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El Madrugador, la herencia del antiguo psiquiátrico
La transformación del viejo complejo en centro formativo vuelve al debate, marcado por el interés del Cádiz CF y las tensiones políticas
El PP de El Puerto echa leña al fuego en el caso de El Madrugador
El futuro de El Madrugador abre la primera crisis en el gobierno de la Diputación de Cádiz
El Madrugador ha reactivado uno de los debates más simbólicos del mapa institucional gaditano. El recinto, ubicado en El Puerto de Santa María, ha recorrido un largo camino: del confinamiento psiquiátrico al impulso educativo, de enclave invisible a infraestructura de vanguardia. Hoy, vuelve a situarse en el centro de una controversia política por su modelo de gestión y por el interés del Cádiz CF en su uso, lo que ha provocado la primera crisis entre los socios del Gobierno provincial.
De manicomio provincial a centro de formación
Situado entre pinares, a los pies de la sierra de San Cristóbal, El Madrugador ocupa una finca pública de 26 hectáreas. Su historia arranca a mediados del siglo XX, cuando la Diputación de Cádiz impulsó la construcción de un hospital psiquiátrico, replicando el modelo asistencial imperante en la época: grandes complejos alejados del núcleo urbano para apartar de la vida pública a las personas con trastornos mentales.
La ciudadanía, ajena a su denominación oficial, lo bautizó como «Los Pinitos». Durante décadas, fue una realidad tan cotidiana como oculta. Las únicas imágenes exteriores eran las de pacientes en bata o en pijama caminando por la carretera de El Portal. El interior —donde convivían sin distinción alcohólicos, esquizofrénicos y personas con discapacidad intelectual— respondía más a un modelo de exclusión que de tratamiento.
El cierre del centro llegó en los primeros años de los 90, tras la aprobación en el Parlamento andaluz de la reforma psiquiátrica, una de las primeras medidas de calado del nuevo Gobierno autonómico. Aquella legislación marcó el inicio del desmantelamiento progresivo de los antiguos manicomios provinciales y abrió paso a una atención comunitaria más respetuosa con los derechos humanos.
Una década de intentos fallidos
Tras la clausura como centro psiquiátrico, el complejo fue reconvertido en residencia de mayores y, más tarde, cedido parcialmente a entidades sociales como la Fundación Construyendo Futuro, que desarrolló proyectos de reinserción para expresos y toxicómanos. Sin embargo, ninguno de estos usos logró afianzarse de forma estable ni dar continuidad al recinto.
Fue en 2006 cuando la Diputación Provincial, bajo mandato socialista, planteó una nueva hoja de ruta: transformar El Madrugador en un campus de excelencia profesional vinculado al turismo y la hostelería, sectores estratégicos para la provincia de Cádiz. El proyecto se enmarcó en el Marco Estratégico de Desarrollo Económico 2012–2015, se presentó a la UE y recibió financiación a través de los fondos FEDER.
Inauguración con promesas
Más de una década después, el 28 de marzo de 2019, la entonces presidenta de Diputación, Irene García, inauguró oficialmente el complejo con un acto en su auditorio de 250 plazas. Lo hizo con solemnidad, asegurando que El Madrugador debía convertirse en «un centro de referencia nacional en formación, investigación e innovación aplicada a la hostelería y el turismo».
Las promesas fueron ambiciosas: formación culinaria de alto nivel, estudios universitarios en gestión turística, colaboración con escuelas internacionales de hostelería y un centro de investigación en nutrición deportiva. Sin embargo, la mayoría de estos planes siguen hoy sin ejecutarse.
De la expectativa a la consolidación parcial
Pese a ello, el campus ha logrado posicionarse como una infraestructura de peso dentro del ecosistema formativo provincial. Dispone de 9.700 metros cuadrados construidos, distribuidos en cuatro edificios conectados que integran aulas, auditorio, biblioteca, cocina industrial, restaurante, sala de catas, zonas deportivas y espacios verdes.
En estos años ha albergado iniciativas como el máster gastronómico Másterñam, impulsado junto a la Universidad de Cádiz; programas del IFAPA sobre producción quesera; cursos de idiomas y empleabilidad a través de Andalucía Orienta; y diversas actividades sectoriales. Su reconocimiento como Centro de Excelencia Profesional en Formación Aplicada avala esta evolución.
Giro en el modelo de gestión: la polémica
El pasado 30 de julio, el Pleno de la Diputación Provincial aprobó —con el único respaldo del PP— el inicio del procedimiento para modificar el modelo de gestión del campus. La propuesta abre la puerta a fórmulas de colaboración público-privada, lo que ha provocado un importante malestar político, incluso dentro del propio equipo de Gobierno.
La votación salió adelante tras la ausencia de los diputados socialistas José María Román y Víctor Mora, que el PSOE justificó por «problemas de agenda» motivados por la premura en la convocatoria del Pleno. Sin embargo, el hecho de que esta misma propuesta haya sido elevada a Pleno hasta en tres ocasiones anteriores por falta de consenso evidencia la fragilidad institucional del asunto.
