Cádiz
Las algas invasoras se 'comen' la playita de la Punta de San Felipe, en Cádiz
La bonita lengua de arena ofrece una desoladora imagen protagonizada por estas especies que tanto se están dejando ver últimamente en la provincia gaditana
El chapapote vegetal que invade las playas de Cádiz
La bonita lengua de arena de la capital gaditana bautizada como la playita de la Punta de San Felipe ha desaparecido del placer de la vista al ser tragada por las algas invasoras que tanta huella están dejando este año en varios arenales de la provincia.
La habitual escena de personas con toallas, incluso con sillas y sombrillas, pese a no tratarse de una playa oficial, con su escalera de acceso, puesto de socorrismo y otros servicios habituales, ha dado paso a una imagen desoladora. Ya no hay perros disfrutando con sus dueños de la libertad, ladrando al mar. Ahora sólo hay algas.
La temida presencia de esta alga invasora, denominada científicamente como Rugulopteryx okamurae, ha ido avanzando poco a poco por buen parte del litoral gaditano, acomodándose en playas de El Puerto, Chiclana y Cádiz capital, caso de La Caleta. Siempre atraídas por el viento de poniente y mezclada con otras primas hermanas.
El origen del problema se remonta al año 2015 en arenales del Campo de Gibraltar, cuando se vieron las primeras especies en Algeciras o Tarifa. En los últimos tiempos también ha resultado afectada la zona que va del Cabo de Trafalgar a los Caños de Meca, en el municipio de Barbate. Y ahora, esta acumulación de estas especies invasoras ha llegado a la capital gaditana: ni a Cortadura, ni a La Victoria, ni a Santa María del Mar, ni por segunda vez a La Caleta... la invasión se ha producido en una zona alejada del turismo, en la conocida como playita de la Punta de San Felipe.
A nivel municipal, como se hizo recientemente en la Línea, se emplean tanto medios humanos como mecánicos para retirar los arribazones y trasladarlos posteriormente hasta un vertedero autorizado para su tratamiento.
Eternos proyectos en los cajones
Rafael Román, en calidad del portavoz del PSOE en el Ayuntamiento de Cádiz, propuso en su día, allá por la década de los años 90 del siglo pasado, impulsar una playa en la Alameda que abarcara desde el Baluarte de San Felipe hasta el de La Candelaria.
Román no cosechó ningún apoyo por parte de la ciudadanía y el Partido Popular, que acabó gobernando de la mano de Teófila Martínez, acabó desechando el proyecto argumentando que los técnicos desaconsejaban que siguiera adelante al considerarlo inviable.
El proyecto de hacer allí una playa nunca vio la luz, pero sigue en algunos cajones. Eugenio Belgrano, sin ir más lejos, llevaba en su programa electoral para las elecciones del pasado mes de mayo el dar forma allí, de una vez por todas, a una playa para perros que hubiese querido bautizar como playa Canelo.
El programa del PSOE, con Óscar Torres a la cabeza, también incluía un emplazamiento concreto para satisfacer una vieja reclamación de los dueños de perros en la capital gaditana.
El mayor inconveniente de esa playita, se ha apuntado por activa y por pasiva, es que esa orilla casi desaparece con la pleamar.
La nueva apuesta en la zona que será una realidad
Un nuevo proyecto se dio a conocer hace unos días: la zona de la Punta de San Felipe vivirá una transformación que debe acabar con el botellódromo para dar paso a una mejor realidad que contará con acceso directo a esa playa invadida en las últimas horas por estas algas invasoras.
La empresa concesionaria para la ocupación y explotación de ocho locales y terraza anexa en el Paseo Almirante Pascual Pery Junquera en Cádiz ha anunciado que invertirá más de dos millones de euros en la creación de una nueva zona de ocio, esparcimiento y restauración en este espacio portuario.
El detalle del proyecto promovido por Chiringuitour S.L., que ya ha superado la tramitación administrativa, ha sido presentado a la presidenta de la Autoridad Portuaria de la Bahía de Cádiz (APBC), Teófila Martínez, y a una delegación de representantes municipales encabezada por el nuevo alcalde Bruno García, como administración responsable del otorgamiento de la licencia de obras.
El espacio de actuación se concreta en dos agrupaciones de los ocho locales vacantes en la zona; en concreto, los módulos B, C y D por un lado y los módulos H, I, J, K y L por otro lado, a los que se unen espacios exteriores de porches y terraza superior. En total, se parte de una superficie construida de 2.048 metros cuadrados, a los que se suman otros 2.500 m2 de espacios exteriores.
El objetivo «es la implantación de una actividad de ocio y restauración con horario amplio que dote de dinamismo al espacio singular», que hoy día tiene actividad principalmente como botellódromo (es la única zona de la capital donde está permitido legalmente) y de esparcimiento juvenil.
El proyecto de Chiringuitour busca diseñar un espacio libre «de calidad» en la terraza superior como «hito de ocio y restauración» dentro del recorrido peatonal, garantizando la continuación del paseo perimetral de borde marítimo, «reforzándolo con un paseo mirador superior que no dependa de horarios de actividad y que permita una conexión futura con la muralla histórica». La propuesta plantea diversidad de actividades yendo desde la restauración y la hostelería hasta espectáculos.
La empresa Chiringuitour S.L., liderada por el promotor musical Omar Osuna y el hostelero Raúl Cueto, espera poder empezar las obras antes de que acabe este año y abrir el verano de 2024.
Se contempla la cubrición de la crujía exterior de acceso a los locales a modo de porche de forma que se consigue ampliar la anchura de la terraza superior. En esta banda se proyectan los núcleos de escaleras y ascensores que comunican los dos niveles del complejo; el nivel inferior se dedica a salas de fiestas cerradas y aseos, mientras que el nivel superior se destina a actividades de ocio y restauración al aire libre.
La idea principal de los promotores es conseguir que los locales existentes recuperen soleamiento y vistas hacia la ciudad a la vez que se dota de actividad un espacio exterior «que hasta el momento se encuentra infrautilizado a pesar de poseer unas condiciones de orientación y elevación notables». De este modo, se busca la puesta en valor de las condiciones naturales de la ubicación de la Punta San Felipe «y sus posibilidades de conexión con el mar y la ciudad histórica».
El edificio sobre el que se actúa está situado en el Paseo Almirante Pascual Pery, sobre suelo portuario, en la prolongación de la muralla de San Felipe, y está formado por la agrupación de locales de ocio construida en los años 90 del siglo pasado. Se trata de una sucesión de pórticos separados cuatro metros que compone la agrupación de locales y que finaliza al Norte con un espacio de anfiteatro semicircular, en uso actualmente.
Estos locales se explotan mediante concesiones administrativas otorgadas por la APBC, que persigue también generar un nuevo concepto de ocio en este espacio, «alejado de la conflictividad» y que sería asimismo «la punta de lanza de la integración del puerto en la ciudad en esta zona».
Para la presidenta de la Autoridad Portuaria, Teófila Martínez, este proyecto privado «coincide con el concepto de espacio que tenemos para la Punta de San Felipe, que debe convertirse en elemento tractor para este espacio de oportunidad para la ciudad y su entorno».
La exalcaldesa del PP añade que «no era explicable» que una de las zonas con mejores vistas de la ciudad no tuviera un mirador desde el que los ciudadanos puedan contemplar la fachada marítima de la Alameda.
