Cádiz
El Instituto de Medicina Legal de Cádiz admite un error en la entrega de cadáveres que llevó a una incineración indebida
El cadáver de Antonio González, fallecido en El Puerto, fue entregado por error a una funeraria de Barbate que debía recoger a una mujer y el cuerpo que debía ser enterrado se incineró
Confusión en el Instituto de Medicina Legal de Cádiz: familiares del malagueño incinerado erróneamente presentan una denuncia
El error de cadáveres en Cádiz ya ocurrió hace un año en el hospital de Puerto Real

El Instituto de Medicina Legal (IML) de Cádiz ha reconocido un «incumplimiento» en los protocolos de identificación tras un grave error ocurrido en octubre de 2024, que llevó a la entrega equivocada de dos cadáveres a funerarias distintas. Como resultado, Antonio González García, un hombre de 62 años natural de Málaga, fue incinerado por error en Barbate, a pesar de que su voluntad expresa era ser enterrado junto a su madre en el cementerio de Rincón de la Victoria.
Antonio falleció el sábado 19 de octubre de 2024, víctima de un infarto mientras se encontraba en casa de una sobrina en El Puerto durante un viaje familiar a Cádiz. Su repentina muerte dejó consternadas a sus hijas, quienes afirmaron que siempre había manifestado su deseo de ser enterrado, nunca incinerado. Sin embargo, el cuerpo fue confundido en el IML de Cádiz con el de una mujer, y entregado por error a una funeraria de Barbate.
Error en Servicio de Patología
El informe oficial del Instituto reconoce que la confusión se produjo en el Servicio de Patología Forense, cuando un técnico en anatomía patológica entregó el cadáver del hombre en lugar del de la mujer, sin llevar a cabo las comprobaciones básicas de identidad establecidas por el protocolo: ni la verificación de datos del sudario o la pulsera identificativa, ni un reconocimiento visual del cuerpo. La funeraria que lo recogió tampoco realizó dichas comprobaciones, aunque ambos profesionales firmaron el documento de salida del cadáver como si se hubiese cumplido el procedimiento.
El cuerpo de Antonio fue velado por otra familia en Barbate y posteriormente incinerado en el crematorio de la localidad, antes de que se detectara el error.
La confusión salió a la luz al día siguiente, cuando la funeraria de Málaga que debía encargarse del traslado descubrió que el cuerpo que debía recoger era el de una mujer.
Dolor añadido a una pérdida
El abogado Damián Vázquez, que representa a la familia a través de los servicios jurídicos de la Asociación 'El Defensor del Paciente', ha interpuesto una reclamación de responsabilidad patrimonial administrativa contra la Consejería de Justicia de la Junta de Andalucía, solicitando una indemnización por los daños y perjuicios sufridos.
«El error ha causado un dolor añadido a una pérdida ya de por sí devastadora. No solo han sido privadas las hijas del derecho a un duelo digno, sino que no pudieron cumplir la última voluntad de su padre», ha señalado el letrado, quien califica el incidente de «negligencia inexcusable».
El Instituto de Medicina Legal de Cádiz ha asumido en su informe la cadena de errores que condujo al intercambio de cuerpos, admitiendo que no se siguieron los pasos de verificación establecidos. Las hijas de Antonio reclaman ahora justicia y reparación por un suceso que, según su abogado, «nunca debió ocurrir».
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