CÁDIZ

El baile y una barrera a superar: «Seguimos apuntando al niño a fútbol y a la niña a ballet»

Nuria Weber, directora de la Academia An Avant, recuerda que «la danza aporta mucha disciplina, una terapia mental», sin olvidar que en Cádiz no es fácil: «Aquí la gente prefiere cantar a bailar»

Clase de ballet en la academía An Avant francis jiménez

Dicen que en Cádiz hay arte, cada rincón de este istmo rodeado de mar desborda pasión por la música, el baile, el Carnaval y otras tantas disciplinas que muchos gaditanos y gaditanas desarrollan en su día a día. No es de extrañar que viendo la cantidad de gente que canta en la fiesta grande de Cádiz, el Carnaval, el nivel de excelencia en muchos casos sea bastante alto.

Pero esta ciudad no es solamente cantar cuplés o tangos, no es tampoco cantar una alegría o bailar un tanguillo. «Hay mucha gente que no sabe que tenemos artistas en Cádiz de muchas disciplinas, no solo de flamenco». Lo dice Nuria Weber, una gaditana forjada a sí misma que hace 14 años decidió lanzarse a la dura aventura del emprendimiento junto a Jorge Escalona 'Korke'. «El maestro de los maestros, el creador de la bachata sensual extendida en todo el mundo. No podemos olvidar que este tipo de baile se creó en Cádiz y ahora se conoce en cualquier lugar del planeta».

Separados sus caminos, la calle Escalzo del barrio de San José acoge la academia En Avant que dirige en solitario la propia Nuria Weber. Un lugar en el que el baile y la danza se desarrollan a unos niveles sorprendentes con alumnos con tan solo 3 años hasta edades sin límite. Casi 15 años trabajando todas las disciplinas artísticas «en una ciudad en la que fomentar el baile no es fácil, aquí es más sencillo cantar que bailar», destaca.

La historia de esta emprendedora es la de una gaditana enamorada de su trabajo, que irradia en sus ojos en una conversación de quince minutos en su academia. «Mi apellido es Weber aunque soy de Cadi Cadi pero mi abuelo es alemán, mi padre se enamoró de una gaditana y aquí se quedó. Somos de la Alsacia, medio francés medio alemán. Allí es un apellido muy común».

La historia de esta emprendedora es la de una gaditana enamorada de su trabajo, que irradia en sus ojos en una conversación de quince minutos en su academia. «Mi apellido es Weber aunque soy de Cadi Cadi pero mi abuelo es alemán, mi padre se enamoró de una gaditana y aquí se quedó. Somos de la Alsacia, medio francés medio alemán. Allí es un apellido muy común».

Y entre tanta variedad de bailes y estilos, ¿qué es lo que más se demanda actualmente? «Sin duda el baile moderno, sobre todo por lo que ven en las redes sociales. Ahí se pueden meter estilos como el 'hip hop' o el 'funky, pero ahora se le puede llamar danza urbana o 'breakdance'. Hay miles de cosas, son diferentes estilos. El baile moderno para nosotros abarca un estilo general de música popular con canciones de Shakira o Lola índigo, por ejemplo. Es un baile mucho más divertido que la danza clásica por eso llama más la atención a los pequeños y a los adultos«.

«Bailar no tiene nada que ver con tu condición sexual»

Entre esas disciplinas sobrevive la danza clásica, que Weber alaba por mucho de lo que aporta. «El ballet es una disciplina que ha existido siempre y que no debe desaparecer. Requiere mucho trabajo y disciplina y hoy en día estamos acostumbrados a la inmediatez. Ahora mismo hace falta la disciplina que aporta el ballet, por eso tengo muchas alumnas pero suelen ser mayores porque requiere mucho trabajo. La bachata es algo social sin embargo el ballet es distinto», destaca.

Al respecto, los beneficios son múltiples cuando hablamos de bailar o practicar cualquier tipo de danza. «Cualquier baile ayuda a la salud mental. Mucha gente viene a las clases para socializar, sabiendo que saber bailar ayuda en muchos eventos y lugares. En las clases se mezclan capas sociales distintas y al final les ayuda de cara a mejorar su vida. Toda la danza es terapéutica, baile lo que bailes. La parte social y la parte deportiva son cuestiones que se mezclan aquí».

Nuria Weber con una alumna en su academia francis jiménez

Sin embargo, aunque la sociedad ha avanzado mucho en cuanto a qué hacen los hombres y qué las mujeres, todavía hay barreras que se notan por ejemplo en estas disciplinas. «El baile sigue siendo más de mujeres que de hombres», apunta Nuria Weber. «De los alumnos que tenemos solo un 5% son chicos. Sigue existiendo lo de apuntar al niño a fútbol y a la niña a ballet, y eso que a todos los niños les gusta bailar y moverse, da igual el sexo. Eso es algo innato. He tenido niños pequeños que les gustaba bailar y cuando tenían una cierta edad los padres les han borrado por si les pasaba algo raro. Tengo un alumno con muchísima personalidad que ha pasado por toda su infancia y adolescencia haciendo ballet con gente que lo relaciona con la condición sexual y eso es ridículo. No tiene nada que ver el hecho de bailar con tu orientación sexual. Es increíble que esto siga pasando pero la realidad es que tengo clases de 20 alumnas y 1 alumno«, lamenta.

Y con la capacidad de transmitir de manera clara y concisa lo que hace en su día a día, tal y como se demuestra con su sonrisa y sus palabras, el deseo de la maestra, de la emprendedora y de la artista es seguir y no parar. «Llevo 14 años y me encantaría jubilarme en la academía, aunque no me gustaría retirarme siendo autónoma. Aun así tengo esa imagen de la profesora mayor con el bastón marcando los golpes en el suelo. Podría estar toda una vida aquí porque me dedico a lo que me gusta y me hace feliz«, concluye Nuria Weber.

Artículo solo para suscriptores

Accede sin límites al mejor periodismo

Tres meses 1 Al mes Sin permanencia Suscribirme ahora
Opción recomendada Un año al 50% Ahorra 60€ Descuento anual Suscribirme ahora

Ver comentarios