El nuevo rector de la Complutense, Carlos Andradas, durante un momento de la entrevista
El nuevo rector de la Complutense, Carlos Andradas, durante un momento de la entrevista - oscar del pozo

Carlos Andradas: «Los estudiantes podrán pagar por mensualidades»

La nueva modalidad de abono de tasas estará lista en septiembre: «No quiero que nadie que vale se quede fuera por falta de recursos»

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En su toma de posesión y la presentación de su equipo, se colgó el cartel de «agotadas las entradas». Hay expectación y ganas de cambio en la Universidad Complutense (UCM). Carlos Andradas, el nuevo titular desde el 13 de mayo, no es nuevo en esta plaza. Ya fue vicerrector y compañero de José Carrillo, el rector de los últimos cuatro años. En esta entrevista a ABC, la primera a un diario, confiesa que tiene cuatro años para demostrar que quiere ser el rector de todos y devolver el prestigio a esta institución con más de 500 años de historia.

—Era su segundo intento y lo avisó: "Ahora o nunca. No habrá una tercera vez". Ya es rector.

—Sí, así ha sido.

Me siento en casa. Esta es mi casa. Ahora hay que trabajar.

—¿Podrá quitarse el sambenito de haber formado parte de un Rectorado, el de Berzosa, que acumuló la deuda histórica de 150 millones?

—Yo miro hacia delante. El mensaje es que la Complutense está cargada de ilusión y expectativas.

—¿Cómo va a ser su relación con la Comunidad de Madrid? ¿Procurará entenderse con el próximo Gobierno regional?

—Felicité a Cristina Cifuentes. Luego ella me ha llamado a mí.

—¿Cree que será una presidenta regional sensible a su petición de la bajada de tasas universitarias?

—Me dijo que quería tener una interlocución directa y fluida con los rectores. Sabe que la subida ha sido muy fuerte –el 62% en los últimos dos años– y en Madrid las tasas son mucho más altas.Eso no ayuda para captar a alumnos y hace que los nuestros se vayan fuera. Es consciente de mirar con perspectiva. Se decantaba por planes bianuales, pero hay que sentarse y planificar; implantar una financiación base que se complemente con otra variable; es decir, por objetivos.

—¿Podría la Complutense sacar dinero que no fuera únicamente público? Es decir, patentes, mecenazgo, cursos...

—Primero hay que estabilizar lo que recibimos de la Comunidad de Madrid. Otra gran parte viene de las tasas, que habrá de bajarlas, gradualmente, a niveles de 2010 más o menos. Y, por descontado, hay que generar recursos propios por formación [tasas], formación permanente, investigación, asesorías, títulos propios; convenios con otros países, con empresas y con la iniciativa privada. Hemos pensado, incluso, en un título de «expertos a la carta». La UCM tiene que ponerse las pilas y captar más fondos. Nosotros lo que tenemos es conocimiento. Vamos a aprovecharlo.

—A las familias lo que les preocupa es el precio. ¿Es cierto que podrán pagar en cómodos plazos?

—En efecto. Ahora mismo ya se puede abonar la tasa por plazos. La novedad es introducir una modalidad de pago mensual. Los nueve del curso.

—¿Qué alumnos se beneficiarán de ese fondo de un millón de euros que usted ha anunciado para paliar la subida de tasas?

—Estamos fijando los niveles de ingresos familiares desde los que se podrá acceder al fondo de ayudas, para buscar un equilibrio entre esos ingresos y la cuantía de la ayuda. También habrá que ver el patrimonio familiar. Creo que el umbral adecuado de partida es el que se mueve en los 14.000 euros anuales para una unidad familiar de un miembro, hasta 24.000 si es de dos miembros, y hasta 32.000 para la unidad familiar de tres miembros. Pero, ya digo, hay que estructurarlo.

—La UCM tiene 500 profesores menos que hace dos años. ¿Cómo frenará esa sangría?

—Incorporando a jóvenes. Va a haber contratos posdoctorales con normas y convocatorias públicas, tanto nacionales como internacionales.

—¿De qué forma está cumpliendo su compromiso de ser el rector de todos? ¿También de sus contrincantes y de quienes no le votaron?

—Lo estoy demostrando. Cuento con la opinión de los que fueron mis adversarios en las elecciones. Mi equipo, el de las cinco «c» (competencia, compromiso, confianza, cercanía y Complutense), tiene vocación de trabajo.

—¿Tiene gente próxima a Federico Morán, el candidato más conservador, por ejemplo?

—Sí, la tengo.

—Habla de mejorar la imagen de la UCM. ¿Eso es admitir que es mala?

—Lo que queremos es cuidarla. Que se hable de ella por las cosas que hacemos, por su calidad de formación y de investigación, por su actividades culturales, por tener un campus que sea un foco de atracción para la sociedad en general.

—Es cierto, dijo que quería crear «rutas» para atraer a los ciudadanos

—Efectivamente. Se trata de aprovechar que es una universidad urbana. Que vengan a pasear, a ver nuestros museos; que descubran toda la riqueza natural y arquitectónica que tenemos en los campus.

—¿Llamará a la Policía cuando tenga un «macrobotellón»?

—Reconozco que existe un lío de competencias. Nos tendremos que sentar con el Ayuntamiento y la Delegación del Gobierno. A nadie le interesa esa mala imagen y ver a los jóvenes poniendo su vida en riesgo con la ingesta masiva de alcohol. Eso nada tiene que ver con la diversión. Y, ojo, hay que erradicar la venta de alcohol fraudulenta, que la hay, dentro del campus.

—¿Tienen las capillas de la Complutense fecha de caducidad?

—Yo soy respetuoso con todas las creencias. Y, cuando digo todas, me refiero a todas. Creo que habría que ir hacia la configuración de espacios multiconfesionales, ecuménicos... Pero esto también hay que estudiarlo con mucha calma. Sin restarle importancia, a mí interesa mucho más hablar de calidad docente y de investigación.

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