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La Peña La Salle Viña busca salir a flote: cuatro décadas de historia en un trastero
La asociación vive una situación «complicada» tras abandonar su sede de toda la vida en el colegio y el primer objetivo es recuperar la tradicional Semana Cultural
La Asociación Peña Cultural y Carnavalesca La Salle Viña anunció el pasado 2 de febrero en un comunicado publicado en redes sociales que abandonaba su sede histórica en el colegio del barrio: «En los momentos previos a la actuación de nuestro coro La pecera en la fase final del COAC juvenil queremos anunciaros que en la última asamblea de socios y socias de nuestra entidad se decidió por unanimidad abandonar el local que ha constituido nuestra sede desde 1978».
Se explicaba que la decisión venía motivada por las desavenencias en las negociaciones con la dirección del Colegio La Salle Viña: «Tras haber estudiado y debatido la situación con las personas que conforman nuestra peña, convenimos que no teníamos otra alternativa que la salida del colegio al no poder afrontar el precio que este nos imponía y que podía hacer peligrar la propia existencia de nuestra entidad».
En esa misma asamblea se debatió la opción de mantener o no el nombre de Asociación Peña Cultural y Carnavalesca La Salle Viña de Cádiz. Después de hacer las consultas legales previas, y aunque no se podía garantizar su mantenimiento debido a que se estaba a la espera de que la propia institución de La Salle permitiera o revocara el consentimiento, la mayoría apoyó no cambiar la nomenclatura y seguir siendo fiel a la tradición al menos en esa dirección. Sin resentimientos, con orgullo.
«En ningún momento esta junta directiva ha planteado la disolución de la entidad. Seguiremos existiendo, sin domicilio social y llevando a cabo tanto nuestro coro de Carnaval como todas aquellas actividades para las que encontremos algún emplazamiento dispuesto a acogernos, siempre apostando por el impulso de la cultura y la juventud gaditanas», se aseguraba.
Dos versiones
No tardaba el centro en dar su versión de los hechos a la comunidad educativa. Los responsables explicaban que la peña ha venido desarrollando su actividad por una cantidad de 250 euros al mes, pero que, debido al aumento de los costos de suministros, se acordó incrementar esa cifra a 300. De la mano, además, quedaba también limitado desde ese momento el acceso a la sede al proponer «un uso regulado de las instalaciones».
La dirección escolar aseguraba que fue la peña la que decidió unilateralmente romper el acuerdo y marcharse del colegio a pesar de que, por su parte, se estaba «abierto al diálogo» y a reafirmar su «compromiso con la cultura y la fiesta» en el barrio y en la ciudad.
Tras la salida del colegio, la directiva actual de la Peña La Salle Viña trata de salir a flote y el objetivo principal a día de hoy es recuperar su tradicional Semana Cultural. Toca pasar página lo antes posible. Y es que, tal y como explica a este periódico el presidente de la peña, Joaquín Ballester, la situación a día de hoy es «complicada»: cuatro décadas de historia están guardadas en un trastero del Polígono Tres Caminos a la espera de que haya nueva sede. «La imagen nos duele, pero es la realidad a día de hoy», dice con la cabeza alta.
«No nos hemos ido por 50 euros», quiere explicar «antes de nada» Joaquín Ballester. «De 250 se subió a 300, pero no nos hemos ido por 50 euros. Lo que queríamos era poder tener nuestra barra, tener la opción de contar con ingresos... incluso le dijimos a la dirección del centro que pagábamos esos 300 euros si podíamos contar con flexibilidad en la organización de actos», detalla.
Han pasado 46 años desde que saliera el coro 'Los liberales de 1800' que dio origen al nacimiento de la Peña Cultural y Carnavalesca La Salle Viña. Ballester, que observa hacia atrás por los espejos retrovisores de la vida y recuerda «el daño que hizo la pandemia de coronavirus», no tarda en mirar al frente. El gran objetivo a día de hoy es recuperar este mismo año la tradicional Semana Cultural y Carnavalesca. Se valora como lo que debe ser: una fuente de ingresos vital para comenzar a buscar un local nuevo, un nuevo domicilio social.
Se barrunta otra patada a la historia. Y es que por primera vez puede ser un verano con la celebración de la Semana Cultural fuera del barrio de La Viña. «Manejábamos la opción del colegio San Teresa, pero no estamos a tiempo ya de solicitar sus instalaciones», lamenta Ballester. «Lo importante es reactivarla», destaca siempre con optimismo y cogiendo el toro por los cuernos.
De forma paralela se sueña despierto con que el coro juvenil pueda pasar a la modalidad de adultos, «volver a tener un coro puntero», y que se pueden realizar otras actividades más allá del Carnaval. «Cuaresma, Semana Santa...», piensa en voz alta. «Y recuperar el cuadro de 'Entre pitos y flautas', que aún está en el colegio», resalta.
«El proyecto nos vuelve locos, nos ilusiona. Los viejos del lugar plantaron una semilla, destruida por la pandemia de coronavirus, y estamos haciendo todo lo posible por recuperarla», suspira Joaquín Ballester.
El trastero... «Hay objetos con mucho valor sentimental. Lo que hay está a disposición de todos, pero la intención es mantenerlo y recuperarlo todo, tener un museo. En el trastero tenemos hasta uno de los martillos con los que se hizo la obra inicial de la peña».
El nombre... «Ese nombre conlleva muchas semanas culturales, muchos nombres propios, coros históricos, muchas emociones y vivencias».
El colegio ya es historia. Toca buscar relevo, «un local en el que poder reunirnos los socios y organizar todo tipo de actividades». «Entendemos que la peña es mucho más que la Semana Cultural. Debe ser un sitio de convivencia de socios, familiares y amigos. Queremos hacer muchas cosas», deja claro Ballester.
