concert music festival
Melendi abre el baúl de los recuerdos y convierte 20 años en una eternidad
El artista asturiano brilló en su primera de las dos fechas que le esperan en Concert Music Festival con motivo de su gira '20 años sin noticias'
Melendi, en Concert Music Festival
Hace dos días ibas camino a la playa en la parte de atrás de un Citroën Saxo y tu padre sacaba de la guantera un disco de un chaval con rastas y piercings en la cara. En letras grandes ponía: Melendi. Más de 20 años después, esas mismas canciones que cantabas a pleno pulmón por la ventanilla vuelven a hacer eco en tu cabeza. Aunque tal vez nunca dejaron de hacerlo, porque lo que deja huella nunca se va. Y Melendi de eso sabe un rato. Solo había que echar un ojo al público que llenó hasta la bandera Concert Music Festival (CMF) para saber que Melendi rompe cualquier barrera generacional: familias al completo, mayores y también jóvenes unieron sus voces y corearon los temas, aunque más bien son himnos, del artista ovetense. Despertarse afónico es el precio a pagar por una noche inolvidable. Porque 20 años pueden parecer muchos, pero si el camino se hace con la banda sonora de Melendi se recorre con gusto.
A la música de Melendi no le hace falta trucos ni técnicas para conectar con su gente; tan solo un grupo de colegas músicos y un micrófono. Desde el primer segundo que Ramón Melendi irrumpió en el escenario con su energía, encandiló al público y no se le borró la sonrisa de la cara. Una prueba clara de que a pesar de que pasen y pasen los años, uno no se cansa de ver la alegría en el rostro ajeno. El poder de la buena música, lo llaman.
Con Melendi no hay calentamiento; el primer tema es un anticipo de lo que va a ocurrir durante las próximas casi dos horas. 'El parto' abrió la lata de un show que fue el primero de los dos consecutivos que protagonizará en Concert Music Festival. Y para los dos agotó todas las entradas. A un arranque fulgurante le siguió 'Tocado y Hundido', y la maquinaria de los recuerdos empezaba a funcionar. «Soy el capitán de este barco roto; soy el gilipollas que te sabe a poco». Los estribillos de Melendi no se cantan, se sacan a gritos del corazón.
En su gira '20 años sin noticias' no faltó ninguno de sus grandes éxitos. «Este tema lo escribí con 17 años», introdujo Melendi antes de que sonaran los acordes de 'Con la luna llena'. «Porque te quiero como el mar...». Y ya está. Ese tema se lo saben de pe a pa hasta en las aulas de infantil, aunque todavía ellos no lo sepan. 'Caminando por la vida', 'Un violinista en tu tejado' o 'Barbie de extrarradio' fueron la banda sonora de un viaje hacia lo más profundo de nosotros. A un momento donde todo era diferente, y tal vez peor, porque no todo tiempo pasado fue mejor. «Durante muchos años no me traté bien. Con los demás tenemos una vara de medir diferente a la nuestra: con el resto quedo a una hora y soy puntual; pero me digo que mañana voy a ir al gimnasio y no voy», aseguró el compositor asturiano, quien añadió que lucha por «quererse un poco más» porque tiene «muchos defectos pero también muchas virtudes». Una reflexión personal que vino como anillo al dedo para dar paso a 'Tan tonto como tú'.
Pero en un concierto de Melendi no solo se desfasa y se dan botes como si el mundo se acabara mañana. También hay tiempo para la emoción. Y fue con 'Cenizas en la eternidad' cuando las lágrimas de los fans cayeron por sus mejillas. Con este tema, Melendi quiso agradecer el apoyo que siempre le brinda su público: cogió la silla, les regaló todo el protagonismo y cantó mientras en la pantalla gigante sus seguidores entonaban la letra. Sus caras lo decían todo. Sin duda, fue uno de los momentos más emotivos: «¡Vamos a hacer magia, sacad los móviles!», instó Melendi. Y todo el público, como guerreros, obedeció y pintó una postal preciosa bajo el cielo del poblado de Sancti-Petri.
Tras la presentación del gran elenco de músicos que lo acompañaba, y que cada uno regaló una demostración de skills al respetable, poco a poco el concierto llegaba a su fin. Pero todavía quedaban temas como 'Hablando en plata' o 'Tu jardín con enanitos'. «Cuando me voy de gira fuera de España no les cuento la verdad del todo pero a vosotros no os puedo engañar: vosotros sabéis que cuando era joven me gustaba otro tipo de jardines...», bromeó Ramón Melendi antes de dar paso al tema.
El broche de oro a una noche mágica se lo puso con 'Lágrimas desordenadas'. «Y puse tus recuerdos a remojo; Y flotan porque el agua está salada; Salada porque brotan de mis ojos; Lágrimas desordenadas». El estribillo, cantado a pleno pulmón por un CMF a rebosar, traspasó el Caño de Sancti-Petri y se guardó en un baúl de los recuerdos que más pronto que tarde se volverá a abrir. Ya sea en un concierto, en una barbacoa con amigos o de camino a la playa con tus hijos. Porque, aunque ahora no haya disquera en el coche, Melendi será la banda sonora de muchas vidas.
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