Cádiz

El comercio gaditano resiste con luces y sombras

El comercio tradicional encara un período de luces y sombras con el desafío de la digitalización y una proyección económica no es esperanzadora por la inflación, la subida del euríbor y la perspectiva de recesión

Miren Landeta

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Si la vida se abre paso hasta en las circunstancias más adversas, el comercio tradicional en Cádiz se mantiene sorprendentemente fuerte pese a la inflación y los elevados costes operativos (alquiler, luz, salarios) que debe afrontar cada día cuando arranca la jornada. Y es que, pese a la compleja situación económica nacional, parece que el ciudadano se ha cansado del miedo y la contención y ha adoptado la máxima de «aprovecha el momento» relanzando las ventas e impulsando el consumo en los dos últimos meses.

Andalucía ha tenido la mejor Semana Santa de su historia. Por primera vez, se ha superado el millón de visitantes. Ha crecido el gasto diario por visitante hasta los 76,94 euros (3,63 euros más) y la estancia media también ha sido más larga (medio día más), lo que se traduce en un 27% más de ingresos. Es decir, se han alcanzado los 403 millones. Del conjunto del desembolso, el 45,6% se ha destinado a restauración, el 24,7% al alojamiento y el 5,3% a compras. Pero, ¿cómo se explica esta instantánea en un contexto de incertidumbre económica, con la volatilidad en la que se encuentran inmersos los precios y el incremento de los tipos de interés que encarecen préstamos e hipotecas? ¿Se puede gastar a manos llenas con los bolsillos vacíos?

 

Esta discrepancia puede deberse a que después de dos años de pandemia, las familias han superado el límite de infortunios que pueden asimilar y necesitan evadirse y, pese a tener todo en contra, han decidido aprovechar la Semana Santa para viajar y llenar bares y restaurantes. «En los dos últimos meses hemos registrado un repunte en las ventas», confirma Manuel Luna, presidente de la Federación de Comercio de la provincia de Cádiz, FEDECO, entidad que engloba a numerosas organizaciones empresariales del sector comercio, que a su vez agrupan a cientos de pequeñas y medianas empresas de la provincia.

También hay que tener en cuenta que el aumento del gasto puede ser temporal y que las personas pueden estar utilizando ahorros o endeudándose para mantener su nivel de gasto actual pero lo cierto es que aunque la ocupación en Semana Santa ha superado el 80% y las reservas para verano van viento en popa, el gasto de los viajeros y los márgenes de los comercios son más ajustados. Hay ganas de consumir y de disfrutar pero se percibe contención. «Los bares están llenos pero no se consume con tanta alegría porque se miran los precios. «Las familias tienen ganas de disfrutar del buen tiempo y de la playa; la gente se apunta a todo, se sale mucho pero si antes iban a cubatas ahora se pasan a la cerveza. Y si antes, eran raciones ahora son medias y tratan de no pedir lo más caro», asegura Pablo camarero en un local de Paseo Marítimo. Y es que en tiempos de crisis, muchas familias optan por ajustar su presupuesto y reducir sus gastos.

Durante este primer cuatrimestre de 2023, la subida de los precios en alimentos básicos como el aceite, pescado y la fruta ha sido constante. «En mi caso, no es que intente ahorrar –porque no ahorro– es que trato de no pasarme de los 300 euros al mes que es lo que tengo para gastar en la compra. Como todo ha subido, pues compro más productos de oferta, marca blanca y me doy menos caprichos. Por ejemplo, antes llegaban los primeros fresones de la temporada y los compraba sin pensar. Estaban caros, pero con la novedad y la presencia que tenían no me resistía. Ahora o me conformo con las fresas o espero a que bajen los precios porque sé que despilfarrar ahí me va a suponer no poder tomarme un vino otro día. Si antes compraba unos tenis de 100 euros, ahora son de 60... lo llevo todo para adelante pero muy ajustado, buscando siempre la oferta y esperando que no surjan imprevistos», explica Rocío, profesora de pilates.

Una situación que conocen de primera mano los tenderos de los pequeños comercios. «Escuchamos a diario como los clientes se quejan de que con 40 euros ya no pueden comprar nada y aunque nosotros tratamos de mantener los precios para no perder ventas es imposible competir con las grandes superficies que tienen más posibilidades para jugar con sus márgenes. Anuncian que bajan el precio de algunos productos básicos y luego recuperan por otro lado. Eso nosotros no lo tenemos».

Desafíos para el comercio

El comercio es la columna vertebral de cualquier economía y es crucial para el desarrollo de la sociedad. Hoy en día, el comercio abarca una amplia gama de actividades, desde transacciones a pequeña escala entre individuos hasta grandes corporaciones multinacionales que participan en el comercio global. Uno de los retos es conseguir que la voz del pequeño comercio local sea potente y escuchada. Para ello, «es necesario tener una confederación de comercio en Andalucía que sea parte de los órganos reglados y que pueda luchar por nuestro sector. Es necesario defender el comercio de cercanía; ese que da vida al centro de las ciudades y las hace más atractivas», insiste Manuel Luna.

Actualmente el pequeño comercio tiene que abordar varios retos para garantizar su sostenibilidad a largo plazo. Por ejemplo, el comercio electrónico que ha llegado para quedarse y que ha transformado la forma en que se hacen negocios, se compra y se vende. Uno de los impulsores clave del comercio es el consumidor y como sus preferencias están cambiando, las empresas deben adaptarse. Esto lleva al desarrollo de nuevos productos y servicios, así como a nuevos modelos de negocio y estrategias de marketing.

El confinamiento disparó las compras online y las grandes cadenas apostaron por esta forma de venta. El presidente de FEDECO asegura que es una transformación obligada pero no excluyente ya que debe complementar la estrategia de venta tradicional porque la tienda física también tiene fortalezas; por ejemplo, en el comercio on line el comprador no puede probar ni tocar el producto antes de adquirirlo. Además, en la tienda física se tiene la posibilidad de atraer compras espontáneas a través de los productos expuestos y la interacción de los dependientes que aconsejan al cliente.

«Todas las asociaciones comerciales que se están volcando en esta revolución y también es importante resaltar que ahora contamos con herramientas como el Plan Estratégico Cádiz Centro Comercial Abierto que se ha elaborado con la colaboración de la Universidad de Cádiz, comerciantes, clientes y vecinos como un plan de acción que permite conocer los retos de la nueva economía para hacer a los comercios más competitivos».

Otro punto importante que está sobre la mesa es el relevo generacional. «Hay que prepararse y dar continuidad para evitar un cierre generalizado de comercios por jubilación», advierte Luna. Una necesidad que además abre una oportunidad para que los más jóvenes accedan al mercado de trabajo en una ciudad que tiene una de las tasas de paro juvenil más altas. Estos nuevos emprendedores llegan con el modelo digital muy claro pero tienen el problema del precio de los locales: tienen que afrontar alquileres demasiado elevados para abrir en el centro de la ciudad. Para el presidente de la Federación de Comerciantes es imprescindible que las administraciones ayuden de alguna forma a que esos locales en las calles principales no estén vacíos porque proyectan una imagen deplorable, inerte y gris cuando las tiendas y «el comercio son una parte fundamental de la vida económica y social de la ciudad».

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