urbanismo

El Ayuntamiento actúa contra la dejadez en el barrio de Astilleros

Se van a tomar medidas para adecentar la zona y solucionar peligros evidentes para los vecinos como el de la barandilla del paseo de la Bahía

La barandilla del paseo de la Bahía, un evidente peligro nacho frade

J.M.V.

CÁDIZ

En Cádiz se puede vivir de espaldas a la playa, pero no de espaldas al mar... De eso saben mucho los vecinos del barrio de Astilleros que hacen vida en sus rincones cuando aprieta el calor y da pereza ir en busca de la alejada arena. Los chapuzones van con saltos y la vista no es un horizonte lejano o un crucero que se ve chico entrando en la ciudad o saliendo de ella. La mirada se va al segundo puente, la mirada se fija en los Astilleros. En otros barcos, los que se arreglan. Y la mirada es amiga de la nostalgia, de los sentimientos.

La situación del barrio, pese a ser de los más jóvenes de la ciudad, obliga a mirar más allá del mar. El barrio anda pachucho, castigado por la dejadez de los últimos años en sus cuidados. Muchos parches y pocas soluciones. Se puede hablar incluso de peligros.

«Seguro que está en marcha, pero arreglar la barandilla del paseo de la bahía, por la Piscina de Astilleros, debería ser urgente. Muchos niños se asoman por ahí y un día puede ocurrir una desgracia. Además, lo que falta está en el agua y convendría recogerlo. La zona está fatal«, apuntaba un ciudadano en Twitter.

Y así es. Ya está en marcha. El nuevo equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Cádiz ha activado una serie de medidas en el barrio que incluye el arreglo de esa barandilla. Entre manos, lo que debe hacerse en cuestión de tiempo, según explican fuentes municipales a este medio, también está realizar el pintado de la reja exterior del parque Celestino Mutis y la reparación de las puertas de acceso al mismo. Además, ya se está procediendo al pintado de bancos y escaleras del paseo de Astilleros.

Que las actuaciones sigan, no paren: ese es el deseo, la demanda, de los numerosos habitantes de un barrio que tiene mucha vida: cuenta con alrededor de 1.500 viviendas y unos 5.000 vecinos. Con 'El Corte Inglés' siempre presente, para lo que pudo significar y para lo que ha significado.

La asociación de vecinos fue creada en el año 2004 y Luis Arenal, fallecido en 2019 a los 72 años tras sufrir un infarto, fue su presidente durante casi 15 años. Pepe Gaviño tomó el relevo y es quien a día de hoy está al día de una entidad que se caracteriza por su actividad y afán por la cultura.

Desde la asociación se vienen demandando soluciones desde hace años, dejando claro que el anterior equipo de Gobierno no es escuchaba, no movía ficha. También por activa y por pasiva se ha denunciado «la falta de diálogo del Ayuntamiento con las asociaciones de vecinos a pesar de ser uno de los elementos vertebradores de la ciudad y que mejor conocen las necesidades de sus barrios».

Especial hincapié se ha hecho siempre en la falta de barandilla en algunos tramos del paseo de la Bahía, los más cercanos al espigón, así como arreglos pendientes en muros y aceras. La falta de baldeo, que se limpiara con mayor regularidad, era otra de las quejas habituales de los vecinos. Se espera también una promesa del anterior equipo de Gobierno: una zona de calistenia y de parkour en el parque Celestino Mutis.

La piscina municipal, como cada año, está cerrada este mes de agosto. En ella también hay que intervenir en algún momento. Techo caído, picaportes que se te pueden quedar en la mano en algún momento, un reloj que se estropea y tarda semanas en volver, carteles que da asco verlos... las cucarachas se dan sus paseos por los vestuarios.

Desde el agua, los usuarios se suelen entretener viendo a los chavales tirarse al agua, disfrutando del verano en su barrio. «Se van a matar», apunta un hombre. «Déjales que se diviertan», contrarresta una mujer. Es una clásica conversación entre ejercicios y chorros.

La vista desde las instalaciones de la piscina es una postal: adolescentes disfrutando de su edad y energía, flirteos al sol y a la sombra, que de todo hay, barquitos, piraguas, gente pescando... En Cádiz no se puede vivir de espaldas al mar.

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