Verano en Cádiz

Antonio Vázquez: «El talento español brilla cuando se pierden los complejos»

El expresidente de Iberia y el holding IAG se sincera para dar las claves de cómo lograr el éxito personal y profesional en la vida

Goretti Domecq

Antonio Vázquez Romero es un cordobés que ha sido ejecutivo de numerosas y reconocidas empresas tanto en la provincia como a nivel nacional. Fue presidente de Iberia y posteriormente de IAG. Anteriormente en pasó por Tabacalera, inicialmente como director de desarrollo del negocio internacional y posteriormente como director general de la División de Cigarros, desempeñando un trabajo decisivo para situar a Altadis como líder en su sector. En 2018 renunció para ser consejero de Telefónica Internacional.

Antes de esta brillante carrera profesional que se ha labrado Antonio a base de mucho tesón y de muchas horas de trabajo, el ejecutivo había desarrollado su carrera profesional durante 15 años en la provincia de Cádiz trabajando tanto en el Grupo Osborne como en las bodegas Domecq. Sobre esa época apunta que el «marco de Jerez» apareció muy al comienzo de su vida. «Todo surge en mi primera etapa en Arthur Andersen en la que Osborne estaba cambiando su modelo de distribución. Han transcurrido casi cincuenta años y no hemos dejado desde entonces de tener casa en la provincia de Cádiz. Hemos viajado por el mundo y hemos puesto casi treinta casas, pero nunca hemos dejado de tener un pie puesto en esta tierra. El mundo del jerez, con sus luces y sus sombras, es un mundo apasionante que trasciende a la actividad puramente empresarial. El apego a la tierra, la importancia del clima, la proximidad al mar, la competencia casi endogámica, las redes internacionales, las bodegas seculares, la pasión por las marcas y el sentido de pertenencia son aspectos que hacen del jerez y su mundo un universo único hasta para alguien nacido en Andalucía. Si añadimos el empeño y la seriedad con que se abordan las tradiciones y costumbres y un sentido luminoso de la vida, tenemos un caldo de cultivo ideal para que la amistad florezca lentamente (como la flor del vino) y dure para siempre», apunta Vázquez.

De esos 15 años viviendo en la provincia de Cádiz, Antonio asegura que se queda con lo que supone el haber crecido profesionalmente en un entorno con una gran identidad y haber desarrollado su familia junto a grandes personas de las que conservan gratos recuerdos y, en muchos casos, con las que siguen manteniendo una relación entrañable que ha trascendido al tiempo y al espacio.

Antonio se caracteriza por ser alguien con muchas ganas de vivir. Alguien que valora por encima de todo a las personas y entiende que estas son el fin último de cualquier actividad profesional, social o recreativa. Asegura que disponibilidad, respeto, empatía, compromiso y sentido de la responsabilidad son condimentos indispensables para poder sumar en cualquier entorno. «Familia, amigos, trabajo, cultura y vida interior son los grandes soportes de mi vida, bien apoyados por buena música, vida sana y sentido del humor. La vida es como un mosaico en el que cada persona, cada vivencia y cada etapa va añadiendo su propio matiz hasta completar un cuadro final en el que uno es capaz de reconocerse a sí mismo... Yo empecé mi carrera profesional muy joven. Nacido en Córdoba donde transcurrió mi infancia y mi primera juventud, estudié Económicas en Málaga, terminé mi carrera con 21 años, hice las prácticas de Milicias y me casé a los 22 años con la que ha sido y es la mujer de mi vida. A partir de ahí hemos caminado de la mano por el mundo», apunta el ejecutivo quien a través de estas palabras deja entrever rasgos de su especial personalidad.

A nivel profesional Vázquez asegura sentirse muy afortunado de haber podido trabajar a lo largo de su carrera en proyectos de profundo calado. «Quince años en el vino, quince en el tabaco y casi quince en la aviación, junto con los primeros años en consultoría estratégica me han permitido participar de proyectos apasionantes, de mucho valor añadido y gran visibilidad. Los años de Iberia/IAG han sido sin duda los de mayor trascendencia por la situación en que se encontraban las compañías y por los acontecimientos que estuvieron a punto de llevarse por delante a la industria. El encargo que se me hizo al asumir la presidencia de Iberia fue doble: salvar la compañía e integrarla en un grupo internacional que protegiera su futuro. Las vivencias dan para un libro, pero el resultado final es que Iberia es hoy una de las líneas aéreas más eficientes de Europa y que IAG es un referente de la aviación mundial. Además, el peso del talento español en todo el grupo es extraordinario. Cuando terminó mi mandato como presidente de IAG, el grupo quedó presidido por un español (Javier Ferrán), dirigido por otro español (Luis Gallego) y tres de las cuatro aerolíneas que forman IAG quedaron en manos de presidentes ejecutivos del perímetro de Iberia. Dice mucho de hasta dónde ha sido capaz de llegar el talento español cuando se pierden los complejos».

