La historia real que inspiró el anuncio de la Lotería de Navidad

El creador del spot, Juan García Escudero, revela algunos secretos de producción del anuncio

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Este año, el anuncio de la Lotería de Navidad ha renunciado a los personajes famosos y ha recurrido a una historia emotiva, ambientada en un bar de barrio, en el que el camarero de toda la vida guarda a su cliente habitual un boleto ganador de la Lotería. Lo curioso del argumento de este spot, que ya se ha visto envuelto en alguna que otra crítica, es que está insipirado en una historia real «pero que acabade forma más realista», cuenta el creador del anuncio y director general creativo de Leo Burnett, Juan García Escudero, en una entrevista a Vanitatis.

«Mi tío Enrique, que hasta hace nada trabajaba en un hospital en Palencia, se fue de vacaciones un año en Navidad y no pudo comprar el décimo de siempre.

Nadie se acordó de guardárselo y justo tocó. Y mi abuela (su madre) nunca se creyó que no le había tocado», explica Escudero. «Se nos ocurrió la idea de que sería bonito llegar a tu bar de toda la vida y ver que te han guardado el boleto», comenta.

El creativo también desveló otros secretos del spot. Por ejemplo, la palabra compartir aparece tantas veces porque fue el concepto que les diferenció en el concurso que organizó Loterías. «Este sorteo se juega diferente al resto. No es como el Euromillón, que lo compras, te toca y ya está. En el de Navidad tenemos un ritual de encontrar un número y compartirlo con la gente. Es muy bonita esa idea: la gente juega en común y gana en común».

Además, decidieron emplear gente real para su producción, que ascendió a 800.000 euros, porque se percataron de que «este sorteo cambia la vida a la gente de verdad. Y eso es muy poderoso, mucho más que la fantasía. Nos soprendió cuando nos dimos cuenta de que ese ángulo no se había explotado aún».

García Escudero también aclaró el error ortográfico que muchos han criticado: el «elejir» que aparece en un cartel del bar. El creativo ha explicado que ya estaba en el bar y que no podían quitarlo. «Me da un poco de pena que la gente se fije en esas cosas porque en el fondo es reirse de un barrio humilde, en el que unos señores tienen una falta de ortografía en su bar de toda la vida. [...] En el rodaje lo vimos y dijimos: ¿Qué vamos a hacer, borrarle el mensaje a este hombre?», se pregunta.

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