cultura

La Cádiz subterránea: de puerto fenicio a flamenco y wifi

Los gaditanos Pedro Fernández y Germán Servando desarrollaron un proyecto de recuperación que dota de significado y sentido

Actuación de flamenco en la Cueva del Pájaro Azul actualmente. la voz

Esther Macías

Cádiz

La calle San Juan desde siempre ha sido una de las zonas más castigadas de Cádiz. Pobreza, descuido y oscuridad. Eso dicen los paisanos que aún viven y la recuerdan como si fuera ayer. Ahora bien, desde la antigua ciudad fenicia de Gadir hasta el siglo XXI, el hoy, han ocurrido una serie de acontecimientos donde ha trascendido ese lugar tan clave para convertirse en un museo que atesora los restos arqueológicos.

Pasadizos de la Cueva del Pájaro Azul. antonio vázquez.

Todo comenzó cuando San Juan era aquel lugar donde se construían las naves de guerra de la flota fenicia y que, además, era un papel fundamental en la Segunda Guerra Púnica. En otras palabras; el Puerto Militar de Gadir. La verdad que no es fácil imaginarse en la tan estrecha calle San Juan un lugar tan estratégico como es un puerto fenicio, un canal que unía el Océano con el canal Bahía-Caleta.

Más tarde, el enigmático espacio fue reutilizado por los romanos hasta que en 1958 el vinatero Manuel Frediani Consejero lo transformó en una taberna flamenca, un lugar de referencia. Un espacio por donde ha pasado Camarón, Manolo Caracol, Paco de Lucía y otras emblemáticas figuras del flamenco. Como si de la Venta de Vargas se tratase, un templo de peregrinación por el que han pasado grandes iconos del flamenco gaditano.

El cierre definitivo fue a mediados de la década de los 80 del siglo XX. La Cueva del Pájaro Azul echó el cierre sin saber que la historia no iba a terminar ahí.

3.000 años de historia

Cuarenta años sin vida, completamente cerrado. Hasta que llegaron los empresarios gaditanos Pedro Fernández Quirós y Germán Servando Garbarino para darle sentido a nada más y nada menos que a tres mil años de historia.

Ambos llevaron a cabo un proyecto tras un concurso que sacó el Ayuntamiento de Cádiz para la rehabilitación de la finca con el único objetivo de recuperar la historia de los gaditanos y gaditanas. Entonces fue cuando nació el nuevo espacio, tras ser excavado a más de 5 metros de profundidad y descubrir lo que fue el Puerto Fenicio de Gadir.

Así es como la importancia arqueológica de Cádiz se sigue reivindicando para que los antepasados no caigan en saco roto. Tres épocas, tres historias y tres contextos que hoy forman parte de la Cueva del Pájaro Azul, donde los gaditanos se asoman para saber sobre la Cádiz subterránea, que nada tiene que ver con la actualidad, claro. Ahora la Cádiz más hueca es en 4G.

Leyenda sobre el bandolero

Las leyendas tienen su encanto como es la del Pájaro Azul, que tampoco se han de escapar en este viaje al pasado para entender el presente. La ciudad más antigua de Occidente, Cádiz, tiene mucho que enseñar.

Fue un bandolero del siglo XIX que se hizo famoso por el contrabando de tabaco. Para ello, usaba el subsuelo de la ciudad para esconderse. Y es cuando se comienza a especular sobre el pasadizo de la cueva. Porque el contrabando siempre ha estado presente en la copla flamenca, y esto no viene de hace unos años. Ahora el contrabando se le llama narco y el calañé, GPS.

Actualmente, la Cueva del Pájaro Azul guarda todos esos pasadizos, galerías y algunos materiales y que tanto ha aportado tanto a la cultura como a el arte.

De hecho, Pedro Fernández ha comentado a este periódico que hay quienes asisten a la cueva para simplemente recordar cuando ellos iban a la taberna a disfrutar del flamenco. Un gran chute de flamenco en vivo y recopilación de anécdotas.

El renacer de la Cueva del Pájaro Azul ha puesto en valor la historia fenicia y romana, además del éxito como local de flamenco en los 60 en el casco histórico de la ciudad.

Conservación de las actuaciones de flamenco

Cada viernes se organizan ciclos flamencos sobre un tablao de más de tres mil años de historia. Puestos a conservar la historia, la cueva del Pájaro Azul organiza cada viernes espectáculos flamencos para vivir una experiencia única sobre un espacio donde han estado grandes artistas del flamenco andaluz.

Esta iniciativa de conservación tiene una duración de sesenta minutos con una degustación de ibéricos con denominación de origen y dos copas de manzanilla de Sanlúcar. Este espacio tiene un aforo máximo de 44 personas, pues trata de ser un lugar íntimo y familiar con el artista. Un rincón lleno de historia donde el sonido de las guitarras y el taconeo sea un viaje al más auténtico flamenco.

No es solo una experiencia única para los espectadores, sino también para los propios artistas, pues se trata actuar en un marco incomparable y en un espacio familiar donde alguno de los mejores cantaores, guitarristas y bailaoras han dejado su sello a lo largo de la historia.

De las instalaciones portuarias del mítico Puerto de Gadir entre el siglo IV y III a.C., a poder escuchar y sentir el flamenco en un tablao de dos mil trescientos años de historia, en el mismo lugar. La cueva es, sin duda, un punto de encuentro, un lugar mágico donde la leyenda y el arte van de la mano. Para los amantes del flamenco y de las viajes glorias de él, la Cueva del Pájaro Azul, es ese lugar que no debe morir nunca.

Restauración y conservación

Este atractivo museo está ubicado en el número 37 y 39 de la calle San Juan. En el cual ofrecen visitas guiadas para saber sobre los vestigios del puerto fenicio hallados en una finca contigua adquirida por los concesionarios, que han combinado esta actividad cultural con otras iniciativas vinculadas al flamenco. Un recorrido por la cueva de aproximadamente una hora con explicaciones de los entresijos del lugar que no deja el cuerpo indiferente.

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