Cádiz

Borja Prado, el reconocimiento de «un gaditano por sentida devoción»

El empresario y ganadero recoge el I Premio Gaditano de Adopción de LA VOZ y ABC en una gala llena de agradecimiento, recuerdos, pero sobre todo de «amor por Cádiz»

Borja Prado Eulate recibe el I Premio Gaditano de Adopción. Antonio Vázquez
María Almagro

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La excelencia, el talento, el esfuerzo pero sobre todo el amor por una tierra, Cádiz, se daban cita este miércoles en la capital gaditana para celebrar precisamente un vínculo, una unión de esas que no se imponen sino que se eligen. De pasión... lo que durante toda su vida ha tenido el empresario y ganadero Borja Prado Eulate con esta provincia a la que regresa cada vez que puede y sus obligaciones le permiten, y donde también ha dejado su importante sello. Personal y profesional.

Numerosas personalidades de diferentes ámbitos se encontraban en el auditorio del Hotel Cádiz Bahía para asistir al nombramiento de Borja Prado como 'Gaditano de Adopción', una distinción que se inaugura en su primera edición y que concede LA VOZ y ABC con el apoyo y la colaboración y patrocinio de la Fundación Cajasol. El salón se llenaba para rendir homenaje de esta manera a esta personalidad cuyo extenso currículum es solo una muestra de su gran amplitud y del inmenso cariño y respeto que ha recibido.

El acto comenzaba con la llegada del consejero de Industria, Energía y Minas de la Junta de Andalucía, Jorge Paradela, quien era recibido por el presidente de Vocento, Ignacio Ybarra, por el director general de LA VOZ, ABC Andalucía, y Hoy de Extremadura, Álvaro Rodríguez Guitart, por el director de LA VOZ, Ignacio Moreno Bustamante, por la delegada en Cádiz de la Fundación Cajasol, María del Mar Mieres, y por el propio premiado.

Arrancaba el presentador de la gala, el periodista Chapu Apaolaza, haciendo un repaso de algunos de los presentes y su amor intencionado y voluntario por Cádiz. «¿Se puede tener un plantel más enamorado de nuestra tierra?». Para echar la vista a un sentido recuerdo. A Antonio Burgos. «Otro gaditano excepcional, firma académica de ABC... no podemos hablar de gaditanos de adopción sin hablar de él», a lo que el auditorio respondía en un cerrado y emocionado aplauso.

«Romanos, fenicios, tartesos no se fueron nunca... mantuvieron su identidad a la que sumaron una nueva», exponía. De ahí pasaba a hacer un repaso de la provincia, parte de la «real academia de la vida», una «casa emocional que aunque no vivas en ella se hace presente allá donde vas. No necesita pasaporte», contaba. Y enumeraba sensaciones, como encontrar dos palmos en la barra del Manteca, descubrir el candil encendido del Beni, escuchar coplas en Carnaval, ver la rosa de la tarde sobre el mar de plata, la campiña, la sierra, la gracia, el estar, todo. «Si uno no aprende a querer a Cádiz, Cádiz le querrá a uno».

Era el turno entonces del director de LA VOZ, Ignacio Moreno Bustamante, que hacía una semblanza profesional y personal del galardonado. Aunque primero también lanzaba un sincero recuerdo a Antonio Burgos. «Si rememoramos su figura, entenderemos la esencia de este premio», destacaba. Y ya se dirigía al galardonado, Borja Prado. «Madrileño de nacimiento y gaditano de adopción. Gaditano de adopción por partida doble. Primero por casarse con una jerezana, Pilar Benítez Toledano y en segundo lugar por devoción, por enamorarse también de su tierra y en este caso muy particularmente de Medina Sidonia donde está la finca de El Toñanejo donde pasta la ganadería de Torrealta que gestiona junto a su hija Pilar». Una finca, que como destacó, «se crían los toros más bravos». Además, de ser «veraneante de la zona más meridional de la provincia, Sotogrande».

«Su currículum es impresionante»- destacaba- con una permanente y amplia actividad fuera de nuestras fronteras. Así, expuso que el distinguido comenzó trabajando en FOCOEX -Comento de Comercio Exterior-. Para, posteriormente, trabajar en la banca donde fue vicepresidente de UBS en España y consejero de Rothschild también en nuestro país. Pasó por la vicepresidencia de Lazard Fund y luego recaló en Endesa, quizás -comentó- «la etapa de más proyección de su figura, que presidió durante diez años». Además, Borja Prado desde 2005 ha sido consejero de Mediaset España, compañía que ha presidido durante el último año y medio hasta que decidió hace apenas un mes dimitir del cargo. «Durante los últimos treinta años su figura es importante para entender alguno de los grandes movimientos entre las empresas del IBEX en España», le alabó Moreno Bustamante.

