Entrevista

Omar Osuna, profeta en su tierra

El gaditano, responsable de importantes eventos musicales en la provincia de Cádiz, está detrás del proyecto que transformará la Punta de San Felipe

Omar Osuna, en la zona de la Punta de San Felipe Neri en la que se levantará su nuevo proyecto Francis Jiménez

Jose M. Vilches

Cádiz

Son contados los gaditanos que son profetas en su tierra. Y Omar Osuna es uno de ellos. Dejó el periodismo para ir dedicándose poco a poco a lo que le gustaba, a lo que le apasionaba, y, no sin trabajo y sin esfuerzo, armas para conseguir objetivos en cualquier sector de la vida, ha triunfado. Se ha levantado, se ha caído, se ha vuelto a caer, se ha vuelto a levantar... Si vuelve a caerse, amenaza con seguir levantándose. De organizar el No sin Música a adentrarse en San Fernando con el Bahía Sound, mucho más que un ciclo de conciertos. Con la música a otra parte. Con acento gaditano, de Cádiz y para Cádiz.

El promotor musical lidera además junto al hostelero Raúl Cueto y otros socios la empresa Chiringuitour SL, que tiene entre manos la transformación de la zona de ocio de la Punta de San Felipe con el proyecto 'Calachica Sunset Bar'. Se ha anunciado que invertirán más de dos millones de euros para hacer realidad un sueño y la intención es empezar las obras lo antes posible para proceder a la inauguración en junio de 2024.

A Omar Osauna se la ilumina la voz hablando de este proyecto. «Cala Chica es uno de los proyectos que tenemos entre manos que no tiene que ver con la música. Va a transformar Cádiz, va a ser algo muy importante. Yo personalmente estoy muy ilusionado, no hay un sitio más bonito en Cádiz, ni en España si me apuras: un balcón al mar de esas características, con vistas a la Alameda, con unas puestas de sol maravillosas, en altura, que encima tenga una cala pequeña y coqueta ahí que se puede disfrutar y que se convierte casi en una piscina natural cuando la marea está en un punto idóneo».

«Es algo maravilloso y nosotros vamos a intentar estar a la altura de hacer un proyecto muy importante y bonito para Cádiz, que aparte sea un centro de ocio. Es un espacio con muchos metros cuadrados. En el mismo recinto tendremos como tres zonas: una gastronómica con un restaurante con las mejores vistas de Cádiz, un solárium con una piscina y camas para relajarse, y una zona de escenario donde habrá actuaciones de pequeño formato y de dj's: la gente podrá disfrutar, bailar, tomar copas y ser feliz. La verdad es que es un proyecto muy ilusionante, se habla de beach club, pero yo no lo veo así, diría que es bastante original. Puede ser un beach club, pero está en altura, no a pie de playa. Se asemeja, pero no se asemeja. Estamos muy ilusionados, ya vamos a pedir la licencia de obra, la vamos a dejar lista en cuestión de días, y todo dependerá de lo que tarde el Ayuntamiento de Cádiz en aprobarla. En dos meses esperamos comenzar con las obras y nuestra idea es abrirlo en junio, empezar en verano», adelanta Omar.

«Trabajamos a tope. Soy muy inquieto, lo que mejor se me da y me gusta es hacer proyectos y en eso seguiré. Me gusta inspirarme, viajar, conocer sitios y gente, ver cómo se hacen las cosas», reflexiona bajando el balón al suelo.

Y a seguir jugando. Hablar de proyectos con Omar Osuna es hablar del No sin Música, su primera gran criatura que no ha necesitado de pañales: «Le tengo un cariño especial, fue el primer producto que hice, que desarrollé con dos amigos más. Luego se desvirtuó metiendo a más gente, ya eso hizo que no estuviera tan cómodo. Y después de la pandemia, el socio mayoritario tenía muchas cosas entre manos y punto final. Los nuevos organizadores dicen que este año ha sido la edición más exitosa en lo que a público se refiere y yo me alegro mucho: es bueno para Cádiz y ojalá goce de buena salud durante muchos años, que les vaya tan bien como en este 2023 y que hagan 100 ediciones más como la de este año».

«Empezó de la mano de un gran amor por la música, no sé si ha cambiado mucho en ese sentido o sigue siendo lo mismo», apunta. «De los que estábamos al principio no estamos ya ninguno. Este año incluso fui, es un festival maravilloso para Cádiz. Me desligué totalmente y tomé un nuevo camino partiendo desde cero. Se pasó el luto, el duelo, y contento con el Bahía Sound y mis otros retos», añade con la página pasada.

La nueva lectura es el Bahía Sound. «Este verano ha sido brutal», define este gaditano profeta en su tierra con precisión. Y se extiende: «Este verano para nosotros ha sido brutal, hemos dado un paso de gigante en Bahía Sound, lo hemos consolidado, y aparte hemos creado un nuevo concepto, que a mí es lo que me gusta, crear, aportar novedades. Le hemos dado un punto para todos los públicos, nada elitista, y hemos dividido el recinto como en dos partes: un auditorio y beach club. Queríamos que la gente disfrutara del día, de la piscina, y hemos hecho una apuesta importante con Yass, con Raúl Cueto. Ha sido un boom, la gente lo ha flipado con las puestas escénicas. Hemos batido récord de asistencia, más de un 30% más que el año pasado. Ha sido increíble. El cierre con Niña Pastori brutal, un gran broche. Estamos muy contentos. Cada vez más apoyo, más marcas que se interesan y muy contentos. Se puede decir que nos hemos convertido en uno de los ciclos más importantes de la provincia junto al Concert. Estamos encantados de estar en San Fernando y queremos seguir allí y en otros sitios, haciendo cosas», afirma.

Y si hablamos de recuerdos, hay que tirar de algo más que de los espejos retrovisores de la vida para echar la vista atrás y rememorar una pandemia de coronavirus que a todos golpeó. «Era algo imposible. Nadie podía tener en la cabeza que fuera a ocurrir algo que parara de sopetón la música, la sociabilización. Llegó el Covid y lo paró todo», recuerda Omar Osuna.

«Empezamos a reconstruir como hormigas, poco a poco. De hecho, el Bahía Sound nació en la pandemia, con conciertos de grupos como Amaral o M Clan para 400 personas. Eso no se nos va a olvidar en la vida. Nos costó mucho salir de ahí, fue un palo. 2022 fue ya mejor, todo el mundo se echó ya a la calle de manera bestial, había muchas ganas, y 2023 ha sido el año en el que todos hemos vuelto a la normalidad», celebra.

La vida es un festival para Omar Osuna. Y concluye dando una valoración de la salud que gozan estas citas musicales: «Se está todo ordenando. Había muchísimos festivales y ya hay alguno que no se hace por aquí por la provincia, creo que el año que viene habrá otros que no se harán... en toda España será igual. Hay grupos que dejan de tocar, se está establizando todo y se están quedando los festivales que funcionan y que lo hacen todo bien. Se venden las entradas rápido, los estadios se llenan... Los festivales que no tengan un buen planteamiento, una buena gestión o un producto asentado se topará con un público que cada vez es más exigente».

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