Ignacio Alcaide: «El barco te va quitando capas y te lleva a tu ser interior»

Ignacio Alcaide es profesor de Náutica en la Universidad de Cádiz y, como ya hiciera en el año 2016 se ha embarcado en el Tartessos para capitanear a algunos alumnos el último tramo de la Gran Regata de Lisboa a Cádiz. La primera valoración es que ha sido «un viaje movido, hemos tenido muy mal tiempo. Sobre todo, por el viento en contra que ha hecho que a la ida el mar estuviera muy movido».

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Ahora, una vez de vuelta en casa, la tripulación disfruta de la experiencia de vivir en casa los días de la Gran Regata. Alcaide reconoce que «hay que dar las gracias al Ayuntamiento porque se está volcando y han organizado un gran evento».

A pesar de las dificultades que se han encontrado en el camino, define la travesía y la convivencia como algo «muy divertido». «Es muy curioso porque llegas con una actitud y el barco te va quitando capas y te lleva a tu ser interior. Y te deja en esencia con lo que realmente eres y cómo te comportas en cualquier situación», asegura. Y es que dos semanas en un espacio estrecho y teniendo que trabajar en equipo, pueden sacar lo mejor y lo peor de cualquiera, aunque, en este caso, el capitán afirma que «el grupo ha encajado bien».

El mal tiempo también les ha dado una tregua y les ha permitido tener días buenos. Alcaide recuerda con cariño la entrada en el golfo de Cádiz: «Había tan poco viento que estuvimos en el golfo de Cádiz. Nos bañamos, vimos delfines. Fue muy bonito». Y es que, para los alumnos, disfrutar de una oportunidad como esta les permite, no solo de aprender, sino también vivir una experiencia única. «Esto es para disfrutarlo, no solo la parte del viaje sino también poder conocer el mar y el agua desde otra altura», opina. Además, Alcaide cuenta que una de las cosas que más se disfrutan de la navegación a vela es el silencio absoluto en las noches de tranquilidad y que permiten captar cualquier mínimo sonido del mar, desde otras embarcaciones hasta cetáceos.

Otra de las lecciones que se lleva la tripulación del Tartessos de esta experiencia es que «se puede vivir con muy poco», apunta el capitán. «Nuestro problema es vivir con menos, tener la capacidad de disfrutar con lo que tenemos y no aspirar a tenerlo todo». Y en estas dos semanas, los alumnos «se han dado cuenta de que han vivido con poco y que podían vivir con menos». Y al final, «todo depende solo de una persona que tome las decisiones y que tu seguridad está ahí».

Los alumnos que han participado en esta experiencia, se apuntaron a una convocatoria de la Universidad de Cádiz. Se abrió a todas las titulaciones y, a partir de ahí, a través de diferentes prácticas se terminó configurando la tripulación final. En esta selección se han tenido en cuenta «el trato, cómo es, si es extrovertido, si le das una tarea y la hace, si está motivado, si quiere aprender. Todo eso es significativo a la hora de elegir un tripulante» apunta el profesor.

Pero la participación en esta Regata de Grandes Veleros no es un caso único. Con el Tartessos, la Universidad de Cádiz tiene un recurso que aprovecha y que está activo, así que su participación en eventos no requiere de un gran desembolso económico. Por ejemplo, en esta ocasión «Hemos tenido que comprar algo de equipamiento, porque han incrementado los requisitos dentro de la regata y hacer alguna cosa de mantenimiento. Realizar la inscripción no es cara. La organización en ese aspecto es muy amable y no requiere de muchos recursos».

Con su presencia, el buque de la UCA representa «a España fuera, a Andalucía, a Cádiz, y, por supuesto, a la institución. Eso es imagen, independientemente de que el barco sea más grande o más pequeño y todo eso es importante». Para Alcaide es importante no perderle la vista al mar y habla con envidia de las universidades nórdicas que están volcadas en el mar. Para llegar a esos niveles, «debería haber más comunicación entre los recursos de Universidad, Ayuntamiento, y Diputación. Tenemos que sumar porque tenemos un espacio increíble que es la Bahía de Cádiz, buena gente, el mar, la gastronomía y no nos vendemos bien, no lo sabemos disfrutar», opina reclamado la apuesta institucional por el mar y la náutica.

Para crecer en este ámbito, es fundamental hacerlo de forma sostenible y cuidando el entorno. «No podemos decir que somos de mar y vivir de espaldas al mar. El mar nos trae cosas buenas y no le devolvemos nada bueno. No cuidamos, no limpiamos nuestro entorno. Cuando estás fuera y ves a esos animalitos… Como no lo vemos, no nos duele. Cuando ves lo que hay que, hay un ecosistema, aprendes que hay que convivir porque cada vez vamos a ser más disfrutando del mismo espacio».

Ignacio Alcaide es también director de Igualdad e Inclusión de la UCA. Actualmente, coordina el proyecto Un Mar de Todas. Es un proyecto de la UCA que quiere acercar a la ciudadanía al mar a personas con algún tipo de discapacidad. «Todos necesitamos que nos abran esa puerta al mar, pero estas personas necesitan un apoyo más fuerte porque es más difícil romper esos miedos. Ya a una persona sin discapacidad física o psíquica le va a costar», afirma. Y añade que «me conformo con que sea una sola persona a la que se le pueda dar esa oportunidad y que quiera, que tenga la inquietud y que rompa con esos miedos, que se suba un rato aquí al barco, que navegue a vela». Además de la navegación, el proyecto también incluye aprender todo lo relacionado con la cultura marinera.

Para el capitán, la importancia de este proyecto radica en que «hay barreras propias y, aparte, las que tenemos en el uso de cualquier recurso, importantes. Acercar una actividad diferente a este tipo de personas y romper barreras les va a permitir en su día a día más autonomía, capacidad. En el momento en el que salgas ahí fuera, esto te rompe los esquemas».