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La Gran Regata 2023 o cómo hacer el agosto también en el mes de septiembre

Comerciantes y hosteleros del centro de la capital gaditana celebran la llegada de un evento que atraerá la visita de muchos turistas, especialmente nacionales, desde este miércoles y hasta el próximo domingo

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La hostelería se prepara para una afluencia masiva de público durante los días de la Gran Regata en Cádiz NACHO FRADE

JOSE M. VILCHES

CÁDIZ

La de verdades, reflexiones para tener en cuenta, frases para enmarcar y hasta escupitajos en forma de palabras que salen de las bocas de los gaditanos cuando se les pregunta por un evento en concreto que va a paralizar la ciudad, o a no dejarla quieta, según se mire, unos días.

No es Carnaval, llega la Gran Regata 2023 a Cádiz. Y los comerciantes y hosteleros del centro se frotan las manos. Hay vecinos que no tocan las palmas y lanzan sus quejas de que vivirán secuestrados. «Es bueno para la ciudad y los gaditanos, sabemos movernos. Si ves que una calle va a estar llena de gente, pues coges por otra y punto. Todo fuera eso», apunta un vendedor de la ONCE, que todo lo ve desde la esquina de la Plaza de San Juan de Dios con la calle Nueva, dirigiéndose a los ciudadanos más críticos, más detractores.

La norma general, eso queda claro al dar voz a comerciantes y hosteleros de la ciudad, es que se celebra y aplaude la llegada de un evento que atraerá la visita de muchos turistas, especialmente nacionales, desde este miércoles y hasta el próximo domingo.

¿Es bueno para la ciudad acoger un acontecimiento de tal magnitud? ¿Está la hostelería gaditana preparada para responder ante una masiva presencia de turistas en las calles? ¿Los visitantes compran o se dedican a entrar en las tiendas más que nada para mirar? A estas y otras preguntas responden comerciantes, hosteleros y vecinos del centro de Cádiz, punto neurálgico de la Gran Regata. Más de uno de ellos necesitaría de una entrevista exclusiva...

«Esperamos jaleo, lo tenemos claro», adelanta Luis, de Destino, un restaurante ubicado en la céntrica plaza de San Juan de Dios que ofrece a diario desayunos, almuerzos y cenas. «Aún no hemos hablado nada de hacer turnos especiales, pero deberemos estar preparados porque, como ocurrió el día de la visita de los 14.000 cruceristas, va a haber mucha gente por la calle. Eso sólo fue un día, pero en esta ocasión van a ser varios y Cádiz va a estar a rebosar. Está claro que son días especiales que convendría cubrir con más personal o pagando las horas extras a los trabajadores», añade.

El siguiente destino de este reportaje a pie de calle es la mercería de la calle San Francisco. Manolo es un libro abierto y su mujer, Eva, le ayuda a pasar páginas para ir de un tema a otro. Escucharles obliga a tomar buena nota. «Una cosa es el turismo y otra cosa es el comercio», adelanta Manolo dando el primer titular. Y reflexiona mientras atiende a unos y otros clientes: «En pleno verano entraban 70 personas en la tienda y compraban sesenta. Ahora entran muchos y compran muy pocos. Las tiendas nos hemos convertido un poco en una especie de museo: la gente viene, se hace una foto y se va«.

¿Esperan más ventas estos días de Gran Regata? Responde Manolo: «Vender se venderá más, no hay duda. Y que el turismo que vaya a haber estos días en Cádiz sea nacional y no internacional, ayudará. Pero a mí lo que realmente me sorprende a estas alturas, poniendo el foco por ejemplo en el precio de los carburantes, es que haya turismo. Ahora es todo más low cost, mucho más», señala coincidiendo seguramente con el pensar de alguno que otro.

«Se habla mucho de que Cádiz se colapsó el primer día de agosto con la visita de 14.000 cruceristas, pero yo te colapso la ciudad con 2.000 personas. Basta con que se metan por el centro, la calle Compañía y la plaza de las Flores. La milla de oro de esa zona es, por así decirlo, muy angosta. Y los turistas van a su ritmo, andando lentito», añade Manolo contando con el visto bueno de Eva a base de movimientos de cabeza y algunas aportaciones. «Pero que Cádiz albergue un gran evento es importante, eso está claro. Uno siempre es más que cero. Y lo que está por ver, aunque no cuesta intuirlo, es quién se va a llevar el trozo grande de la tarta», concluye.

El vendedor de la ONCE que todo lo ve junto a Segismundo Moret se llama Ignacio. Y lanza sus palabras mientras le compran números: «Más gente, más movimiento, más compras... mejor para todos. La Gran Regata va a ser un pelotazo. Pasó el día de los 14.000 cruceristas y volverá a pasar estos días: la ciudad estará a rebosar. Lo que no podemos es quejarnos, es bueno para todos. A mí ese día me preguntaron hasta por casas de prostitutas».

Se compran cupones y se compra tabaco clásico y cigarrillos electrónicos de todo tipo. Manuel, que regenta el estanco de la calle Plocia, hace un gran resumen de lo que tiene en la cabeza para valorar la llegada de la Gran Regata a Cádiz: «Esperamos y confiamos en que venga mucha gente. Yo no entiendo a los que se quejan, mejor que haya visitantes a que no los haya, aunque tristemente el sector servicios sea el que más importa a los políticos. Esto es una cadena y si de la Gran Regata sale beneficiado un bar, salen beneficiados los que venden las servilletas, el que vende el pan y los picos, todo el mundo. Y además este fin de semana no juega el Cádiz porque no hay partidos de Primera División por el parón de selecciones. Como el tiempo acompañe... va a estar la ciudad hasta arriba de gente«.

¿La hostelería está preparada para dar respuesta?

La última parada, y es una pena la temprana visita, que a eso de la una de la tarde puede ser lo más cercano al paraíso, es en La Cepa Gallega. El bueno de Bernardo sale al mostrador para poner sobre él su punto de vista. «Es un gran acontecimiento en la ciudad, con mucho brillo en el muelle, y la gran afluencia de público será una de las notas destacadas. Los comercios y negocios del centro tendremos muchas visitas, especialmente quienes estamos más cerca del puerto. En esta zona además habrá mucho movimiento porque estarán los de la organización. Los días pueden ser de récord total de visitantes«, aplaude.

Bernardo, preguntado por si la hostelería gaditana está preparada para responder a eventos de esta categoría, que pueden poner a Cádiz hasta la bandera de gente, reflexiona en voz alta y con las ideas muy claras: «Estamos preparados, pero si se desborda la cosa es normal. Hablamos de días especiales, de llegada masiva de personas que van a querer comer más o menos a las mismas horas. Poco puedes hacer ante eso para estar más que a la altura. Nosotros, por ejemplo, tenemos lo que tenemos: mesas altas en interior y exterior y la zona de barra. No se puede ocupar más de lo que hay, lo que ocurrirá es que el goteo de clientes será incesante. Yo tengo a cinco personas trabajando, no voy a meter a diez... pero sí que habrá refuerzos puntuales«.

«Al final, lo mejor para todos es que haya buenos resultados: que la ciudad viva una gran fiesta y los comercios y negocios se vean beneficiados. Ojalá todos los meses hubiese algo para sacar partido al muelle y que tuviera reflejo en la ciudad«, concluye el propietario de La Cepa Gallega

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