «para ver y si hay algo más que reparar». Por último, te montas en la moto y compruebas el estado, puesto que hay cosas que no se ven a simple vista. Una vez que ya moto está funcionando se vuelve a montar todo y se lleva a pintar lo que las piezas de chasis y tubulares. «Una vez que está todo se monta por con tornillería nueva y la moto que da igual que sale de fábrica. Es un proceso muy largo porque va tornillo a tornillo».
Una de las motos más especiales que tiene es la Derbi Ran. La historia de esta motocicleta comenzó en el 73, cuando Derbi se retiró de la competición y la Federación Española le pidió que fabricará algunas motos más para que los pilotos nacionales pudieran tener una moto con la que defenderse en los campeonatos territoriales. «Una moto de verdad, ya que antes la gente corría con ciclomotores de calle preparados». La Federación mandó a sus mejores pilotos al Jarama e hicieron pruebas durante dos días y seleccionaron a los 30 pilotos que se iban a quedar con esas motocicletas. Eso sucedió en marzo del 73 y en abril empezó el campeonato nacional en el que parrillas estaban llenas de esas motos, Ángel Nieto entre ellos.
Después de muchas vueltas una de esas motos llegó a manos de Fosco, quién la restauró para dejarla en su estado original. Además, ha participado en diferentes actos del piloto español. Una de estas veces fue en la presentación de la película sobre su vida del año 2006 en el Gran Premio de Jerez en Jerez. «Conseguí el contacto de su secretaria y le ofrecí llevarle la moto para ponerla de exposición a cambio de que la firmara. Se lo comentó a Ángel y no tardó ni un segundo en decir que sí».
Fosco también tiene una BMW R71 con sidecar, también del 38. Esta motocicleta tiene una historia especial, ya que perteneció al ejército alemán y participó en la Segunda Guerra Mundial. Así es como los vehículos que han tenido un papel en la historia no desaparecen y continúan sumando años y viviendo nuevas experiencias.
