EL PUERTO

De hacer figuras de plastilina a convertirse en uno de los escultores de bronces más destacados

ENTREVISTA

Pelayo Domecq, el jerezano que hace de su afición una profesión y que la semana que viene expondrá su obra en la Galería 18 de Puerto Sherry

Pelayo Domecq. L.V.

GORETTI DOMECQ

Pelayo Domecq es un jerezano de 33 años que siendo un niño disfrutaba haciendo figuras de plastilina y que con el paso de los años ese hobby de infancia se ha terminado convirtiendo en su segunda profesión, algo que ha hecho de él ser uno de los mejores escultores de bronces de nuestro país a pesar de su juventud.

El escultor, además de dedicar tiempo a su afición y deberse a los encargos que le hacen tiene su oficio principal en el campo, donde trabaja desde Jerez en Agricosur, la empresa familiar, Además también se dedica a gestionar una finca propiedad de su familia. Antes de instalarse definitivamente a vivir en su tierra, Pelayo ha vivido en diferentes ciudades que le han permitido formarse como el profesional que es hoy. Inició sus estudios de administración y dirección de empresas en Madrid, para posteriormente terminarlos en la capital irlandesa de Dublín. Al finalizar su etapa formativa tuvo la oportunidad de irse a trabajar a Reino Unido con la compañía bodeguera González Byass, y así seguir practicando el inglés. Fue tras este periodo fuera de nuestro país que decidió volver a casa para poner todos sus aprendizajes en el negocio familiar.

Nuestro protagonista se sincera y reconoce con un punto de humildad que personalmente se siente una persona con mucha suerte por el sitio en el que ha nacido y por la educación que ha recibido de sus padres «gracias a Dios». Pelayo es un buen amigo de sus amigos, y una persona que cuando hay que apostar por algo, ya sea por amistades, por un proyecto o profesionalmente, lo da todo al 100%.

Volviendo a su pasado, Pelayo explica que siempre le gustó dibujar desde pequeño y que la asignatura de arte, una de sus favoritas, siempre se le dio muy bien. «Dentro de mi familia siempre ha habido pintores y escultores, así que supongo que será un tema genético», señala entre risas. En referencia a su faceta como escultor el jerezano recuerda que dio un paso al frente con este proyecto fue cuando estaba en Madrid estudiando, fue en ese momento cuando fundió su primera escultura de bronce. «De ahí saqué una serie de 10 creaciones que vendí al poco tiempo en diferentes tiendas de la capital. Ese fue el detonante para seguir intentándolo. Entonces fui de exposición en exposición buscando mi sitio poco a poco. Me fui marcando pequeños objetivos con el reto de ir creciendo», recuerda con orgullo. Tanto ha sido el crecimiento hasta el día de hoy que sus trabajos ya han llegado a diferentes lugares del mundo como a América tanto del norte como del sur o numerosas ciudades europeas. «Cuento con buenos clientes tanto en Inglaterra como en Portugal donde le dan un gran valor a este tipo de esculturas», ha apuntado. Además, nos cuenta con orgullo que hay personalidades importantes que han adquiridos sus obras, pero que por secreto profesional prefiere mantener la confidencialidad de sus nombres.

El artista siempre ha tenido un referente en el arte de hacer bronces, su tío Nicolás Domecq, muy reconocido en el mundillo. «Él siempre ha sido mi fuente de inspiración. En mi casa siempre había esculturas suyas, aunque según fui desarrollando mi afición descubrí las obras de Benlliure que me impactaron sobre todo por la expresividad y el movimiento que tenían sus esculturas», ha apuntado. Pelayo señala que la técnica del bronce es muy compleja de explicar. «Mi función principal es desarrollar una idea y esa idea moldearla en cera o barro. Una vez terminado este proceso se le hace un molde de escayola o silicona, para después poder sacar tantas unidades como necesites. Una vez hecho el molde se saca otra vez la réplica en cera para poder fundirlo a la cera perdida. La réplica se mete en un cilindro con varios bebederos soldados a la pieza y después se rellena de revestimiento, entonces es cuando se mete en un horno y el revestimiento se pone duro y la cera se pierde quedando el negativo de la pieza hueca en su interior. Entonces ahí es cuando se vierte el bronce líquido rellenando todo el hueco del negativo de la pieza. Una vez enfriado el bronce se parte el revestimiento y obtenemos ya la pieza fundida en bronce. Posteriormente entra la parte de soldaduras, patinas y montaje de peanas», explica el escultor.

Aunque vemos que la agenda de Pelayo es un no parar, el verano siempre ha sido una época especial para él, ya que le trae grandes recuerdos en El Puerto de Santa María, donde ha veraneado desde que era un niño. «Nosotros vivimos en Jerez, pero mis abuelos siempre habían tenido casa allí donde pasaban sus veranos. Desde que tengo uso de razón recuerdo haber pasado las vacaciones en ese rincón tan divertido de la provincia de Cádiz que siempre me ha dado tantas alegrías y donde he compartido grandes momentos con mi familia y amigos», apunta con nostalgia. «Cuando hablo de El Puerto es hablar de mi niñez, de amigos, de toda una vida cargada de buenos recuerdos. Vuelvo a decir que soy un privilegiado de haber podido disfrutar de este rincón. Cuando no estabas montando a caballo, estabas jugando al fútbol, sino al pádel o al golf o en bici de casa en casa. No parábamos… y eso también gracias al Club de Vistahermosa que nos proporcionaba todas las facilidades», ha querido añadir.

El artista que es un gran enamorado de su país asegura que cualquier rincón de España es una maravilla, pero que para él Cádiz es la provincia más completa. «Geográficamente está en un sitio estratégico. Tenemos el mar, la sierra o la campiña y todo está muy cerca una cosa de la otra. Contamos con buena agricultura, grandes ganaderías, buen vino, turismo… es una provincia en la que hay de todo, con un gran clima a pesar del levante».

Pelayo que ha demostrado que el arte le corre por las venas y que es un enamorado del campo cuenta con otra afición muy especial, el mundo del toro que no solo disfruta viéndolo, sino que aun más lo hace poniéndose delante del animal. Quienes le han visto torear solo tienen halagos hacía su forma de transmitir y su valor innato. A través de esta afición ha podido aportar su granito solidario a diferentes causas benéficas donde ha toreado en diferentes festivales, logrando numerosos trofeos y siendo la comidilla entre el público por su buen hacer. A muchos les hubiese encantado poder haberle visto vestido de luces haciendo alguna temporada taurina. Además, le encanta todo lo relacionado con el caballo y con la caza.

Disfrutón, cercano, amigo de sus amigos y experto en exprimir el tiempo Pelayo nos cuenta que goza de todos los planes que ofrece la provincia de Cádiz, según la época del año en la que se encuentre, porque por opciones no es. «Me gustan las zambombas previas a la Navidad, la feria en mayo, el Camino del Rocío pasando por el Coto de Doñana en junio, un tentadero en una tarde de verano, … hay tanto que hacer», asegura el artista.

Los gaditanos podrán disfrutar de la obra escultor desde el lunes 21 de agosto hasta el sábado 26 en la Galería 18 de Puerto Sherry desde las 19:00 hasta las 23:00. Junto a él también expondrán los artistas Zenaida Pablo-Romero, Marianela Ruiz, Luis Gómez y Humberto Ybarra.

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