Música

Chiclana tiene un nuevo Residente

El artista de Puerto Rico deleita al público de Concert Music Festival con sus temas más icónicos y reconocidos como Latinoamérica o La vuelta al mundo

Concierto de Residente J. M.

J. Mejías

Chiclana

En una noche vibrante, Residente enciende el escenario del Concert Music Festival en Chiclana con una actuación cargada de la fuerza, emoción y el compromiso que caracterizan al artista natural de Puerto Rico. Desde los primeros acordes, el cantante desata la locura del público al interpretar algunos de sus temas más icónicos como Latinoamérica, Baile de los pobres, Vamos a portarnos mal o La vuelta al mundo, y con los que los asistentes no dejan de saltar y brincar como pocas veces.

Más allá del ritmo y las letras tan reivindicativas que caracterizan su repertorio, Residente también muestra su lado más íntimo y humano con la interpretación de René, una canción profundamente personal con la que no pudo contener las lágrimas sobre el escenario. En este tema, el puertorriqueño relata su vida, como cuatro policías asesinaros a su mejor amigo de la infancia, habla de sus fracasos, de sus conflictos y confiesa que planteó el suicidio y cómo una llamada a su madre lo cambió todo.

Residente vuelve a la Calle 13

Pasadas las 22.30 horas, las luces del escenario del Concert Music Festival se apagan, comienzan a aparecer los músicos que acompañan a Residente. Comienza a sonar un contrabajo que deja al público mudo. Sobre el escenario, batería, guitarras y teclados. Se hace el silencio y René saca el Baile de los pobres. El público enloquece, la gente comienza a gritar y a bailar. «No tengo mucha plata, pero tengo cobre, aquí se baila como bailan los pobres».

Comienzan a sonar uno tras otro grandes éxitos de Calle 13, la banda que René formó con sus hermanos y que lo catapultaron a la fama. No hay nadie como tú, Cumbia de los aburridos y Atrévete, probablemente la canción más famosa de Residente. «Yo sé que a ti te gusta el pop rock latino, pero es que el reguetton se te mete por los intestinos, por debajo de la falda, como un submarino y te saca lo de indio taíno».

Un alegato en favor la educación pública. «Vamos a brincar por la educación pública gratuita y de calidad, es un derecho. En nombre de todos los estudiantes y de la gente que se manifiesta para lograr cambios positivos en el mundo, que se manifiestan por miedo, por ellos vamos a brincar y abrazarnos». El público se abraza y suena El aguante, un homenaje a la resistencia humana frente a las adversidades de la historia y la vida cotidiana. Con una mezcla de ironía y contundencia, repasa episodios de sufrimiento colectivo para exaltar la capacidad de aguantar del ser humano. «Aguantamos el salario mínimo y el desempleo, aguantamos las Malvinas y la invasión británica, en la ciudad de Pompeya aguantamos lava volcánica, y dentro de la lógica de nuestra humanidad nos creemos la mentira y nadie aguanta la verdad».

Tras El aguante llega Muerte en Hawái antes de dar La vuelta al mundo. Un tema que «escribí hace mucho. Estuve en el sur de Argentina escribiendo por el camino de los siete lagos, regresé a Buenos Aires para enseñar este tema a un músico de allí, le gustó. Este tema va de disfrutar las cosas al máximo porque hacer lo que más nos gusta en un privilegio. Esto es algo que me gusta decirlo delante del público, ahora estoy haciendo lo que más me gusta, no quería estar en una tarima, empecé a hacerlo porque pensé que me gustaría, me gustaría estar donde ustedes viendo a esta banda tocar, me gusta escribir música, cuentos o lo que sea, me gusta escribir pero tengo déficit de atención. Les invito a dar La vuelta al mundo».

Residente no es un cantante al uso, es un poeta que canta, que utiliza la música para lanzar un mensaje, ya sea un mensaje contra «el genocidio en Gaza» o para hablar de la belleza de una mujer. «Este tema salió porque empecé a hablar con una mujer super bonita, era de madrugada y el sol no salía cabrón. Mira la hora que es y el no sale, y pensé que a lo mejor está intimidado por los ojos de esta muchacha», y comienza a sonar Ojos color sol. «Hoy el sol se escondió y no quiso salir, te vio despertar y le dio miedo de morir, abriste los ojos y el Sol guardó su pincel, porque tú pintas el paisaje mejor que él. Cuando amanece, tu lindura, cualquier constelación se pone insegura. Tu belleza huele a mañana y me da de comer durante toda la semana».

René, la depresión y una llamada que le salvó la vida

Residente sacó el lado más personal de René. Es una de sus composiciones más íntimas y personales. En ella, el artista se desnuda emocionalmente para hablar de su infancia, su familia, su lucha con la salud mental y los momentos más oscuros de su vida, incluyendo pensamientos suicidas. A través de una narrativa cruda y honesta, Residente conecta con su yo más vulnerable, alejándose del personaje público para mostrar al ser humano detrás del artista. En René, Residente relata como cuatro policías mataron a su amigo de la infancia Christopher, refleja el dolor tras la ruptura con su pareja y el impacto emocional que eso tuvo en su vida, así como la dificultad de estar lejos de su hijo, expresa cómo, a pesar del éxito, ha perdido parte de su identidad y se siente alienado de sí mismo.

«Es un tema complejo, en la gira decidí comenzar con este tema, pero se hizo agobiante. Es importante sentirse incómodo. Cuando uno está cómodo es cuándo empieza a hacer lo mismo, y como artista es importante sentirse incómodo» afirma, antes de lanzar su mensaje más importante de la noche: «Si hay gente que se siente con ganas de no estar aquí que hable con la gente». Cabe destacar que Residente ha confesado que pensó en suicidarse y que una llamada a su madre cambió su vida. Si su madre no le hubiese cogido el teléfono, René confesó que se habría suicidado.

Un cierre para portarse mal

Continúa el concierto con Guerra, Latinoamérica, 313, Ron en el piso, Chulin culin chunfly, y el futuro es nuestro. Residente muestra una camiseta en apoyo al pueblo palestino, uno de sus músicos es de Palestina y toca el contrabajo. «Lo que está viviendo la humanidad es un desastre, hay un genocidio en marcha y está cabrón que haya gente que lo justifique. Algunos se van a sentir muy culpables cuando dentro de diez años salga todo lo que está pasando. Cada vez que se denuncia lo que pasa en Gaza ejercen presión, no hay que dejar de presionar. ¿Cuánto vale la vida de un niño? Están matando a familias en Gaza, ahora mismo tiene que estar muriendo un niño en Gaza, los dejan morir de hambre, quien defienda esto no se merece ser mi amigo, no hay negociación. Aquí en España se siente esta presión».

Cierra con Vamos a portarnos mal, una de las canciones más explosivas y rebeldes de Residente con Calle 13, convertida en un himno de desobediencia y celebración de la libertad. En ella, invita a romper las normas establecidas, desafiar las convenciones sociales y entregarse al caos con alegría. Es una llamada al descontrol. «Esto no se trata de rebeldía. Esto se trata de ser indisciplinado por un día».

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