En la actualidad mantiene su vinculación como socio fundador con Península Capital Advisors. «Esperemos que así encuentre más tiempo para vivir esta 'tierra de calma' como la definía Miguel Poveda y descubrírsela a su infinidad de amigos, una de las grandes virtudes que Borja Prado atesora». El director de LA VOZ, también quiso hacer mención a la faceta taurina del galardonado que desde que lleva las riendas de la ganadería de Torrealta, muchos de sus toros han sido indultados.

«Nos encanta reconocer la excelencia y premiar a los gaditanos y gaditanas que así lo merecen», concluía Ignacio Moreno Bustamante.

Tomaba la palabra María del Mar Díez Mieres, delegada de la Fundación Cajasol en Cádiz que felicitaba al distinguido y agradecía el poder poner en marcha desde la entidad un premio de tal calibre. «Mi presidente -refiriéndose a Antonio Pulido- también disfruta de esta tierra como suya, forma parte de esa legión de embajadores, con corazón y orgullo por su patrimonio». «No hay mejor forma que empezar este premio con un empresario tan destacado -dirigiéndose a Prado-, un referente que además ayude a conocer que Cádiz es un sitio ideal para vivir, pero también para invertir y crecer».

Una «historia de amor múltiple» que continúa

Tras estas palabras era el momento de oficializar en el escenario ese gaditanismo de adopción. Borja Prado Eulate recibía emocionado la distinción. «Este reconocimiento me llega después de sesenta años de que Cádiz me ganara», contaba. Desde que en 1967 cuando era niño entró por primera vez en Los Alburejos de los Domecq Díez. Ahí comenzó esa «historia de amor múltiple que hoy continúa». «Mis padres establecieron aquí nuestro refugio y aquí sigue estando la casa familiar», decía emocionado.

«Aquí encontré a mi mujer a la que debo mi vida personal y profesional. Descubrí Jerez, una maravillosa ciudad que ya es mía. Luego nos casamos en Medina y aquí he encontrado y tengo grandes amigos», como 'El Tito', «que me enseñó a mirar el campo, la sierra, el toro y el lentisco», a su primer mayoral, y a tantos otros, «familia».

«El paraíso está aquí, en este trocito de cielo que lo tiene todo», continuaba. «Que tuvo trabajo inventando viñas, playas sin fin... este es mi refugio», una provincia «que es cuatriprovincia, donde cabe todo». Y donde, y gracias a sus responsabilidades profesionales pudo dar precisamente luz a esos sitios que lo necesitaban. Como a las iglesias de Santiago en Jerez, a la de Santa María la Mayor de Medina o la propia Catedral de Cádiz. «Fue una satisfacción poder devolver así todo lo que Cádiz me ha dado».

Pero la historia continúa en sus hijos. En Borja, en Javier, que se casó recientemente también en Medina, o en Pilar, que ha tomado el testigo de la ganadería. «Disfrutar del campo y sus gentes no han hecho mejor a todos. Casi todo lo importante de mi vida tuvo comienzo aquí». Y se acordó entonces del arte, del flamenco, de la literatura, de los toros, de la industria, de los empresarios... «Voy a inaugurar este sendero de adopción, un camino, una vereda única... Hoy siento más que nunca que parte de mí es sin duda de aquí, lo mejor de España. Hoy le doy gracias a mis padres por elegir esta provincia como refugio», remataba emocionado ante un inmenso aplauso.

Cerraba el acto el consejero de Industria Jorge Paradela quien se dirigía a un Borja Prado ya más que satisfecho, agradecido y orgulloso sujetando con fuerza su pasaporte de adopción entre sus manos. «Tu trayectoria profesional y relevante llena de grandes hitos y tu amor por Cádiz te hacen merecedor de ese premio», le decía. «Está lleno de devoción y cariño». El consejero repasaba los valores que encumbran este rincón, «un tesoro». «Borja, has sido un gran embajador de esta tierra. Personas como tú ayudan a difundirla y a que se sepa que este es un lugar no sólo maravilloso para vivir, sino también para invertir».

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