Cultura

Agustín Paloma: «Es un honor que dos de mis pinturas cuelguen de los pasillos del Juan Sebastián de Elcano»

Agustín Paloma. Pintor, arquitecto técnico y reservista voluntario

Una vida entre carboncillo, acuarelas, el mar y la milicia. Agustín Paloma inaugura su primera exposición en el Museo Naval de San Fernando

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Agustín Paloma inaugura su primera exposición en el Museo Naval el próximo 26 de mayo. Antonio Vázquez
Verónica Sánchez

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De su madre y su abuelo materno heredó el gusto por pintar, de su padre, la lectura y su suegro le enseño a navegar. Agustín Paloma (Sevilla, 1973), es arquitecto técnico, reservista voluntario y pintor y el próximo 26 de mayo inaugura su primera exposición en el Museo Naval de San Fernando.

Sus acuarelas navales se inspiran en el amor profundo que siente por el mar, que también le inculcó su progenitora, María del Carmen, y en la sapiencia del que conoce y ama los barcos. «Me encontré un día haciendo maquetas, dibujando barcos y buscando en la acuarela la forma de dar vida al dibujo, usando además el mismo medio por el que se desplazan las naves. El agua». Ese agua que reflejan los ojos de este sevillano, gaditano de adopción, admirador de Francisco de Goya, Guillermo González de Aledo y Klaus Bergen. Una mirada que nos asoma a la infinidad del mar.

–¿Cuándo empezó a pintar y por qué?

–Desde pequeño mi madre, que también pintaba, me animó a hacerlo. Mi abuelo materno, que también pintó durante toda su vida, es quizás el punto de partida. De ambos conservo dibujos y acuarelas. Formalmente, empecé a pintar hacia el 2010.

–¿Y cómo surgió el plasmar tanto la Armada española como las gestas históricas de este cuerpo?

–Si mi madre y mi abuelo materno tienen que ver con la pintura, es mi padre, sobre todo, quien me ha transmitido la afición por la lectura. Poseedor en casa de una biblioteca que poca gente tiene, he tenido siempre la ocasión de leer sobre cualquier cosa o tema que me apeteciera sin tener que salir de casa. Así, la historia que aprendí en mis lecturas me acercó al mar. Fue Lord Jim de Conrad quien abrió mi imaginación hacia los viejos vapores, tempestades y naufragios, después vinieron el Trafalgar de Galdós y, por último, el desastre del '98, al que por varios motivos me encuentro especialmente atado. Son los primeros buques de acero y vapor, los viejos mercantes y vapores de finales del siglo XIX y principios del XX lo que más me gusta pintar.

– Algunas de sus obras cuelgan de las paredes del buque escuela Juan Sebastián de Elcano, ¿cuáles y cómo han llegado hasta allí?

–En el año 2018, un buen amigo mío, destinado como oficial en el buque escuela, me planteó la posibilidad de ceder alguna pintura mía al barco. Y así, el que fuera comandante de Elcano en aquella época y hoy contralmirante, Ignacio Paz, tuvo a bien recibir dos pinturas mías. En una se muestra al buque navegando por la aleta de babor con el Cabo de Hornos al fondo. La otra es una bandera de España desplegada. Ambas se encontraban la última vez que visité el barco en los pasillos de acceso a la cámara de oficiales. La verdad es un honor tener dos pinturas a bordo compartiendo espacio con otras de grandes artistas como Guillermo González Aledo.

–Ahora inaugura su primera exposición en el Museo Naval de San Fernando, ¿qué siente y qué puede encontrar el visitante que acuda a verla?

–Siento un poco de pudor y respeto, mucho respecto. No me considero un artista, más bien un ilustrador con ciertas ínfulas, que después de mucho tiempo ha decidido 'desnudarse' y mostrar una parte de sí mismo.

La exposición es un recorrido desde mis inicios hasta ahora, donde muestro barcos, aeronaves ligadas a la Armada, y alguna vista portuaria. Destacan grandes veleros y buques del siglo XIX y principios del XX. También algún buque actual. Completan la exposición maquetas de barcos que en muchos casos me han ayudado a conseguir vistas inéditas de un buque para trasladarlas al papel, así como bocetos y diversos dibujos que forman también parte de mi camino recorrido como 'artista', si puede decirse.

–Usted es arquitecto técnico, pero también reservista voluntario de Infantería de Marina, ¿por qué decidió ser reservista voluntario?

–La milicia era algo pendiente en mi vida. En el año 2008 surge la oportunidad a través de la reserva voluntaria de conocer y participar desde dentro en un mundo que pensé tenía ya las puertas cerradas. Un honor es para mí pertenecer al cuerpo de Infantería de Marina y ayudar en lo que pueda a sus necesidades a través de mis conocimiento y habilidades.

Mi unidad es el Tercio de Armada, en la Ayudantía Mayor, y aquí es donde he desarrollado casi todo mi trabajo, aunque también he estado destinado en el Cuartel General en el área de infraestructuras.

–¿Puede explicar al lector qué es ser reservista voluntario? ¿Animaría a la gente a serlo? ¿Por qué?

–Un reservista voluntario es aquella persona que pone a disposición de las Fuerzas Armadas sus conocimientos y habilidades durante un tiempo determinado al año. Esto sería formalmente la definición de reservista voluntario. Yo lo veo más como algo bastante simbiótico, es decir, la unidad obtiene un recurso valioso, normalmente un profesional con conocimientos y una visión diferente de las cosas, que aporta su experiencia en campos en los que la milicia por su propia inercia no cubre del todo. Y enfatizo lo de la visión diferente, porque creo que, en cualquier organización, el que alguien que viene de un mundo completamente diferente aporte un punto de vista distinto siempre enriquece y esto va en los dos sentidos. Por el otro lado, el reservista recoge, amasa, vive y disfruta un intangible que pocas personas entienden. El amor a la patria, el esforzarse y lograr objetivos por el simple placer de ayudar. El deber cumplido. Así es como lo siento y vivo yo. Y sí, recomiendo a cualquier persona que lo sea.

–Para terminar, si le digo que elija una de sus pinturas, ¿cuál elegiría?

–Esto es como pedirle a un padre que escoja a uno de sus hijos. Quizás una de las que más me guste, y es de las últimas cosas que he hecho, sea el cartel para el aniversario del cuerpo de Infantería de Marina de este año 2023, que representa una bandera coronela y una bandera nacional del cuerpo izadas al viento con un fondo como de humo. Si hablamos de barcos, quizás un Juan Sebastián de Elcano y un Cutty Sark en la carrera del té, sean de mis favoritos. Todos ellos están en la exposición.

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