El Carnaval gaditano tiene cabida siempre. Hasta en el día más emotivo del año. «Soy el Rey Gaspar y vengo desde muy lejos, pero por fin he podido llegar. Ningún niño de Chiclana se va a quedar sin juguete», arranca con el tono más gaditano.
Aplausos y mucha ilusión. Eso es lo que se escuchaba durante el sorprendente discurso de Gaspar. Luego, terminó con un estribillo: «mañana, día cinco, acostarse tempranito procurar no dar la lata, la leche poner y un vinito chiclanero por si a mí me entra sed»
También quiso subrayar el puchero de las abuelas. Humor, simpatía e ilusión. Los niños y las niñas de Chiclana vivieron una jornada de cabalgata atípica, pero sin perder la verdadera esencia.
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