Un brigadista observa como un hidroavión realiza labores de extinción en Castro de Beiro (Orense)
Un brigadista observa como un hidroavión realiza labores de extinción en Castro de Beiro (Orense) - efe

Los incendiarios llevan al rural gallego al límite para «generar miedo»

Más de 6.000 hectáreas han ardido en lo que va de año a lo largo de toda la Comunidad

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Las últimas cifras de incedios dejan un panorama desolador en los montes gallegos. En la madrugada del pasado martes, la Comunidad despertó con un total de 41 fuegos contabilizados desde las 21 horas del día anterior hasta el propio martes a las 9 de la mañana. Una intensa actividad incendiaria que el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, describió como una prueba de la intencionalidad de la mayoría de ellos. «Durante esas horas es cuando los medios aéreos no pueden actuar, está claro que hay un problema detrás: hay incendiarios». Apoyando esta teoría, ayer prestaron declaración seis personas por su posible implicación en incendios forestales. Por su parte, el secretario general de Montes, Tomás Fernández-Couto, los calificó de «delincuentes peligrosos» y aseguró que la única explicación posible es el intento de «generar miedo y alarma».

La razón principal, según el encargado de Montes, se escapa de «nuestras realidades», ya que se producen en zonas cercanas a viviendas y que representan un serio peligro que no parece accidental. El año pasado fueron detenidas un centenar de personas por su supuesta vinculación a alguna de estas acciones delictivas. Además, Fernández-Couto señaló que «me llama la atención que nadie vea ni sepa nada», ya que suele tratarse de gente próxima a la zona y que conoce cómo acceder a ella. Aprovechó también para pedir más colaboración ciudadana, que no denuncia «por miedo».

Por su parte, Feijóo apuntó que las causas se alejan de la recalificación del terreno y que los montes serán reforestados «con carácter general». Recordó igualmente que en Galicia hay «cada año más masa forestal», tanto por la propia capacidad de autoregeneración «como por la acción de los propietarios». Asimismo, destacó el trabajo de todas las personas colaboradoras con el operativo contraincendios. «Se encuentra a pleno rendimiento y funciona con gran eficacia», apuntó el secretario. El presidente también quiso hacer mención a que las superficies quemadas «nunca han superado las 250 o 300 hectáreas, gracias a los medios desplegados». Extremo que también quisieron destacar durante la reunión celebrada ayer para la planificación y coordinación policial en la Secretaría General de Medio Rural y Montes.

Obligaciones municipales

La ley de 2007 que obliga a los propietarios a mantener limpia un área de 50 metros próxima a las viviendas tampoco se está respetando, según aseguró el representante de la Consellería de Medio Rural. La misión de los Ayuntamientos es velar por el cumplimiento de esta normativa y es a ellos a quienes corresponden las críticas vertidas sobre la labor de la Xunta. «Estas medidas preventivas podrían ser realizadas de forma gratuita para los fondos públicos si se cargara contra los terratenientes que no siguel la norma», señaló Fernández-Couto. Del mismo modo, se acabaría con uno de los peligros más destacados de los últimos días, con incendios en torno a Santiago y los seis recientes de la ciudad de Orense.

Tanto Fernández-Couto como Núñez Feijóo tienen claro que éstas son, junto con las «claras intenciones de sembrar el pánico», las causas principales de los datos de los primeros ocho meses del año. Tan sólo hasta el momento han ardido más de 6.000 hectáreas en toda Galicia, la mayoría durante la época estival. La intencionalidad y la vigilancia de las zonas más afectadas son objetivo prioritario de la prevención.

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