Cultura
La alegría y el color de Luis Gonzalo sigue vivo de manos de sus hijas
El gran bailaor flamenco Eduardo Guerrero y la pintora Belén González inundaron de arte un espacio repleto de gaditanos
«Una provincia podría ser un diamante»
La noche del pasado viernes se vivió un momento muy especial en el Centro Cultural Luis Gonzalo.Especial, sentido y realmente conmemorativo. A las 21:00 horas tuvo lugar la esperada inauguración de la ampliación de este espacio de cultura que, dos años y medio después de su creación, continúa creciendo bajo el impulso de sus hijas y su esposa, comprometidas con el legado vivo del artista Luis Gonzalo. Un proyecto que nació en su nombre y que hoy se consolida como un referente cultural y emocional para Cádiz y su provincia.
La velada fue mucho más que una inauguración: fue un canto al arte, a la identidad y al alma colectiva. Un canto a lo que Luis Gonzalo trabajó durante muchos años teniendo como base su primera tesis doctoral cuyo punto de mira estaba puesto en la figura de Paul Klee y la escuela la Bauhaus. Una escuela de arte y diseño que buscó integrar el arte con la vida cotidiana y ponerlo al servicio de la sociedad.
El público, que llenó el espacio, pudo disfrutar de un emotivo preámbulo performativo protagonizado por el gran bailaor flamenco Eduardo Guerrero y la pintora Belén González, quien pintó sobre el traje blanco del artista una alegoría de luz y color inspirada en Cádiz. Una danza simbólica, una pintura en movimiento, un homenaje a la esencia que nos habita.
Como broche final, Maite González recitó al son del baile poemas de Luis Gonzalo, extraídos de su libro Canción mía, dando voz a la raíz literaria del proyecto.
La ampliación del Centro Luis Gonzalo no solo representa una mejora física del centro —que ahora cuenta con dos salas de exposiciones, una sala dedicada al dibujo, pintura e ilustración, y otra a la cerámica y el modelado— sino una apertura simbólica a nuevas disciplinas, lenguajes y públicos. A lo largo de estos años, el centro ha acogido exposiciones individuales y colectivas, ha sido escuela de formación artística y ahora incorpora también cerámica y escultura, ampliando horizontes.
Además, se continúa trabajando en la restauración y conservación del patrimonio artístico, así como en el ámbito de la arteterapia, desde el departamento de desarrollo sensorial y gestión emocional, donde se atiende a personas de todas las edades de forma personalizada.
El centro cuenta con un equipo docente especializado y altamente cualificado en cada disciplina: artistas plásticos, ceramistas, ilustradores, escultores, restauradores, conservadores y psicólogos que imparten conocimientos con una sensibilidad única. Su misión va más allá de la enseñanza: forman a la cantera del arte y de la vida, sembrando futuro en la cultura de nuestra tierra.

Este nuevo espacio es un lugar abierto, inclusivo y vivo, en el que el arte no solo se contempla, sino que se siente, se transforma y se comparte. Porque, como se vivió en la noche del viernes, el arte está en todo, pero requiere de una mirada que lo haga florecer.
Y es fundamentalmente, una forma de entender el arte como siempre lo ha entendido la Escuela de La Bauhaus, romper con la separación entre arte y artesanía, la integración de todas las artes y oficios, desde la arquitectura y el diseño industrial hasta la pintura y la escultura, creando una obra de arte total.
En este sentido, no podemos olvidar la vinculación de Luis Gonzalo con la Universidad de Cádiz, que también estuvo muy presente en el acto de inauguración, y las patentes como la integración de tejidos naturales con pigmentos en la cerámica y otros materiales de construcción.
El Centro Luis Gonzalo sigue siendo el alma de Luis, siempre abierto y dando lo mejor de si para su ciudad y su tan querida provincia de Cádiz. Por eso su familia, continua trabajando y reforzando esta concepción para poder expandirla a su otra ciudad, Jerez de la Frontera.