Provincia

El campo gaditano vuelve a tomar las carreteras

Movilización de agricultores

Las principales organizaciones agrarias respaldan una movilización que tiene como objetivo que la agricultura consiga «rentabilidad, reciprocidad y simplificación»

Un grupo de agricultores en la entrada de Cádiz Antonio Vázquez
Álvaro Mogollo

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El malestar reinante entre los agricultores y ganaderos españoles durante los últimos meses cristalizó el pasado 6 de febrero con una movilización que ocupó importantes carreteras en casi todas las provincias y que se desarrolló durante más de una semana.

Dichas protestas no contaban con el respaldo explícito de las organizaciones agrarias, que incluso llegaron a criticar algunas de las acciones llevadas a cabo en las protestas, y se cimentaron a través de redes sociales y en conversaciones privadas de empresarios y empleados que entendían que era necesario alzar la voz.

La movilización de hoy es distinta en ese sentido porque llega avalada por las principales asociaciones del mundo agrario y también por los sindicatos, por lo que no sería destacable que el poder de convocatoria fue aún mayor en esta jornada.

El punto neurálgico va a estar en el Puerto de Algeciras, hacia donde se dirigirán desde muchísimas localidades gaditanas gente del campo que llenará la autovía A-381 desde Jerez para hacerse escuchar y que sus reclamaciones sean atendidas.

A las 10:00 se espera que miles y miles de personas vinculadas de una forma y otra con el sector primario empiecen a llegar a la zona portuaria de Algeciras a pie, tras dejar sus vehículos aparcados a la entrada de la ciudad campogibraltareña.

Desde Jerez partirá una caravana a las 7:30 de la mañana. Saldrán desde el circuito de velocidad Ángel Nieto, utilizando el carril derecho de la autovía y fijando el lugar de encuentro en el aparcamiento del estadio del Algeciras C.F., el Nuevo Mirador, para partir andando con otros muchos agricultores y ganaderos que llegarán desde diferentes puntos. Por citar un ejemplo, la Asociación Agricultores Costa Noroeste de Cádiz aportará al menos siete autobuses a la causa, según han confirmado a este medio.

«Lo ideal es que todo el mundo del sector primario vaya para remar juntos», dice el ganadero del sector vacuno Fidel Romero, que cree que al tratarse de una convocatoria en la que están presentes organizaciones agrarias, el tirón puede ser aún mayor que en las protestas de principio de mes.

Esta movilización, a diferencia de las de hace unas semanas, no contará con tractores para no colapsar las vías, tal y como explica José Pravia, presidente provincial de Asaja: «Tenemos que tener en cuenta los derechos de toda la ciudadanía, ya que contamos con su respaldo y no queremos que haya repercusiones graves». «Sería una inconsciencia meter tractores. Los españoles no tienen culpa, la tienen los políticos», expone.

Causas que motivan esta movilización

No hay sólo una causa que provoque esta movilización porque son muchos motivos los que han ido llenando el vaso de la paciencia de los agricultores y ganaderos, que ven la situación actual como insostenible, poniendo en juego la viabilidad de sus negocios.

José Pravia, de Asaja, una de las entidades convocantes junto a COAG, UPA o Cooperativas Agro-Alimentarias, afirma que mostrarán «el sentir del campo y a ver si nos escuchan, porque las reivindicaciones no son de ahora, llevamos años diciéndolo y es una pena que hayamos tenido que llegar a este punto».

El representante agrario, en el cargo desde el pasado mes de octubre, expone que las principales reclamaciones pueden agruparse en tres frentes diferentes pero igual de importantes: rentabilidad, reciprocidad y simplificación.

El primero de ellos alude a los bajos precios que recibe el sector primario por su producción y que tensan las cuentas de los agricultores y ganaderos hasta el punto de que se les hace complicado afrontar los costes. A ello hay que sumar la Política Agracia Comunitaria: «No es sostenible porque no contempla la pata de la viabilidad económica, que no se cumple», dice Pravia.

«Llevamos 15 o 20 años de restricciones de la Unión Europea, que está bien que se controle y se exija, pero tenemos que ser rentables», dice Fidel Romero, ganadero que está especializado en la producción y distribución de leche.

Este productor jandeño expresa su desazón por el establecimiento de precios sin tener en cuenta los costes: «A mí me imponen el precio de lo que vendo, dime otro sector en el que eso pase. Uno sabe cuánto siembra, cuánto cuesta el pienso o el gasoil, pero no sabes a qué precio vas a cobrar el producto».

Otro de los motivos es la competencia desleal que entienden que se realiza desde países terceros, siendo más barato para los intermediarios adquirir los productos en el extranjero y traerlos hasta España. Esta cuestión tiene otra derivada que no es menor y es el hecho de que esta materia prima no cumple con los requisitos y estándares de calidad y seguridad alimentaria que sí que se les exige a los productores españoles.

«Estamos poniendo en la mesa de los ciudadanos verduras, frutas, hortalizas, arroz, cereales, carne o pescado bajo los estrictos estándares de la Unión Europea, pero estamos siendo sustituidos por otros países del extranjero que hacen que a los consumidores les lleguen los productos sin esas garantías que nosotros estamos cumpliendo», dice Juan Pérez San José, vicepresidente de la Asociación Agricultores Costa Noroeste de Cádiz.

Creen que participan en una competencia en la que no todo el mundo tiene las mismas reglas de juego, afirma el presidente de ASAJA: «Traen productos de fuera con estándares de calidad inferiores a los nuestros y poniendo en juego la salud porque se utilizan fitosanitarios que aquí no están permitidos».

La última de las reclamaciones apunta a la carga burocrática a la que se ven sometidos, algo que la mayoría considera desproporcionado por procesos repetitivos, algo que encarece los costes por necesidad de mano de obra que los lleve a cabo.

Bajada de precio en origen y subida en la cesta

Romero se muestra especialmente indignado porque desde el pasado verano, el precio de venta que reciben por la leche ha bajado en 10 céntimos, algo que no se aprecia a la hora de que el consumidor haga la compra: «Esa bajada no se ha visto repercutida en el lineal. Si a mí me bajan 10 céntimos, que le baje también al consumidor y que la cesta de la compra no le cueste tanto».

«El primer eslabón de la cadena está cerrando empresas porque no son rentables pero al consumidor le ha subido el precio. Que me digan a mí dónde están los intermediarios», expresa, al tiempo que asegura que la Ley de Cadena Alimentaria se incumple «día sí y día también».

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