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Las Carreras de Caballos de Sanlúcar, un foco mediático y social
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Esta centenaria cita atrae la atención de un público multitudinario, tanto en la arena de la playa como desde sus casas
Las Carreras de Caballos vuelven un agosto más a las playas de Sanlúcar. 178 ediciones contemplan ya a una cita histórica que está declarada de Interés Turístico Internacional y que ofrece unas estampas de gran belleza durante dos ciclos distintos, el primero de ellos entre los días 10, 11 y 12 y el segundo el 25, 26 y 27 de este mismo mes.
Ver un espectáculo poco habitual en las costas y disfrutar de un lugar de referencia durante el verano gaditano como es Sanlúcar, hace que mucha gente opte por acudir a este rincón de la Costa Noroeste, ya sea para pasar la jornada o para disfrutar de varios días en la ciudad. Así lo atestiguan las reservas hoteleras durante esos días de temporada alta, que habitualmente suelen completar todas las plazas.
La gastronomía es otro punto reclamo importante. La que fuera capital española en estas lides durante el pasado año ofrece multitud de establecimientos con una extensa oferta en la que no faltan los grandes referentes de la cocina local como pueden ser los langostinos, las tortillitas de camarones o el pescado frito. Acompañado de manzanilla, por supuesto.
Todo ello se une durante esos seis días de carreras que tienen su epicentro en la playa de Las Piletas, donde se instala la carpa que hace las veces de casa de la Real Sociedad de Carreras de Caballos de Sanlúcar. En esa ubicación, los equinos pasan por los distintos procesos imprescindibles para la competición.
Desde ese punto, minutos antes de cada carrera, en las instalaciones jockeys y animales llevan a cabo el ritual pertinente, que incluye una reglamentación que hay que cumplir escrupulosamente, y los asistentes pueden ver el aspecto de los caballos antes de apostar por alguno de ellos.
Posteriormente, los caballos emprenden camino por la arena sanluqueña en dirección a la playa de Bajo de Guía, donde les espera el cajón de salida volante, que se sitúa en un lugar determinado u otro en función de la longitud que tenga cada carrera.
El orden de llegada a la meta otorga a las cuadras importantes premios y sirve para que los aficionados puedan ganar algo de dinero si la suerte les acompaña. Eso en el recinto oficial, porque a lo largo de todo el recorrido hay muchas metas. Tantas como los niños pinten en la arena de forma paralela a las casetas que de forma casera han preparado en los días previos. En cada uno de ellas, se pueden apostar cantidades simbólicas que se pueden multiplicar hasta por cuatro en caso de ganar. Por supuesto, en muchas ocasiones el caballo que va ganando a mitad de carrera y da algún euro extra al apostante a pie de playa, llega a la meta oficial desfondado. O no. Esa es parte de la esencia de las carreras sanluqueñas.
Un espectáculo como este levante siempre enorme expectación, tal y como atestiguan las audiencias de las emisiones de la televisión municipal Costa Noroeste, que aglutina a miles de personas que incluso desde el extranjero disfrutan con las retransmisiones en directo. La influencia mediática de las Carreras de Caballos fue cifrada el año pasado por el Ayuntamiento de Sanlúcar en más de un millón de impactos.
Y otro factor a tener en cuenta es la relevancia social del evento, ya que muchas empresas y patrocinadores tienen presencia en el recinto oficial, donde verano a verano se dan cita, entre muchísimos otros, deportistas, empresarios y representantes públicos de máxima rango de todas las administraciones. Un sitio al que a todo el mundo gusta ir y en el que, entre carrera y carrera, también se aprovecha para tratar asuntos que en algunos casos pueden ser de gran importancia.
