Provincia

Cádiz, ante la amenaza de la sequía más dura y real: «Jamás había visto el pantano tan vacío»

Visita al embalse de Bornos, uno de los más grandes de la provincia y que se encuentra a menos del 10 por ciento de su capacidad; la tierra se seca por zonas antes cubiertas

Hace una década los embalses gaditanos tenían más del triple de agua que la que tienen ahora almacenada: del 15 actual al 50% de 2013

El embalse de Bornos se vacía. Ya está por debajo del 10 por ciento de su capacidad. francis jiménez

María Almagro

Bornos

Paradojas del periodismo pero llueve. Este pasado jueves. Son las once de la mañana y una fina lluvia cae sobre Bornos como si se tratara de una broma macabra justo después de que cientos de titulares hayan vuelto a alertar esta semana de que los embalses gaditanos están al mínimo histórico de su capacidad. Que no hay agua y que todos esos serios y amenazantes pronósticos que se dan sobre los efectos y consecuencias del cambio climático son ya una más que preocupante y agonizante realidad. En nuestro día a día, en nuestra salud, nuestra economía, para nuestra vida.

Y en esta localidad de la Sierra de Cádiz, en Bornos, se encuentra uno de los embalses más importantes y antiguos que nutre para riego a la provincia. Su pantano. Esa manta de agua (más antes) de la cuenca del Guadalete que se divisa desde la bajada de Arcos... desde kilómetros de distancia como un mar refugiado entre montañas... Pero ya no tanto... esa enorme alfombra azul se está haciendo cada vez más pequeña. Y es que en estos momentos se encuentra tan solo al 9 por ciento de su capacidad. Es decir, tiene 18 hectómetros cúbicos de agua embalsada de los 200 que podría tener en más de sus 2.300 hectáreas de superficie.

Se ve claro cuando te asomas por la parte del embarcadero y divisas toda su inmensidad. Se nota. A pesar de que justo cuando lo visitamos está lloviendo, la tierra que antes estaba inundada, toda la ladera y los márgenes, se ha quedado descubierta. No cubre. Como si a una bañera le quitaras el tapón y se estuviera vaciando. Se ven los sedimentos que durante años han estado tapados. Incluso hay nueva vegetación donde antes todo era agua y por algunas zonas se comienzan a ver restos de edificaciones que antiguamente ocupaban ese lugar.

La imagen no es exclusiva de Bornos. Ocurre en el de Barbate, en el de Zahara de la Sierra... todos estos están por debajo del 10%. El problema se extiende. El de Charco Redondo, el más grande del Campo de Gibraltar, está al 17 por ciento. Y más al interior, Guadalcacín, el mayor de la provincia (800 hectómetros cúbicos) y de abastecimiento, embalsa actualmente 136, es decir, otro 17 por ciento.

Y así todos... los embalses de la provincia gaditana están al 15,62%, lo que supone que ha perdido algo más de cinco puntos y medio con respecto a la misma fecha del pasado año, cuando presentaban un 22,48% de su capacidad y 124,39 hectómetros cúbicos más de agua. O cuando hace diez años se encontraban al 50.62%, más del triple. Pero actualmente, cuentan con 283,42 hectómetros cúbicos de agua embalsada sobre una capacidad total de 1.821 hectómetros cúbicos, sobre los 407,39 de hace un año.

«Nunca antes lo habíamos visto así»

Donde conocen bien la situación es en Bornos. Y no porque se surtan del agua de este pantano sino porque llevan compartiendo espacio e historias con él desde que Francisco Franco visitó el municipio para inaugurarlo en 1961. Desde entonces este lugar ha formado parte de sus vidas. De sus recuerdos. De la historia de su pueblo.

Se comenta en el Bar Vicente de la calle San Jerónimo con Ancha. «Con 68 años que tengo nunca lo había visto así de vacío, de verdad que no», cuenta Diego, un hombre de campo que sabe de lluvia y de lo necesaria que es. «Antes estaba tan lleno que era hasta peligroso, pero ahora... 'ná' que ver».

Al lado otros 'sabios' vecinos comparten desayuno y charla. Francisco, Alfonso, José, Esteban, Paco y Rafael... profesionales jubilados: un policía, un profesor, un matemático, un aparejador..., que coinciden en lo mismo también. «Cada vez hay menos agua. Es más que evidente. Paseas por ahí y lo vas viendo como baja cada año más. Es terrible».

«Hace unos diez años viendo las condiciones del pantano y que se podía navegar hicieron un pantalán, incluso había regatas casi todas las semanas... había un club náutico porque este pantano es navegable a motor y yo me compré un barquito y disfrutábamos mucho... era muy bonito. El agua sobrepasaba las rocas más grandes... estaba a un 70 o un 80 y tenían que abrir las compuertas, íbamos a ver cuando las abrían porque era un espectáculo...», recuerda Esteban. «Pero el barco lo tuve que vender el año pasado. Hacía mucho tiempo que ya no podía bajar porque el agua estaba muy por debajo del pantalán».

