CHICLANA

La nueva Alameda del Río, un impulso para los negocios más cercanos

Tras dos meses de su estreno, las asociaciones hosteleras valoran la reestructuración de forma positiva para los comerciantes del centro de la ciudad

Inaugurada la nueva Alameda del Río

Cada tarde se dan cita decenas de niños y niñas. pepe ortega

Pepe Ortega

Chiclana

Es jueves por la tarde y la nueva Alameda del Río vuelve a ser un día más el escenario de disfrute para decenas de niños y niñas. Algunos deciden tirarse por el tobogán, otros saltar en la cama elástica y hay quienes prefieren trepar por las cuerdas del parque infantil hasta llegar a lo más alto. La variedad de juegos es pasmosa. Si fuera posible, cualquiera volvería a tener siete años solo para saltar durante un rato en esa cama elástica encajada en el suelo.

Se cumple poco más de dos meses de su apertura. El 18 de diciembre se inauguró la Alameda del Río tras 11 meses de obras, ejecutada con Fondos Europeos a través de la EDUSI y una inversión de 2,4 millones de euros. De la antigua, seña de identidad de Chiclana, queda muy poco. Tan solo el Quiosco de la Música y las palmeras. Ahora, una de las novedades es que se ha priorizado al peatón, pero no se ha restringido el tráfico. La vía que conecta el parking subterráneo y la Calle Frailes es trascendental para la circulación en el centro de Chiclana y así se ha podido saber tras los cortes producidos durante los meses que ha durado la obra. Sin embargo, la velocidad máxima de los coches es de 20 km/h en un tramo en el que se ha eliminado la acera y se ha creado una plataforma única.

Del parque infantil a la carretera hay escasos metros y la importancia del tramo para los vehículos provoca que circulen con frecuencia. Aunque hasta el momento parece no ser un problema para la seguridad de los niños y niñas que disfrutan en el parque infantil. Unos bancos, en los que se sientan los familiares, los separa de los vehículos. Mantener el tránsito de los coches ha sido vital para los comercios hosteleros de la propia avenida y los alrededores. «Es importante que permanezca fluidez en esa zona para que puedan ir al entorno del centro», explica Vittorio Canu, presidente de la Asociación Chiclanera de Hostelería.

Los vehículos, a 20 km/h en una vía sin acera pepe ortega

La actividad en la Alameda se empieza a recuperar tras casi un año paralizada y eso lo notan los comercios más próximos a ella. «La calle la Plaza o la calle la Vega tienen ahora un paso más abierto y atractivo para que la gente llegue hasta allí .Sin duda, en la comunicación con los negocios de los alrededores nos ha beneficiado», afirma Ana Belén Mota, presidenta de la plataforma de hosteleros Vive Chiclana. En la propia Alameda tan solo hay un bar. «El modelo en sí no propicia que no haya bares porque la carretera está muy pegada al edificio. Quien quiera invertir ahí sabe que es mejor que tenga terraza. Si no la hay, es muy difícil que sea rentable», sostiene Vittorio Canu.

La mayoría de los locales de la calle lucen el cartel de «Se alquila». «Hay quien ha cerrado por jubilación o por varios casos y se empiezan a abrir negocios en esos mismos locales. Todo eso es positivo. Al haber convertido a Chiclana en una ciudad mucho más atractiva, se empieza a apostar por traer un comercio más innovador o de otras marcas que antes aquí no había«, sostiene Ana Belén Mota. Aseguradoras o Inmobiliarias son algunos de los negocios abiertos. Sin embargo, tras la gran apertura y la afluencia continuada de familias, recientemente se ha abierto una tienda de chucherías para los más pequeños.

La inversión fue de 2.4 millones de euros. pepe ortega

Los hosteleros acentúan el paso de la gente que ha traído consigo la Alameda. «Si no hubiera estado como está ahora, no hubiera tenido tanto público. Nada más con el trasiego de los padres con los niños... en Navidad, eso parecía la feria», confiesa la presidenta de Vive Chiclana, quien asegura que «todavía lleva poco tiempo y no se nota el impacto en cuanto a cifras, además de que enero es un mes muy malo, de standby«.

Pero hay cosas mejorables. «Lo que le falta, y yo supongo que vendrá con el tiempo, son bares, aunque eso es inversión privada«, afirma. El modelo de circulación del centro de Chiclana impide ver una Alameda del Río llena de bares y terrazas; para ello, haría falta una reestructuración importante de todo el entramado de carreteras y acceso de vehículos. La cantidad de establecimientos cerrados y sin uso imposibilitan sacar el máximo partido de una zona frecuentada cada vez más. »Allí hay locales muy grandes y espero que empiecen a apostar en breves por ellos. Por precios de alquiler o por lo que sea no han podido abrir en la misma alameda, pero sí por las calles cercanas y eso también es un punto positivo«, concluye.

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