The Black Angels: «Donald Trump está despertando conciencias»

El buque insignia del rock psicodélico americano actúa esta noche en Joy Eslava

The Black Angels ABC
Nacho Serrano

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No mucha gente sabe dónde nació el rock psicodélico en realidad. Las grandes ciudades de la Costa Oeste estadounidense, como Los Angeles y especialmente San Francisco, quedaron como las cunas de este género cuando alumbraron cientos de bandas imbuidas de espíritu lisérgico entre 1966 y 1969; pero antes, en 1965, se formó en Austin, Texas, un grupo que sería el primero en llamarse a sí mismo «psicodélico» : The 13th Floor Elevators.

Ellos han sido la máxima referencia para toda una pléyade de conjuntos durante décadas, entre los que sin duda destacan The Black Angels, también originarios de Austin y considerados por muchos entendidos como sus «descendientes» en este siglo XXI. «Cuando escuché a los Elevators, me cambió la vida», asegura Christian Bland, el guitarrista. «Recuerdo perfectamente la primera vez que oí una canción suya –continúa el músico–. Fue en unas vacaciones de la Universidad, cuando tenía 19 años. Los descubrí en un sitio llamado Vinyl Fever, en Tallahassee, Florida. Recuerdo estar oyendo ese sonido salvaje que usaban sólo ellos, creado con una jarra de agua, y decir, “¿pero qué demonios es eso? Fui absorbido por cada elemento de su música, sobre todo por la voz de su cantante, Roky Erickson».

Curiosamente, el nombre de Los Ángeles Negros no es un guiño a la obra del grupo tejano, ni siquiera a alguna leyenda dela psicodelia californiana, sino todo lo contrario: rinde homenaje al grupo que emergió como respuesta a todos ellos, en la Costa Este. «Para el nombre de nuestro grupo tomamos parte del título de la canción de The Velvet Underground , “The Black Angel’s Death Song”», explica Bland, que ahora ha cerrado el círculo titulando a su nuevo disco «Death Song». «Lo hemos llamado así porque “Canción de muerte” encaja en el concepto del álbum».

Un duro golpe

Ese concepto está marcado por lo que ellos llaman «el caos moderno» provocado por la elección de de Donald Trump , un duro golpe para esta banda que además de crear música, se implica en movimientos sociales. «Creo que la últimas elecciones fueron una llamada a la acción en EE.UU.», dice Bland intentando ver el lado positivo del asunto. « Estamos tocando fondo como país con Trump en la presidencia. La situación actual de mi país me recuerda a la película de Mike Judge, “Idiocracy”. Pero como digo, esto ha despertado conciencias y ha levantado del sofá a muchos, y ahora tengo la esperanza de que no sea reelegido, y de que el 20 de enero de 2022 se abra una etapa más positiva. Pero eso sólo ocurrirá si el pueblo americano se despierta de su letargo».

A pesar de ser anti-Trump y de involucrarse en luchas sociales, Bland sabe que sus hábitos como ciudadano norteamericano le hacen caer en constantes contradicciones. «Sí, ese pensamiento me genera tanto odio que sólo me queda buscar vías de escape a través de discos, libros, películas, el arte y el diseño… Hay mucha gente asquerosa en este mundo, pero también hay algunas personas bellas, gente increíble que tiene buen corazón y que se preocupa por hacer las cosas mejor, y alrededor de esas personas es donde nosotros gravitamos», admite. Y ahí es donde entra la música.

Un arte que para este quinteto, concede una libertad total para crear y con la que pueden evadirse a esas dimensiones, esos universos paralelos que evocan los viajes de LSD que tanto marcaron la juventud de su héroe, Rocky Erickson, y que también recrean a nivel visual en unos conciertos que acaban convertidos en auténticos rituales.

Los Black Angels visitan hoy la sala Joy Eslava (20h, 29 euros) para dar un esperadísimo concierto en Madrid, ciudad que no visitan muy a menudo. Donde sí se les puede ver todos los años es en el festival que montan cada verano en su ciudad, Austin, bautizado Psych Fest y ahora renombrado Levitation. Una cita que es toda una referencia internacional, y que sólo es una más de las facetas de este singular colectivo de artistas. «También tenemos un sello», añade Bland. «Sufrimos un pequeño traspiés financiero cuando se canceló el Levitation en 2016, pero aún seguimos dando caña y esperamos continuar editando discos con regularidad».

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