«En la época de verano, cuando éramos jóvenes, el agua llegaba hasta el embarcadero y pasaba de la cota por lo que hasta tuvieron que hacer unas obras», le apoya Alfonso. Y entra en la conversación otro de los vecinos. «El lago de Arcos (muy cerca) tiene que mantener su nivel constante porque se hizo con vistas turísticas y de navegación por lo que también se surte del pantano», explica.

«Pero vamos el problema es la falta de lluvia. Llevamos muchos años de poca agua, de sequía y eso poco remedio tiene que no sea que llueva». Además, por supuesto, de la gestión que se haga del suministro ante una situación así. «La media del agua potable que se pierde en toda España por las tuberías rotas y otras deficiencias es el 50 por ciento. Se están arreglando pero ya viene de muy atrás. Ahora se están haciendo obras para mejorar la gestión pero cuando llueve mucho y el pantano está lleno no se echa cuenta de lo que se pierde hasta que hace falta como está pasando ahora», insisten estos vecinos. «Para mantener las cosas hay que cuidarlas y hay que dragar pero eso cuesta mucho dinero. La presa se va llenando de sedimento y la capacidad es cada vez menor».

Imagen principal - Imágenes del embalse de Bornos.
Imagen secundaria 1 - Imágenes del embalse de Bornos.
Imagen secundaria 2 - Imágenes del embalse de Bornos.
Imágenes del embalse de Bornos. Francis Jiménez

Medidas 'antes de'

Pero hasta que no haya un remedio inmediato, continúe la sequía (sobre lo que no hay demasiadas esperanzas) y sin más infraestructuras que amortigüen el daño, las medidas ya han comenzado a llegar y se espera que se puedan endurecer.

Comenzaban a vislumbrarse este pasado verano cuando varios ayuntamientos de la provincia como en Cádiz, Chipiona o Los Barrios tomaban la decisión de cortar el suministro de agua en las duchas de la playa. Sus alcaldes hacían un llamamiento a la «responsabilidad y la conciencia ciudadana» y los bañistas de estas localidades asumían este recorte.

Pasados unos meses, las medidas siguen. La que se está aplicando ahora y que se ha recomendado para todos los municipios de la demarcación hidrográfica del Guadalete-Barbate afectadas es que se baje la presión del agua corriente en tramos que abarcan las tardes y las madrugadas. Así se ha decidido por ejemplo en Jerez. En concreto, el bando establece la reducción de la presión en los periodos comprendidos entre las 16.30 horas y las 19.30 horas, y entre las 23.00 horas y las 7.00 horas del día siguiente. El objetivo es la reducción del 20% del uso urbano e industrial del agua, en aplicación del decreto de situación de excepcional sequía declarado por la Junta el pasado 24 de octubre, para que el consumo estándar sea de 100 litros por habitante y día.

Igualmente se ha tomado esta decisión en Cádiz capital. Entre las medidas planteadas se encuentra la bajada de la presión del agua, en una primera fase, de 4 kilos a 3,7 kilos durante el día, mientras que por la noche se mantendrá sin variación, esto es, en los tres kilos actuales. Además se han vaciado las fuentes ornamentales que no tienen circuito cerrado y también se usará el agua no potable de pozos como el de Varela para el baldeo de las calles. También San Fernando o Chiclana han optado por bajar la presión, en el caso de Chiclana durante 18 horas al día.

Por otro lado, Puerto Serrano ha sido el primer municipio de la provincia de Cádiz en tomar la decisión de cortar el suministro de agua al advertirse de que los depósitos que abastecen al pueblo se encontraban en niveles «muy bajos», provocando que las bombas de agua se encontrarán en riesgo de no funcionar bien.

La empresa comarcal Aguas Sierra de Cádiz avisó de esta circunstancia al Ayuntamiento, que decidió entonces aplicar medidas drásticas para que estos pozos pudieran regenerarse y no hubiera más problemas. El corte se está produciendo en horario de noche.

Ante la situación de sequía la Junta de Andalucía insiste en la necesidad de mejorar las obras hidráulicas en lo que su presidente, Juanma Moreno, ha venido a llamar «la legislatura del agua» por lo que, según aseguran, van a invertir 578 millones de euros, un 114% más respecto a 2018.

Dicha cuantía irá dirigida a obras hídricas, mejora de la eficiencia de las infraestructuras, restauración de cauces y ayudas al regadío, y redundará en sectores económicos como la agricultura y la ganadería o el turismo, tan afectados por la falta de agua.

Aún así y mientras estos 'remedios' y buenas intenciones llegan y se vea realmente su eficiencia, en Bornos y en toda la provincia de Cádiz se seguirá mirando al cielo esperando que pronto llegue durante días y semanas la mejor de las suertes: el agua.

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