INDUSTRIA

Cuatro meses de obras del 'Juan Carlos I', las imágenes paso a paso

El buque insignia de la Armada abandonará el astillero de Puerto Real el próximo 10 de noviembre tras cuatro meses fuera de combate

Los astilleros de Cádiz serán clave en la construcción del nuevo buque tecnológico de la Armada

Javier Rodríguez

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El buque anfibio 'Juan Carlos I' de la Armada española ha superado la profunda obra que lo ha mantenido durante los últimos cuatro meses en el dique del astillero de Puerto Real. El buque abandonará las instalaciones de Navantia el próximo 10 de noviembre tras una reforma integral de su sala de máquinas. Pero la sustitución de su motor no ha sido la única actuación que se ha llevado a cabo en este barco, considerado la joya de la corona de la flota española.

Los técnicos han aprovechado la varada del portaeronaves para mejorar también otros elementos. El 'Juan Carlos I' entró en las instalaciones puertorrealeñas el pasado julio y tenía prevista inicialmente su salida el 17 de octubre. Sin embargo, lo hará el 10 de noviembre.

Se trata de una actuación en la que han participado una media de 300 trabajadores y más de 35 empresas especializadas, lo que refleja la magnitud y complejidad técnica del proyecto, una de las actuaciones más relevantes acometidas desde su entrega a la Armada en 2010.

Entre los principales trabajos destaca el reemplazo del sistema de propulsión, que permitirá optimizar su rendimiento y garantizar su operatividad durante los próximos años. Los trabajos han incluido el desmontaje de los 'Pods' existentes, la desinstalación de 48 equipos del sistema anterior y la instalación de 50 nuevos equipos asociados a la propulsión de nueva generación. El proyecto ha requerido el tendido y conexionado de más de 35.000 metros de cableado, tanto de fuerza como de control, y el reconexionado de otros 31.000 metros existentes y reutilizables, para lograr la integración total del nuevo sistema.

Además, se ha desarrollado un amplio programa de trabajos de varada, entre los que se incluyen: tratamiento de superficie de la superestructura y el casco; revisión de hélices transversales, estabilizadores, anclas y cadenas; renovación de ánodos de casco, sistemas de protección catódica por corriente impresa (ICCP) y sistema anti-incrustante (MGPS en sus siglas en inglés); sustitución y revisión de más de 200 válvulas de fondo; limpieza y pintura de casi 80 tanques tanques y sentinas, entre otros.

A destacar, asimismo, el mantenimiento realizado en los grupos diésel generadores, obra que requiere un completo «overhaul» de los mismos y que aporta la fiabilidad y disponibilidad futura para energizar los nuevos PODs

El jefe de Máquinas del buque, capitán de corbeta Héctor Arias Macías, ha subrayado la relevancia técnica y humana de este proceso: «La modernización efectuada en el buque se traduce en una mayor fiabilidad de los sistemas y en una mejora sustancial de las condiciones de vida a bordo».Según explica, «en habitabilidad se notará una mejora en las zonas de esparcimiento, aseos y cocinas, que se han renovado por completo junto con las cámaras frigoríficas».

Arias señala también «la empatía y profesionalidad con la que todo el personal y las empresas implicadas han afrontado el proyecto», destacando la importancia y la coordinación y cooperación de los distintos equipos. «Ver al buque de nuevo a flote, tras cuatro meses en dique seco, listo para la siguiente misión, nos llena de orgullo e ilusión», concluye.

El jefe de programa de Navantia, Joaquín Pery Bohórquez, ha destacado «la magnitud de esta inmovilización, tanto en términos de empleo en la Bahía de Cádiz, como en el trabajo conjunto con la Armada para garantizar la plena operatividad del buque y la mejora de la habitabilidad para la tripulación». «Han sido meses de intenso trabajo en los que Navantia se ha involucrado para entregar a tiempo y con la calidad que la Armada requiere», ha añadido.

Con esta intervención, el 'Juan Carlos I' consolida su capacidad como buque insignia de la Armada y pieza clave en las operaciones de proyección del poder naval en el marco internacional. Desde su entrega a la Armada en 2010, ha participado en despliegues internacionales y operaciones combinadas con marinas aliadas como las operaciones de la OTAN 'Brilliant Jump', 'Mare Aperto', 'Dinamic Mariner' y 'Flotex', además de múltiples ejercicios conjuntos con otras marinas en el Mediterráneo y el Atlántico.

Durante 2023 lideró el Grupo Anfibio y de Proyección de la Armada durante el despliegue 'Dédalo 23', junto a unidades de Infantería de Marina y aeronaves Harrier, demostrando su capacidad de mando y control en operaciones multinacionales. En el 2024, también en el marco de 'Dédalo 24', participó en ejercicios de proyección de fuerza en el Mediterráneo Oriental y en el Báltico junto con varios países de la Alianza. Ese mismo año, el buque fue nuevamente movilizado con carácter de apoyo humanitario, trasladando ayuda y medios aéreos a la Comunidad Valenciana durante la emergencia provocada por la DANA.

