Cádiz
No eran sólo dos palmeras: desaparecen los dos árboles que se plantaron para honrar la memoria de los hermanos Raúl y Jesús
Los dos jóvenes fallecían en un accidente de tráfico en 1992 y el alcalde de Cádiz, Carlos Díaz, decidió plantar dos palmeras en el lugar del suceso, junto al puente; con las obras de reforma se les ha perdido el rastro
Las palmeras se han salvado: han sido trasplantadas en otro lugar y regresarán cuando terminen las obras del puente Carranza
Era el año 1992. El de la Exposición Universal, el de las Olimpìadas y el de la Gran Regata. Pero para una familia gaditana, el 92 quedó marcado como un año trágico, muy triste. Dos jóvenes, hermanos, perdían la vida en un mortal accidente junto al puente José León de Carranza, en su llegada a Cádiz.
Los chicos estrellaron su ciclomotor contra un autobús y su existencia se apagaba de pronto, demasiado pronto. Este episodio causó un profundo estupor en la ciudad y entre los vecinos de esta familia. Su padre, con frecuencia, acudía a esta zona del accidente para depositar flores y ramos en el lugar donde perecieron sus hijos. Es tierra árida, azotada por los vientos, compleja para el arraigo. Por ello, el progenitor acudió en ayuda de por aquel entonces el alcalde de Cádiz, Carlos Díaz, recientemente fallecido, para rogarle que pusieran un árbol o una planta en memoria de sus hijos.
Fue entonces cuando la Delegación de Parques y Jardines decidió poner dos palmeras washingtonia (pequeñas entonces, pero que ahora ya lucían un majestuoso porte de al menos seis metros cada una) en honor a los jóvenes. En su carácter simbólico y profundamente emocional, las palmeras, de la misma edad, crecieron de forma diferente, eran de distinta talla, una más pequeña que otra, como los hermanos.
Y ahora ya no están. Han desaparecido. Hace pocas semanas iniciaban las obras de reforma del puente Carranza, y desde entonces ya no se puede apreciar su inconfudible figura.
Los trabajadores de Parques y Jardines han preguntado tanto a la Delegación de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Cádiz, como a trabajadores de las obras del puente por la suerte que han corrido las dos palmeras. Pero nadie con exactitud ha sabido decir si fueron cortadas o trasplantadas de lugar, por lo que se temen que, tristemente, la primera opción es la que resulta más probable. Como apuntan los operarios, que durante tres décadas han estado mimando a estos dos árboles, «no eran, por tanto, dos palmeras cualquieras, hasta el punto de que todos los que conocían este luctuoso suceso las conocían, incluso, con los nombres de Raúl y Jesús«.
La familia y los amigos de los dos jóvenes han mostrado su «sorpresa, indignación y pena, sobre todo esto último, mucha pena», al ver cómo han desaparecido estas dos palmeras que se encontraban a la altura del comlejo deportivo Elcano. Denuncian que «acaban de ser inexplicablemente arrancadas por la empresa contratada por el Ministerio de Transporte con motivo de las obras que se están realizando en el puente Carranza».
Piden a las autoridades competentes y, en especial, a los responsables de las obras del puente que «se dé una explicación de lo que ha sucedido con las palmeras «Raúl» y «Jesús», ya que, si bien es lógico y entendible que pudieran molestar para las obras, lo razonable habría sido que, teniendo en cuenta su significado, se hubieran trasplantado provisionalmente a otro lugar para volver a ubicarlas en su ubicación original una vez que las obras del puente lo permiesen». Con el mismo respeto, la misma educación, la misma sensibilidad con la que se dirigieron al alcalde hace 32 años, entienden que «las necesidades constructivas no deben estar reñidas nunca con la sensibilidad social y el respeto por la memoria de unos padres, una familia y todos los amigos de los dos hermanos fallecidos« en 1992.
