CÁDIZ

Retratar la diversidad desde los cuentos: «Ahora tenemos herramientas para que los niños sean conscientes»

'Rumbo al Okavango', la obra de las gaditanas Marina Fuertes y Cristina Fierro, busca con «un vocabulario y un lenguaje sencillo tener una sociedad mucho mejor, sin olvidar que los más pequeños lo naturalizan todo»

Rumbo al Okavango, con una de sus autoras Marina Fuertes l.v.
Rubén López

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Dicen que los niños son como esponjas capaces de absorber toda la información que les llegue y hacerlas suyas de una manera tranquila y natural. De ahí que la necesidad de que los más pequeños entiendan lo que les rodea desde edades tempranas de cara al futuro que les espera es uno de los muchos objetivos que los educadores de hoy en día tienen en su día a día.

Y con esa necesidad los cuentos se han convertido en una herramienta muy valiosa a tener en cuenta. Llegar al público infantil de una manera directa y con su propio lenguaje. 'Rumbo al Okavango' es un ejemplo de ello. Un cuento infantil obra de dos gaditanas, Marina Fuertes como autora y Cristina Fierro como ilustradora que ya saben lo que es contar historias distintas para los más pequeños tras la experiencia con 'El mundo de Claudia'. 

Ambas han trabajado codo con codo con el objetivo de explicar la diversidad, que no todos somos iguales por dentro pero que sí lo somos por fuera. Que los niños comprendan la diversidad como una cuestión normal y natural del propio entorno que les rodea.

«Es un cuento que surge por la necesidad de concienciar a la sociedad de la diversidad. Soy maestra de educación especial y entiendo que es importante concienciar a la gente que todos somos diferentes pero que no nos podemos quedar con la primera impresión de una persona», reconoce Marina Fuertes.

La historia de este cuento relata «un grupo de animales que viven en el rio Okavango, un rio de África. Se encuentran con una sequía y tienen que buscar agua. Se forman grupos y dejan de lado sus diferencias para conseguir el objetivo. Un trabajo en equipo en definitiva«, explica una de las autoras.

Fuertes no olvida que al final el cuento tiene como base lo que ella vive como educadora. «Me inspiro en los alumnos. Una necesidad de poder contar con un vocabulario y lenguaje sencillo la realidad de estas familias para que pueda llegar a los niños pero también a los padres y madres. El protagonista del cuento represente el TDH (Trastorno por déficit de atención con hiperactividad), por ejemplo. Una manera de acercarse a los más pequeños para que conozcan de verdad el mundo que les rodea».

Asimismo, 'Rumbo al Okavango' es también un cuento contado en primera persona. «Yo tengo TDH y mi mente funciona más rápida. A mí se me mete una idea en la cabeza y no paro de darle vueltas. Cuando la tengo lo escribo, me obsesiono con la idea y le doy vueltas hasta que lo tengo montado», señala Marina Fuertes.

Y es que no se puede olvidar que «cada vez hay más niños con dificultades y se encuentran con diversidad en todos los sentidos. Diferentes trastornos o simplemente niños que tienen dificultad en algunas áreas. Es una manera de entender la diferencia pero comprender que al final son iguales que el resto. También destaca una manera de ayudar a los demás, con estos cuentos te puedes dar cuenta cómo ayudar a estas personas«, señala Fuertes.

La gran diferencia respecto a lo que se vivía hace veinte o treinta años es que ahora a la diferencia se le pone nombre y apellidos. «La diversidad siempre ha existido pero ahora somos más conscientes de todo y tenemos las herramientas para poder ayudar a los niños. Queda camino por recorrer, estamos en la dirección correcta pero hay mucho que hacer. Cómo podemos poner nuestro granito de arena para tener una sociedad mejor«.

Y es que como recuerda una de las autoras, «los niños naturalizan todo y lo entienden mucho mejor que los adultos».

Un cuento con conexión en Estados Unidos

De la autora a su ilustradora, porque no se entiende un cuento con imágenes y de ahí el papel de la persona que realiza esos dibujos o maneras de atraer la atención del pequeño lector resulta clave. Cristina Fierro cuenta ya con experiencia en el mundo de los cuentos, pues a su labor como docente se le une su pasión por la ilustración.

«Este cuento no deja de ser una historia que busca sensibilizar y normalizar la diversidad, algo con lo que me siento muy identificada como maestra», reconoce Fierro que ha tenido que terminar el proceso de creación del cuento desde Estados Unidos donde ahora reside junto a su familia y sigue trabajando como docente.

«Durante todo el proceso, Marina y yo hemos estado en contacto constante para adaptar y modificar cada detalle de las ilustraciones, cuidando que transmitieran el mensaje y la sensibilidad que ella quería reflejar en la historia. Empezamos a desarrollar los personajes y las primeras ilustraciones antes de que yo me viniera a Estados Unidos. He venido con un programa del Ministerio de Educación de España de profesorado visitante (PPV), lo que ha supuesto un gran cambio tanto personal como profesional. Una vez aquí, terminé el libro y no fue fácil. Al final, el proyecto se convirtió también en una forma de reconexión con mi parte más artística y con mis raíces. Ha sido muy especial terminarlo desde tan lejos«, reconoce.

Cristina Fierro con Rumbo al Okavango en Estados Unidos l.v.

No olvida Fierro que «como docente, considero fundamental saber ver la esencia de este tipo de alumnado y, con las herramientas adecuadas, ayudarles a desarrollar todo su potencial a pesar de sus dificultades. Cada niño tiene una luz propia, solo hay que encontrar la manera de hacer que brille«.

Un cuento que ha tenido también una gran acogida en Estados Unidos. «Mi familia y mis compañeros de aquí se han mostrado muy interesados al saber que es una obra sobre inclusión y que ha sido creada por maestras. Les encanta el estilo de las ilustraciones y el mensaje que transmite, porque conecta con valores universales como la empatía y la aceptación».

¿Cómo de importantes son las ilustraciones en los cuentos? «Para mí las ilustraciones son tan importantes como el texto. Son la puerta que invita al niño a entrar en la historia, a emocionarse y a comprender lo que ocurre incluso antes de saber leer. Mi pasión por el dibujo viene desde pequeña; siempre me ha gustado crear personajes y darles vida con colores y expresiones. Con los años, esa afición se ha unido a mi labor como maestra, porque he comprobado el poder que tiene la imagen para despertar emociones, enseñar y conectar con los niños».

Así las cosas, Fierro reconoce que es una alegría transmitir este tipo de valores a través de los cuentos y en un país distinto. «Ahora mismo estoy muy feliz porque una madre de la escuela donde trabajo aquí en Estados Unidos se ha interesado por mis ilustraciones y me ha propuesto colaborar en el cuento que está preparando. Ya estamos manos a la obra, y me hace muchísima ilusión poder participar en un proyecto nuevo en este país. Incluso hemos hablado de la posibilidad de hacerlo bilingüe, lo que me parece una idea preciosa para conectar con más niños y familias«, concluye.

Comparte esta noticia por correo electrónico
Reporta un error en esta noticia