En 2025, el 'Juan Carlos I' ha participado de nuevo en el Grupo de Combate Expedicionario 'Dédalo 25' durante un despliegue de alta visibilidad, participando en el ejercicio naval multinacional 'UNITAS 25', con la ejecución de operaciones anfibias complejas en la costa de Estados Unidos.

Con 231 metros de eslora y capacidad para operar tanto como portaaeronaves, buque de asalto anfibio y plataforma de mando, sigue siendo actualmente la mayor unidad construida para la Armada. Su versatilidad, autonomía y capacidad logística lo convierten en un elemento esencial en la proyección del poder naval sobre tierra, en las misiones de gestión de crisis y en todo un símbolo de la capacidad industrial y tecnológica de España en el ámbito naval.

El barco estará presente en 2026 en los ejercicios tácticos de la Operación Dédalo. Se trata de un grupo de combate multinacional en el que los países participantes muestran su fuerza anfibia. La primera misión de 2026 en la que participará el buque español se ha bautizado con el nombre de 'Highmast' y el objetivo es la navegación por una zona del Indo-Pacífico de especial inestabilidad como es el mar de China y Filipinas hasta llegar a Australia .

El 'Juan Carlos I' inicia ahora una nueva etapa en su carrera tras la mejora de su propulsión. La obra del barco fue programada con mucho tiempo de antelación. Entró en el dique de Puerto Real a primeros de julio procedente de la Base Naval de Rota para someterse a un importante intervención en sus motores. El barco acaba de cumplir sus 15 años de vida y se habían detectado vibraciones en su sala de máquinas. El Ministerio de Defensa y la Armaba coincidieron en que había llegado el momento de sustituir los motores actuales por otros más modernos. La obra ha significado la modernización de su sistema de propulsión. La obra fue aprobada por el Consejo de Ministros en 2022 y realizada mediante un acuerdo marco por un valor estimado de 30 millones de euros.

El Consejo de Ministros autorizó entonces la sustitución del sistema de propulsión del buque y no se realizó antes debido a los compromisos navales de la Armada en distintas operaciones internacionales.

Defensa destacó en su momento que la obra era la solución más eficaz para asegurar «la capacidad operativa más eficiente del buque». Se han cambiado los 'azipods', propulsores de diseño alemán, suministrados por Schottel y Siemens, ante las repetidas averías sufridas.

Ciclo de vida

El barco pasó una ITV en mayo de 2023 en el astillero de Cádiz tras regresar de la operación Dédalo 2023. En un mes se desmontaron los dos motores de la sala de máquinas que generan la electricidad que mueve al barco. Esa varada de mantenimiento programado se realiza cada 20.000 horas de funcionamiento.

En noviembre de 2020 fue el astillero de Puerto Real el que se encargó de su varada programada. En ella se repasaron las hélices, que son su sistema de propulsión, y se revisó el resto de equipos y sistemas de la obra viva (parte del barco que permanece sumergida en el agua) que requieren necesariamente de una estancia en dique seco para poder acceder a ellos, como son las aletas estabilizadoras, las hélices empujadoras de proa, las válvulas de fondo de diferentes sistemas; así como un pintado completo del buque.

En junio de 2017 le tocó el turno a su cubierta de vuelo. Durante casi dos meses el 'Juan Carlos I' se sometió a trabajos de mantenimiento en el astillero de Navantia Cádiz. Los trabajos se centraron en la gran cubierta de vuelo, que tiene 202,3 metros de largo y 32 de ancho, reponiéndose parte del aglomerado y repintando sus marcas de señalización para el empleo de aeronaves.

La primera intervención en el barco se realizó en 2015 coincidiendo con sus primeros cinco años de vida. Esta varada en el astillero de Cádiz fue calificada de «sobresaliente» tanto por los responsables de la Armada como por los técnicos del astillero.

La construcción del buque arrancó en el astillero de Navantia en Ferrol en enero del 2005 con el corte de la primera chapa. Fue botado el 8 de marzo del 2008 y dado de alta en la Lista Oficial de Buques de la Armada el día 30 de septiembre de 2010, con la numeral de costado 'L-61'.

El 'Juan Carlos I' «supone una herramienta de la Armada para garantizar la capacidad de respuesta e influencia global a disposición del poder político, en apoyo a la creciente proyección internacional de España. Se trata de una unidad tecnológicamente avanzada, interoperable, adiestrada y alistada, lo cual le permite actuar con garantías de éxito en escenarios muy variados», recoge este cuerpo en su web. Su longitud de eslora es de 231 metros, desplaza 26.000 toneladas, y su capacidad aérea es de 25 a 30 aeronaves, según se trate de aviones Harrier, F35B o helicópteros y también está equipado con radares y equipos de guerra electrónica. Cuenta con una dotación de unas 350 personas, pero tiene capacidad para llevar hasta 1.500 personas.

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