El misterio de María

Alumna invidente del IES «Serranía Baja» de Landete, será premiada en el Día de la Enseñanza de Castilla-La Mancha

Toledo Actualizado: Guardar
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María Luisa, la madre de María Cuenca Argudo (Valencia, 2000), no se podía creer que todo un consejero de Educación de Castilla-La Mancha le estuviera hablando por teléfono la noche del pasado 19 de enero. «¡Nunca antes me había llamado un miembro del Gobierno regional, pensé que era una broma!». Nada de eso. María Luisa recibió en su móvil una llamada de Ángel Felpeto para comunicarle que su hija iba a ser premiada el 17 de marzo en el Día de la Enseñanza.

María es la única alumna invidente del instituto de Educación Secundaria «Serranía Baja» de Landete (Cuenca), donde estudia cuarto de ESO. Este viernes, en Talavera de la Reina, recibirá un premio por su esfuerzo permanente para superar dificultades.

«Va bien con sus estudios, aunque le está costando mucho trabajo, ¡tiene que esforzarse muchísimo!», explica su madre. «El inglés no le gusta mucho y le cuesta un montón», revela también.

María Cuenca Argudo
María Cuenca Argudo

María se siente como una más en su centro. «Profesores y compañeros se portan muy bien con ella. No he visto que la traten de una manera diferente por ser invidente. ¡María está tan a gusto!», exclama su madre.

La joven, de 16 años, cuenta con material adaptado a su ceguera —un ordenador y una máquina preparada para el sistema braille—, además de acudir a clases extraescolares de Inglés y de Informática.

A María le gusta, precisamente, el mundo de los ordenadores y de los teléfonos, aunque no sabe por dónde encaminará su futuro profesional. «Quiere ir paso a paso, y lo primero es aprobar el Bachillerato», añade su madre.

María, que tiene un hermano mayor (Francisco, de 26 años), vive con sus padres en Garaballa, una población con 70 vecinos que está a 15 kilómetros de Landete. Va al instituto en autobús, pero en invierno, por las heladas y por la nieve, la familia prefiere vivir en Landete. Entonces es su padre, Francisco, quien le acerca en coche al centro educativo.

Cuando María reciba hoy su premio, seguramente se acordará de Lucía Guijarro, su profesora de la Organización Nacional de Ciegos Españoles (ONCE). Ella guía a la joven en los estudios desde que era una niña. «Cuando María tenía dos o tres años, Lucía ya iba hasta Garaballa desde Cuenca (100 kilómetros) para darle mucho apoyo», recuerda su madre. Y esta relación continuó cuando María cursó sus estudios de Educación Infantil y Primaria en el colegio rural agrupado «Ojos de Moya», también en Garaballa. «Lucía iba dos días a la semana al colegio y daba indicaciones a los maestros de cómo tenían que enseñar las asignaturas a María en braille. Ellos no tuvieron ningún problema, y eso que cada año eran nuevos porque cambiaban de destino», recuerda la madre. «La niña se adaptó muy bien al colegio y sacó sus estudios adelante con mucho esfuerzo», añade.

El vínculo entre María y Lucía sigue todavía en el IES de Landete. «Al principio, Lucía estuvo yendo al instituto una vez a la semana, luego cada quince días y ahora una vez cada dos o tres meses», explica María Luisa. De todos modos, cada vez que la joven necesita a Lucía, le escribe un correo electrónico.

En Talavera de la Reina, María se encontrará este viernes con un viejo maestro de Landete, Fernando Guijarro, quien será premiado también por su labor docente. Quizá en ese acto, en el teatro Palenque, la madre de María pueda resolver un enigma: ¿quién propuso a su hija para el galardón que recogerá este mediodía?

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