Cádiz

Conventos gaditanos huérfanos de religiosos

La falta de vocaciones y la edad de los religiosos obliga a varias órdenes a salir de inmuebles históricos

Las hermanas de Belén abandonan el Monasterio de la Cartuja de Jerez

La gaditana Iglesia del Carmen en Alameda Marqués de Comillas. L.V.

M.Landeta

Cádiz

Las Hermanas de Belén y de la Asunción de la Virgen María dejarán el Monasterio de la Cartuja de Santa María de la Defensión, en Jerez, en 2024 porque «no encuentran las condiciones favorables para su carisma de silencio, soledad y vida escondida». Con su renuncia, un monasterio más vuelve a perder parte de su esencia espiritual. El suyo no es un caso aislado.

Las religiosas llegaron tras la salida, en 2001, de los monjes cartujos. Es decir que llevan en este monasterio, que es Bien de Interés Cultural, 21 años. El edificio de la Cartuja de Jerez es un inmueble propiedad del Estado y está bajo tutela. Su mantenimiento se realiza con dinero público y por lo tanto está sujeto a un calendario de acceso para visitantes ya que se trata de un bien público. Un complejo equilibrio que hace difícil conjugar visitas y turistas, con el recogimiento y silencio de las monjas.

La vida contemplativa en España se hace especialmente presente a través de 725 monasterios, a los que pertenecen un total de 8.326 monjas y monjes de clausura. Una opción de vida que parece abocada a extinguirse porque al igual que en muchas profesiones tradicionales no hay relevo generacional. Las vida contemplativa aparece como una gran desconocida entre los jóvenes cristianos que no se interesan por ella y como comenta de forma muy gráfica más de un resignado religioso «si miras hacia adelante todos entregan la cuchara y si volteas hacia atrás nadie te pisa los talones».

Las razones de la caída del número de personas que entran en el seminario o en la vida religiosa son múltiples pero no cabe duda que los valores que se promueven no favorecen la aparición de vocaciones. Hoy en día, «hay una secularización de la sociedad que vive volcada en la inmediatez y en la satisfacción rápida de las pulsiones. Somos narcisistas y auto complacientes, nos cuesta comprometernos y también nos cuesta renunciar. Para descubrir lo que Dios quiere de ti tienes que escuchar, mirar y experimentar y para esto necesitas hacer silencio interior y exterior; el ruido te impide percibir», reflexiona el padre Óscar Manuel.

Hacer las maletas

En la capital gaditana, en los últimos años han hecho las maletas franciscanos, carmelitas, mercedarios, jesuitas y capuchinos. Además hay que recordar que las religiosos del el Sagrado Corazón de Jesús, se vieron obligas a trasladarse a otro centro a consecuencia del derrumbe en el colegio de Las Esclavas en septiembre de 2022. La congregación llegó a Cádiz en 1890 cuando empezó a impartir clases nocturnas a jóvenes gaditanas.

También, hace poco más de un año, los tres últimos franciscanos que quedaban, Fray Jesús España, Fray Teodoro López y Fray Julián Bartolomé, se marchaban a sus nuevos destinos debido al cierre de la casa. La orden, fundada por San Francisco de Asís, recaló en Cádiz en 1566 pero tuvo que dejar el convento por la falta de vocaciones y de las limitaciones humanas y económicas.

En julio de 2016, hace siete años, los Carmelitas descalzos tomaron una decisión similar por la escasez de vocaciones, el envejecimiento de los religiosos y la falta de recursos para mantener el costoso patrimonio mobiliario. La orden, que tenía su casa en el templo de la Alameda y llevaba en Cádiz desde 1737 y se trasladó a San Fernando y desde allí atiende tanto a la iglesia isleña como a la gaditana. Hace unos meses el padre Pablo María Rubio fue nombrado nuevo prior de la comunidad.

Los mercedarios descalzos se marcharon de la capital gaditana en 2010 y dejaron su templo en manos del Obispado después de casi cuatro siglos. El empeño del obispo Rafael Zornoza logró el regreso de la rama de la caridad y la revitalización de la parroquia de la Merced. Esta congregación religiosa, fundada por el Beato Juan Zegri y que tiene como carisma el servicio de la caridad en todas sus dimensiones y asumió en agosto de 2021 la atención pastoral de la parroquia.

Y es que frente al problema también se trabaja en buscar soluciones. El obispo Zornoza ha traído a Cádiz media decena de institutos religiosos que han iniciado su labor pastoral y espiritual en distintas localidades de la provincia y de Ceuta como son: los padres Scalabrinianos, Misioneros Servidores de la Palabra, Mercedarios de la Caridad, Misioneras Clarisas del Santísimo Sacramento, Fraternidad Seglar en el Corazón de Cristo Sacerdote y Franciscanos de la Inmaculada Concepción.

Además se apuesta, si es posible, por la «intercongregacionalidad», es decir, el trabajo conjunto de varias órdenes en un proyecto que antes llevaba solo una de ellas pero que debido a esta falta de vocaciones ya no pueden sacarlo adelante. Otra de las opciones puede ser dar mayor protagonismo a los laicos o favorecer la llegada de religiosos extranjeros.

Renacer vocacional

No corren buenos tiempos para las vocaciones y la vida consagrada pero España sigue siendo una potencia mundial en el número de religiosos contemplativos. De los 3.000 monasterios que hay en el mundo, un tercio se encuentran en nuestro país.

Además, no son pocos los que creen que tras el invierno vocacional llegará la primavera que hará florecer la llamada de Dios aunque sea con la aparición de nuevas realidades eclesiales que son una esperanza para la Iglesia como está ocurriendo con algunas nuevas comunidades de religiosas muy numerosas, muy jóvenes y la mayoría universitarias. Lo que demuestra que la falta de vocaciones es una realidad relativa. Los grupos de jóvenes cristianos tienen un papel determinante en el surgimiento de las vocaciones religiosas y los campamentos, retiros y misiones son espacios que favorecen las vocaciones.

Para el padre Óscar Manuel «la vida consagrada siempre va a estar presente en la Iglesia con nuevas formas aunque estas nuevas realidades no quitan ni apagan las formas tradicionales» y como ejemplo cita Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) que se celebró en agosto en Lisboa y que fue el mayor encuentro de jóvenes católicos del mundo.

«España encabezó la lista de países con más peregrinos con unos 40.000 y la misa que ofició el Papa Francisco congregó allí 1,5 millones fieles. Aparte de la repercusión que tuvo y el seguimiento que se hizo por las televisiones del mundo». En Europa se ha producido un «descenso» de vocaciones, pero la tendencia es contraria en otros continentes como en el africano o en Sudamérica. «Hay que seguir trabajando y no perder la esperanza. Los caminos para realizar la vocación consagrada son múltiples y es necesario saber dónde quiere Dios que tú lo sirvas».

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