Kim Jong-un, retratado en la película
Kim Jong-un, retratado en la película

EE. UU. dio el visto bueno a la muerte de Kim Jong-un en «The interview»

Sony consultó con el Departamento de Estado y varios expertos, que aprobaron la polémica escena, según nuevos correos electrónicos

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Mucho antes de decidir cancelar el estreno de «The interview», la película sobre un plan para asesinar al líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, que supuestamente motivó el ataque masivo de un grupo de piratas informáticos, Sony Pictures sopesó la posibilidad de modificar la escena final, en la que muere el dictador. Una secuencia en la que se puede ver cómo un proyectil alcanza su helicóptero y su rostro es abrasado por las llamas antes de que todo salte por los aires.

De acuerdo con nuevos correos electrónicos filtrados por los hackers, de los que se hace eco The Daily Beast, Michael Lynton, consejero delegado de Sony Entertainment, se puso en contacto con Bruce Bennett, analista de la RAND Corporation especializado en Corea del Norte, el pasado mes de junio, para conocer su opinión.

Días antes, Pyongyang había expresado su rechazo tras conocerse la temática de «The interview».

Bennett, lejos de mostrar preocupación, se mostró partidario de mantener intacta la controvertida escena. Y ofreció una serie de razones: «Aunque rebajar el tono del final podría reducir la respuesta de Corea del Norte, creo que una historia que habla de la eliminación de la familia Kim y la creación de un nuevo gobierno por parte del pueblo norcoreano (bueno, al menos las élites) iniciará una seria corriente de pensamiento en Corea del Sur y, creo, en el norte una vez se filtre el DVD (que casi seguramente ocurrirá). Desde una perspectiva personal, preferiría dejar el final como está».

Ese mismo día Lynton responde comentando que un oficial del gobierno de Estados Unidos apoyaba por completo la opinión de Bennett. «Bruce, he hablado con alguien de alto rango en el [Departamento de] Estado (confidencialmente). Estuvo de acuerdo con todo lo que has dicho. Todo». En ese proceso de consultas, desvela el cruce de correos, también participó Robert King, enviado especial estadounidense en Corea del Norte para asuntos humanitarios. King opiniaba que era «la típica intimidación de Corea del Norte, probablemente sin continuidad, aunque nunca sabes con Corea del Norte», según palabras de Lynton.

Nervios en Sony

A pesar de la opinión favorable de los expertos, partidarios de no modificar el final, varios directivos de la compañía audiovisual empezaron a ponerse nerviosos. Amy Pascal, presidenta de Sony Pictures, famosa por sus palabras sobre Angelina Jolie, y por calificar de «despreciable» la actitud de DiCaprio, movió ficha también en junio, tras las quejas de Pyongyang. A su número dos, Jeff Black, le indició que el nombre de Sony debía desaparecer del material promocional y aparecer solo el de Columbia Pictures, el estudio encargado de la distribución.

Ya en julio, van un paso más allá: la escena de la muerte de Jong-un no era una buena idea. «Lo que realmente queremos es que la cara no se derrita y de hecho no verle morir. Una mirada de horror mientras se acerca el fuego es probablemente lo que necesitamos», escribía Lynton a Pascal. Kaz Hirai, máximo dirigente de la matriz, Sony, también se sumó a la rueda de consultas, lo que motivó un intenso debate entre Pascal y Seth Rogen, codirector y coguionista.

Corría el mes de agosto cuando Pascal escribe a Lynton: «¿Estás teniendo unas buenas vacaciones? Acabo de llegar a Bali. Seth Rogen me está volviendo loca». «Sí, lo he oído todo. Parece que te volverá loca por un tiempo», responde él. «Hasta diciembre», replica ella. A finales de septiembre, Rogen da su brazo a torcer. «Lo haremos menos macabro. Ahora hay cuatro marcas de quemaduras en su cara. Quitaremos tres y dejaremos una. Reduciremos el pelo en llamas en un 50%», escribe a Pascal. «No podemos oscurecer más la explosión de la cabeza porque (...) no se verá que explota y el chiste no funcionará. ¿Crees que esto ayudará? ¿Es suficiente?», añadía Rogen.

Lo fue durante un tiempo, puesto que los jefes de Sony se dieron por satisfechos, aunque optaron por censurar esa escena en varios países. No contaban con el ciberataque y las amenazas que, finalmente, han dado jaque mate a «The interview».

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