Tensión en el desahucio de una madre y sus dos hijos de 4 y 12 años en Cádiz

Mucha tensión en el desahucio de Verónica Rueda, una joven madre de dos hijos, de 12 y 4 años, cuya orden de desalojo debía ejecutarse a las 10 horas de este jueves. Esta gaditana, que reside en el bloque 22 de la avenida Guadalquivir desde el pasado mes de marzo, cuenta con el apoyo de muchos vecinos y amigos para evitar que se produzca el desahucio programado.

Explica Verónica que vivía de alquiler en La Laguna hasta el pasado mes de marzo. Justo en ese mes falleció su hermano mayor, que vivía en la casa de la que ahora la quieren desalojar y su casero le dijo que tenía que dejar el piso en el que ella vivía en una semana. Por eso, detalla, cogió las llaves del que había sido siempre su hogar familiar y donde residía su hermano hasta el momento de su muerte y se fue a vivir allí con sus dos hijos, de 12 y 4 años. Desde entonces, afirma, «no levanto cabeza». «Adecué la vivienda para poder vivir aquí con mis dos hijos. Y me fui a hablar con la Junta de Andalucía, que no quiso hablar conmigo porque yo no soy la propietaria», cuenta. «No soy una okupa, los okupas dan un patada y se meten. Yo no, yo pago el alquiler que está a nombre de mi hermano, los recibos, la comunidad», asegura Verónica.

Lo hace desde la ventana de su casa, a la que se han acercado decenas de vecinos y amigos a expresarle su apoyo y evitar que se ejecute la orden de desahucio. «Puse el piso decentemente para que mis hijos tuviesen donde vivir, fui a juicio y lo perdí, la jueza dictaminó que me tenía que ir», narra Verónica. «Después fui a hablar con el alcalde de Cádiz, Bruno García, me dijo que 'tranquila, vamos a hablar con AVRA a ver si puede pararse' y dice que es la jueza la que me echa», cuenta. La joven explica que el piso es de la Junta de Andalucía, no de un particular y que, por lo tanto «algo puede hacerse. La Junta debe parar esto, porque yo tengo dos hijos menores llorando día tras día sin saber donde van a dormir», reclama.

«Mi hijo pequeño le dijo a su seño que soñaba con que no lo echasen de su casa. Cuando un niño de cuatro años tiene que soñar con Spiderman, ¿por qué mi hijo tiene que soñar con eso?», se pregunta Verónica, en declaraciones a los medios de comunicación.

La joven afirma que la única opción que le dan es dormir esta noche con sus hijos en un albergue. «Yo necesito una vivienda. Que mis hijos estén bien», dice Verónica. Al tiempo que afirma que ella quiere hacerse cargo de la deuda que su familia ha dejado con respecto a la casa y quedarse en la vivienda y que así se lo manifestó a la jueza. Pero la Junta se niega a poner la casa a su nombre. «No hay derecho», reclama. «Yo no he hecho nada malo».

La deuda de la casa, cuenta, es de 9.000 euros, pero ella ahora mismo no trabaja. «Soy trabajadora, pero no levanto cabeza», dice. «Solo pido tiempo para que yo me pueda buscar una vivienda». Y afirma, «no me voy a ir de aquí, la policía no va a entrar».