Durante su liderazgo en IAG, Antonio tuvo que vivir el revés que supuso la crisis del COVID. «Nos llevó a tener 500 aviones parados y más de cincuenta mil personas en sus casas. El espectáculo de los aviones parados era dantesco. La mayor enseñanza fue que, gracias a la cooperación de todo el personal y a la determinación del consejo y del equipo directivo logramos salir adelante y las perspectivas hoy son extraordinarias. A pesar de haber terminado mi mandato, acepté quedarme un año más al frente del consejo para dar la cara a la crisis. Ha sido sin duda el año más gratificante de mi vida profesional», explica.

Cuenta nuestro protagonista que después de casi veinte años viviendo la mitad de la semana en Madrid y la otra media entre París en una época y Londres en otra, ahora puede dedicar más tiempo a su familia y devolver a su mujer una pequeña parte de ese apoyo incondicional que siempre tuvo a la hora de desarrollar su carrera. «Mi nivel de responsabilidad y de preocupación se ha reducido sustancialmente, pero sigo manteniendo un buen nivel de ocupación en el que he logrado poner a Andalucía y al apoyo a la educación como prioridades. En la vida empresarial estoy ayudando a sacar a bolsa en USA una empresa en el sector del hidrógeno (H2B2) fundada en Dos Hermanas por Felipe Benjumea, asesoro a un fondo de inversión inglés y estoy en algunos consejos de empresas privadas y público-privadas. También participo como mentor del Alto Mando del Ejército de Tierra en el proyecto de Base Logística en Córdoba de una importancia extraordinaria para nuestra tierra. Desde la Universidad Loyola hasta el Consejo Asesor de Cáritas Española pasando por otras universidades y escuelas de negocios, estoy dedicando un tiempo del que hasta ahora no disponía a proyectos educativos y solidarios y a actividades benéficas», explica el incansable Vázquez.

Vemos que Antonio es un experto en saber aprovechar el tiempo y es que a pasar de las horas que dedica a su faceta profesional, también le quedan energías para su gran pasión, el cante. «Cantar es para mí una necesidad vital desde que era un niño. He tenido la suerte de mantener fuerte la motivación por el canto a lo largo de toda mi vida y de poder compartir técnica y escenario con grandes artistas. Particularmente motivadora ha sido la relación de profunda amistad con Plácido Domingo y Pedro Lavirgen a quienes les debo muchas horas de disfrute. En los últimos años, esa dualidad un tanto exótica de empresario y tenor me ha permitido ayudar a recaudar fondos para proyectos benéficos como Cáritas, Aldeas Infantiles y un buen número de fundaciones. En esa línea tengo previstos varios conciertos para el último trimestre del año y estamos ultimando los detalles para una Gala Lírica Solidaria a beneficio de Proyecto Hombre en el Teatro Villamarta de Jerez el día 3 de noviembre a la que esperamos a todos con los brazos abiertos», apunta el también artista.

A pesar de que hace muchos años que Antonio «se fue» de la provincia de Cádiz para volar profesionalmente, cada verano intenta volver a este rincón de España al que se siente tan arraigado. «Ya es parte del ADN de la familia al que las nuevas generaciones se han incorporado con mucha fuerza. Viviendo aquí transcurrieron nuestros primeros años de matrimonio y hemos visto nacer y crecer a nuestros hijos en diferentes etapas. Mi mejor recuerdo son las personas con las que hemos construido una relación de amistad para siempre. Personalmente, cada año esperaba con ilusión a ese pregón musical de la Semana Santa que era el Miserere de Eslava para unirme a la Coral Philarmonia dirigida por Pepe Orellana y cantar los solos de tenor».

La inquietud ha hecho de este cordobés una persona en constante reinvención, pero tiene claro cuáles son los motores de esa actitud: «Mi mujer, mis hijos, mis nietos, mis amigos, mi trabajo, la música, la solidaridad y la bendición de poder seguir aportando el valor acumulado en la experiencia de muchos años en actividades que valen la pena».

Para terminar, Antonio ha querido compartir la que él cree que es la clave del éxito en la vida: «Sé auténtico, trata a los demás como te gusta que te traten a ti, suma siempre y ten tu propio criterio. Piensa, lee, contrasta, reflexiona, llega a tus propias conclusiones (no a las que te imponen los medios o las redes) y actúa en consecuencia», sin duda, un gran consejo al que no se le pude quitar ni una coma.

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