Día del Rosario

Alfombra roja de fervor para la Patrona de Cádiz

La Virgen del Rosario procesionó por las calles en una jornada especialmente marcada por el recuerdo a Juan Pidre

La Virgen del Rosario, a su salida Antonio Vázquez
Ana Mendoza

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El 7 de octubre Cádiz se engalana y lo hace desde años con motivo de su Patrona, la Virgen del Rosario. Este día tan especial para los devotos de la Regidora Perpetua de la ciudad coincidía en esta ocasión con la celebración del South Festival Series en Cádiz de tal forma que en poco espacio se fusionaban dos citas tan dispares.

Si ante el Palacio de Congresos se disponía la alfombra roja para el paso de los ilustres artistas invitados, a solo unos metros, en el espléndido santuario de la Virgen del Rosario, se desplegaba la devoción que Cádiz siente por Ella.

Con nervios, con ilusión, con ganas, con emoción... Y sobre todo con el afectado recuerdo hacia quien fue durante años uno de los mejores abanderados de nuestra Patrona: Juan Pidre. Así se abría la jornada en la iglesia de Santo Domingo. Porque era su día, el de la protectora eterna y regidora perpetua de Cádiz.

Por la mañana, acicaladas las calles, repicaban las campanas del templo para llamar a los fieles para la primera eucaristía del día. Y era solo el principio de la intensa jornada. Después llegaba el momento de la función votiva en la que después de ocho años era el alcalde de la ciudad el que renovaba ese agradecimiento a la Virgen. Más tarde llegaría la ofrenda de nardos de los gaditanos a su Patrona.

Con levante, con calor, y en medio de un ambiente festivo la tarde la protagonizaba la procesión de alabanzas. Una vez más, como es tradicional, sería la banda Rosario de Cádiz la que precedía al cortejo anunciando de esta forma que el encuentro de la Virgen con sus fieles estaba ya próximo.

Las calles estaban llenas de personas aguardaban la salida. En el interior de la iglesia conventual de Santo Domingo la banda Maestro Dueñas de El Puerto estrenaba la marcha 'Eterno Capataz', una composición del músico trebujenero Juan Bustillos Cordero y que está dedicada al querido y recordado Juan Pidre. En la mente de todos estaba quien durante tanto tiempo llevó con tanto amor y cuidado a la Patrona de Cádiz. Formaba el cortejo, extenso y con la presencia de hermanos de todas las hermandades de la ciudad. Además iban representantes políticos, encabezados por el alcalde, militares y religiosos en la presidencia. El dominico Pascual Saturio coordinaba con detalle los preparativos. Y en el paso, exornado con los nardos que durante los días previos le habían llevado los gaditanos, estaba Ella. Lucía su terno del Cincuentenario de la coronación canónica. Por su parte el Niño llevaba la túnica del terno del 75 aniversario de dicha coronación en un tisú burdeos. En esta ocasión la Virgen ataviada con la mantilla regalo de un hermano en 2017 por el 150 aniversario del patronazgo y el rostrillo realizado con piedras preciosas de Manuel Fernández Pujol, conocido feligrés con gran devoción. Portaba la Patrona su cruz pectoral de siempre, la de Fray Félix María de Arriete y entre otras joyas destacaban la medalla de oro de alcaldesa de perpetua y la medalla de oro de la ciudad, además de la medalla de oro al mérito nacional del trabajo de las hermanas Caza y la de la Policía Nacional de El puerto y la del mérito naval con distintivo amarillo otorgada al gaditano Carlos Javier Trujillo que en el mar de Alborán salvó a a unos inmigrantes que iban en una patera en plena tempestad.

Emotiva salida procesional

Antes de salir afloraban los recuerdos y las emociones como lo harían durante el caminar de la Virgen por las calles de Cádiz. Y de entre todos los presentes, estaba el capataz que afrontaba un 7 de octubre cargado de sentimientos encontrados. «Lo comentaba con Javier Alonso, director de la banda Maestro Dueñas, que hemos tenido muchos actos de recuerdos de mi padre... Pero dentro de la tristeza y lo duros que son estos momentos te produce alegría ver cómo la gente lo reconoce y lo apreciaba tanto. Eso te reconforta. Nosotros intentaremos seguir la línea marcada por él. Queremos que este día sea un homenaje de la cuadrilla por tenerlo siempre presente», decía emocionado Juan Pidre hijo quien junto a David Santana cargó por primera vez a la Virgen en 2002. Ya luego en 2006 su padre los sacó de debajo de las andas y los puso junto a él para que aprendieran y se formaran en la capatacía. «Fue muy valiente porque entonces éramos muy jóvenes y todo lo que sabemos es algo que ha trabajo. En los últimos años ya éramos nosotros y digamos que teníamos libertad para formar la cuadrilla y él estaba pendiente de todo y no se le iba ni un detalle».

Tras la banda Rosario y el nutrido cortejo el paso de la Madre de todos los gaditanos se aproximaba al dintel de la puerta de Santo Domingo. El bastón de mando de la ciudad destacaba en el frontal. La alcaldesa perpetua de Cádiz ya estaba en la calle. Sonaba 'Eterno capataz', como homenaje a Juan Pidre. En ese instante muchos no podían ocultar las lágrimas. La alfombra de fervor se extendía desde Compás de Santo Domingo y Plocia, en la trasera de un Palacio de Congresos convertido en sede de excepción para los amantes de las series. Pero ante Ella no cabía competencia. Acariciaba su corona el cielo de Cádiz mientras que se escuchaba Regina Regum y Coronación. Así empezaba su recorrido llevada sobre los hombros de la cuadrilla de Juan y luciendo su broche en el fajín y su rosario en la mano derecha.

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