Dos agentes limitan el punto donde se originó un fuego
Dos agentes limitan el punto donde se originó un fuego - efe

La cifra de incendiarios imputados en Galicia roza los 500 en el último lustro

Aprovechan los días de más calor y viento para prender fuego al monte. La reforma penal contempla para ellos condenas de hasta 6 años de prisión

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La cifra de incendiarios imputados en la Comunidad gallega durante el último lustro roza ya el medio millar de personas. Según datos aportados por el Gobierno autonómico, en lo que va de año las fuerzas de seguridad han acusado a 56 personas de prender fuego al monte. Este número se suma a las 75 imputaciones contabilizadas en 2014 y al encadenado de 122, 198 y 83 acusaciones registradas entre el 2011 y el 2013. La última actuación de las fuerzas de seguridad contra un presunto incendiario tuvo lugar ayer mismo en el municipio lucense de Vilalba, donde un vecino fue detenido por un incendio que arrasó una superficie de 17.000 metros cuadrados.

Las estadísticas revelan que en muchos de estos casos los fuegos se deben a quemas negligentes.

Pero los estudios también advierten que ocho de cada diez fuegos que se producen en Galicia son reincidentes, es decir, que se repiten año tras año en los mismos lugares. Estas aparentes coincidencias guardan una estrecha relación con una fórmula que nunca falla. Los incendiarios tienden a moverse siempre en la misma zona y esperan a que las condiciones climáticas sean lo más extremas posibles para prender la llama. Jornadas en las que el viento supera los30 kilómetros por hora, las temperaturas sobrepasan los 30 grados y la humedad relativa baja la letal barrera del 30 por ciento son las predilectas de los incendiarios para actuar. La mejor hora, tal y como reconocen los brigadistas que se ocupan de la seguridad de los montes, es el atardecer. El momento en el que los medios aéreos empiezan a retirarse por las restricciones a volar durante la noche y todo queda en manos de los efectivos contra el fuego.

Imprudencias y voluntariedad están detrás del 96 por ciento de los incendios que se producen en España al cabo del año. Una lacra que, solo en el caso de Galicia, cuesta al año más de 90 millones de euros. Para plantar cara a los autores de estas masacres forestales, la reforma del Código Penal en vigor desde el pasado julio contempla penas de hasta 6 años de prisión para los incendios más graves. En Galicia —una de las comunidades con mayor actividad incendiaria— se han detectado pequeños grupos de incendiarios que actúan de forma conjunta para poner en jaque a vecinos y municipios enteros. Tras unas jornadas de aparente calma, auspiciadas por las lluvias y el descenso de temperaturas, en la tarde de ayer se originaba un fuego que al cierre de esta edición superaba las 20 hectáreas en la localidad de A Pontenova. El fuego de Cualedro, activo desde el lunes, quedó sofocado ayer con un saldo de hectáreas quemadas de 324.

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