Crisis en el seno del Gobierno provincial
La tensión escaló hasta convertirse en la primera gran crisis entre los socios del equipo de Gobierno de Diputación: el PP y La Línea 100x100. El portavoz de esta formación, Javier Vidal, reconoció que su grupo acudió al Pleno «con la intención de romper el pacto» por lo que calificó como «errores de comunicación inasumibles». La presidenta de Diputación, Almudena Martínez, tuvo que pedir disculpas públicas.
Desde la oposición, PSOE, IU y otras formaciones han exigido máxima transparencia, garantías de titularidad pública y fidelidad a los fines fundacionales del campus. La gestión de El Madrugador ha pasado de ser un asunto técnico a convertirse en una pieza clave en el equilibrio de poder dentro de la institución provincial.
El tsunami político en el cierre del curso político salpicó también a El Puerto, ciudad donde se ubica el preciado espacio de El Madrugador. El Partido Popular local ha criticado duramente a La Línea 100x100 por acudir sin aviso a estas instalaciones junto a un empresario privado, cuestionando la transparencia y el propósito de la visita. El secretario general del PP portuense, Javier Bello, ha calificado el gesto como una «falta de respeto institucional» y exige explicaciones formales, al considerar que podría tratarse de una operación con fines comerciales.
Si algo le faltaba al cierre político de julio en El Puerto, era una nueva sacudida institucional. Apenas 24 horas después del convulso Pleno de la Diputación por el futuro de El Madrugador, la onda expansiva se hizo notar también en la ciudad. En un tenso Pleno extraordinario celebrado este jueves, el Ayuntamiento aprobó —con los votos del PP y el PSOE— la dedicación exclusiva para el portavoz socialista Ángel González, una medida que, aunque avalada por el Estatuto de 'Gran Ciudad', desató un duro enfrentamiento político.
El acuerdo contempla una asignación de 43.000 euros brutos anuales para el portavoz del principal partido de la oposición, pero el debate se alejó pronto del aspecto técnico. Las ausencias socialistas en el Pleno provincial del día anterior y las negociaciones en torno a El Madrugador sobrevolaron las intervenciones, entre acusaciones de pactos encubiertos y reproches cruzados. González defendió que se trata de una medida legal y proporcional, mientras desde la oposición —con especial vehemencia de Unión Portuense e Izquierda Unida— se cuestionó el momento, la urgencia y la falta de consenso.
El primer teniente de alcalde, Javier Bello (PP), justificó la propuesta como un acto de equidad institucional, asegurando que «se cumple con la norma que ampara a las grandes ciudades». Sin embargo, el Pleno reflejó con claridad la creciente fractura política en el Ayuntamiento. Lo que debería haber sido un trámite reglamentario se convirtió en un nuevo capítulo de alta tensión, alimentado por las sospechas y las consecuencias del reciente terremoto político en Diputación.
El interés del Cádiz CF
A esta complejidad política se suma un nuevo actor: el Cádiz Club de Fútbol. Desde hace más de un año, el club amarillo ocupa uno de los edificios del recinto para actividades relacionadas con su cantera. Ahora, tras el regreso de la titularidad del edificio a la administración provincial, se abre la posibilidad de una cesión más amplia al club, decisión que quedaría en manos del Gobierno provincial.
El asunto fue abordado en el reciente Pleno extraordinario y ha despertado críticas no tanto por el fondo —ningún grupo se opone frontalmente al uso deportivo del espacio— sino por la forma en que se ha tramitado. La oposición ha cuestionado la precipitación del procedimiento y la falta de información.
Según denunció Javier Vidal, el propio presidente del Cádiz CF, Manuel Vizcaíno, habría contactado con distintos portavoces políticos para recabar apoyos, llegando incluso a «llamar a mi alcalde», según declaró en La Voz de Cádiz. Pese a ello, Vidal se mostró contundente: «Yo al Cádiz no lo veo por ningún sitio. Es un mal expediente».
Clave en el ecosistema deportivo
La cercanía del campus con los terrenos donde se desarrollará el proyecto Sportech City del Cádiz CF añade un componente estratégico. Vizcaíno ha manifestado públicamente su interés por consolidar en El Madrugador un proyecto de cantera. Aunque no se ha anunciado de forma oficial, esa opción podría convertir el recinto en parte fundamental del nuevo ecosistema deportivo del club en la Bahía de Cádiz.
Mejoras pendientes y utilidad presente
La Diputación ha encargado un estudio para mejorar los accesos desde la carretera A-2002, con el objetivo de facilitar el flujo de vehículos ante el creciente número de usuarios. Se contemplan carriles de giro, zonas de espera y una mejora integral del entorno.
El campus mantiene hoy su oferta formativa activa, combinando formación dual, programas universitarios y cursos técnicos, con especial atención a la empleabilidad juvenil. Su valor no reside solo en las instalaciones, sino en su capacidad para generar oportunidades reales en una provincia golpeada por el desempleo estructural.
El peso de la memoria
El Madrugador no es solo una infraestructura: es una metáfora institucional. Representa el tránsito de una sociedad que encerraba a quienes no comprendía, hacia otra que, apuesta por el conocimiento, la innovación y la inclusión.
Cada debate sobre su presente —y su futuro— obliga a recordar qué fue, qué es y qué puede llegar a ser. En ese espejo se reflejan tanto las políticas públicas como la voluntad real de las instituciones de aprovechar su potencial sin renunciar a su vocación de servicio público.
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