INDUSTRIA

Astilleros privados quieren también parte del pastel de la carga prevista para Navantia

Factorías de Galicia y Asturias plantan cara y piden un concurso público para optar a los dos barcos hidrográficos y al oceanográfico

La patronal gaditana reclama que los acuerdos anunciados por el Gobierno se traduzcan en contratos firmados

Vista panorámica del astillero de Armón, en Gijón. LA VOZ

Javier Rodríguez

CÁDIZ

El anuncio del Gobierno de España sobre la construcción de barcos en nuestro país ha puesto en guardia al sector naval. Los ministerios de Hacienda, Defensa y Industria han hecho alarde en los últimos meses de unas expectativas de carga de trabajo naval que tienen como destinatario a la empresa pública Navantia. De hecho, los anuncios reservan para la Bahía de Cádiz una cartera de pedidos que suma diez barcos, además de la obra de dos estructuuras offshore para un parque eólico-marino. Sin embargo, a Navantia, principal beneficiada de las previsiones del Gobierno, le ha salido un duro competidor que pide paso y exige probar parte de ese pastel. Se trata de los astilleros privados.

Varias empresas del sector naval con sedes en Galicia y Asturias han anunciado su intención de pujar por la construcción de estos barcos, concretamente, por los dos hidrográficos y el oceanográfico. Astilleros tan potentes como el de Armón, con factorías en Vigo y Gijón, y el de Freire, con un astillero en Vigo, persiguen la convocatoria de un concurso público para hacerse con esta carga de trabajo que se ha anunciado directamente para Navantia.

Los dos barcos hidrográficos y el oceanográfico que demanda ahora la Armada española para sustituir al 'Malaspina', 'Tofiño', y 'Hepérides' tienen un mayor equipamiento civil que militar lo que beneficia la solicitud de las factorías privadas.

Experiencia demostrada

Los astilleros privados españoles tienen experiencia en la construcción de este tipo de embarcaciones utilizadas también para uso científico. Así, el 'Hespérides' lo construyó Bazán en Cartagena para la Armada en 1991, mientras que los de carácter civil como el 'Sarmiento Gamboa' lo hizo el astillero vigués Freire en 2006 y el 'Ramón Margalef' y el 'Ángeles Alvariño', el astillero Armon en 2011.

El presidente de Navantia, Ricardo Domínguez, dijo recientemente en una visita a Cádiz de que el astillero público construirá dos buques hidrográficos para la Armada en los astilleros de la Bahía de Cádiz así como un hidrográfico. Los tres están incluidos en el proyecto de Presupuestos Generales del Estado con una dotación inicial de 40,3 millones de euros, que deberán ser aprobados y firmarse una orden de ejecución a favor del astillero público, momento en el que empezará la fase de diseño. No hay fechas concretas para esta obra.

Las expectativas en el sector, por tanto, son grandes. El carrusel de anuncios que ha tenido lugar en los dos últimos meses sobre nuevos encargos sitúan a la Bahía en otra dimensión a partir de 2023. No se conocía una carga de trabajo similar en las factorías gaditanas desde el periodo 2005-2012, en que se construyeron quince barcos. En esta ocasión, a tenor de los anuncios del Gobierno y de la propia Navantia, la carga de trabajo que se avecina es para la construcción de diez barcos, además de la participación con astilleros del Reino Unido en las obras de tres buques logísticos. En la cartera también se encuentra la construcción de dos jackerts, encargados por Ocean Winds, para dos parques eólico-marinos en Francia.

Sin embargo, salvo el BAM-IS, de apoyo a submarinos, y el acuerdo con Arabia, el resto de construcciones está pendiente de la firma final. Esto ha llevado a la patronal gaditana del metal (Femca) ha exigir que los anuncios del Gobierno en materia de construcción de barcos se traduzcan en contratos firmados.

El astillero de San Fernando, pro su parte, tendría garantizado su futuro con el reciente acuerdo suscrito con Arabia Saudí para la construcción de cinco nuevos barcos militares. La planta isleña es también la elegida para sacar adelante la obra del patrullero encargado por la Marina marroquí en caso de que finalmente el gobierno de Rabat fierme el contrato definitivo.

El nuevo acuerdo entre España y Arabia incluye un nuevo componente: la transferencia tecnológica. Los buques se construirán conjuntamente entre Navantia, en el astillero de San Fernando, y un astillero en Arabia Saudí. Además, su sistema de combate será desarrollado y suministrado por la joint venture SAMI-Navantia en Arabia Saudí. De momento, no ha trascendido el tipo de unidades, pero cabe recordar que Arabia había solicitado prototipos de buques anfibios, similares al 'Galicia' y 'Castilla' de la Armada española, así como de fragatas. El Gobierno español sostiene que este programa supondrá 7.500 empleos cualificados en ambos países.

Uno de los astilleros más beneficiados con la nueva carga que se avecina es, precisamente, el de Puerto Real que, tras un largo periodo de baja actividad, se prepara para abordar la construcción del BAM-IS, un barco especializado en apoyo a submarinos, dos buques hidrográficos y uno oceanográfico.

Tanto Navantia como los técnicos de la Armada española cerraron el pasado octubre el diseño definitivo y las características del séptimo BAM, un barco de altas prestaciones para cubrir a los submarinos S-80. Navantia asegura que el corte de chapa de esta nueva unidad de la Armada española tendrá lugar en el segundo semestre de 2023, aunque no hay fecha comprometida.

Las otras tres construcciones navales que se han apuntado para el astillero puertorrealeño vienen también de la mano de la Armada española. Se trata de la renovación de su flotilla hidrográfica y es también el objeto del deseo de los astilleros privados.

La misión de esta flotilla es efectuar la adquisición de datos, principalmente batimétricos para la elaboración de la Cartografía Náutica Oficial de España. La Armada cuenta con tres veteranísimos buques como son el «Malaspina» (A-31) y el «Tofiño» (A-32), ambos de la misma clase y construidos por la Empresa Nacional Bazán (hoy Navantia) en La Carraca y San Fernando respectivamente y entregados a la Armada en 1975.

El astillero de Puerto Real también es el elegido para participar junto a otro astillero inglés en la construcción de tres buques logísticos para la Royal Navy.

El otro contrato que abordará el astillero de Puerto Real es offshore. Así, Ocean Winds, una empresa española dedicada a energía eólica marina creada por EDP Renewables (EDPR) y Engie, confirmó en junio con Navantia un acuerdo de reserva de capacidad para construir dos cimentaciones tipo jacket y pilotes asociados para las subestaciones de dos parques eólicos marinos en Francia.

En cuanto a las reparaciones, el astillero de Cádiz ha realizado obras en 60 barcos a lo largo de 2022 y estrenará 2023 con 9 reparaciones de cruceros en cartera.

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