sin Acritud
Clima hostil
No hay ningún debate político en el que se deje el más mínimo resquicio para el debate honesto, para el entendimiento
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Iniciar sesiónCrónica del Pleno del mes de noviembre en el Ayuntamiento de Cádiz. Clima hostil. Crónica de la doble sesión de debate sobre el estado de la Comunidad en el Parlamento de Andalucía. Clima hostil. Y eso que tanto Bruno García como Juanma Moreno disfrutan ... de una plácida mayoría absoluta. O quizá precisamente por eso. A la oposición no le queda más remedio que recurrir al ruido. A las faltas de respeto. Hasta a la utilización de una señora enferma de cáncer para que grite su drama en sede parlamentaria. Qué decir de las sesiones en el Congreso de los Diputados. Clima hostil es quedarse muy muy corto. Claro que allí el Gobierno no disfruta precisamente de una mayoría. Como dijo alguien esta misma semana, tiene una «minoría absoluta». Por no contar ya no cuenta ni con los votos de Ábalos, que duerme a la sombra desde el jueves. Ni de Podemos. Ni de Junts. Vivimos en una España políticamente bloqueada por la mezcla de incapacidad y de soberbia que definen a Pedro Sánchez. El drama de todo esto es que hemos -han- convertido nuestro país en un lugar en el que ya no hay espacio para la moderación, para el entendimiento. En general, para los políticos sus intereses partidistas siempre han estado por encima de los de los ciudadanos. Pero en estos últimos años lo han llevado a un extremo irrespirable. Unos mucho más que otros, evidentemente.
Imagínese que los encargados de mejorar la vida de la gente -esa es la definición última de política, para eso se les vota- optaran por tratar de hacer una oposición constructiva. Que de verdad el PSOE andaluz estuviera interesado en solucionar los problemas de los cribados y mejorar la sanidad. No va a ocurrir. Ni aquí ni en Madrid, donde la batalla está perdida. Con un gobierno abonado a la mentira, cercado por la corrupción, sin presupuesto desde hace tres años y con la mayor debilidad parlamentaria de la historia sólo cabe esperar que pase el tiempo hasta las próximas elecciones. Y sobrellevar lo mejor posible este clima hostil, que lo único que ha generado es un total desapego de los ciudadanos hacia sus dirigentes.
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