El Bernardo Alfageme, ya instalado en la rotonda
El Bernardo Alfageme, ya instalado en la rotonda - efe
conflicto en vigo

Caballero consuma la última travesía del pesquero Bernardo Alfageme

La colocación del barco en una rotonda del barrio vigués de Coia movilizó a cerca de un centenar de agentes, entre nacionales y locales

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El Bernardo Alfageme emprendía ayer su última travesía, quizás la más difícil de sus setenta años de historia. Desde que se diera a conocer la noticia, la oposición vecinal, levantada en armas contra el traslado del barco (el único pesquero de altura que se conserva de la primera mitad del siglo XX) a una rotonda en el barrio vigués de Coia, no ha escatimado esfuerzos para forzar al alcalde, el socialista Abel Caballero, a dar un paso atrás. Pero si hay algo que no se le podrá achacar al munícipe es que no sea un hombre de palabra. Desde el principio advirtió que «pasaría por encima de quien se opusiera al emplazamiento del buque».

Su amenaza se materializaba este miércoles, no sin la presencia de un colectivo vecinal que durante los meses que dura el conflicto

le ha causado más de un quebradero de cabeza. Apostados sin descanso en las inmediaciones de la glorieta para evitar los trabajos de acondicionamiento, la cruzada de la asamblea abierta de Coia llegaba ayer hasta el muelle número 4 de Beiramar. Allí esperaba el Bernardo Alfageme subido en un camión para su traslado final. Desde primera hora de la mañana en Vigo mucha gente daba por sentado que «se iba a montar» y no les faltaba razón.

En la zona, algunos de los convocantes anunciaban sorpresas. ¿Cuándo? «Dependerá de los tiempos del traslado», afirmaba uno de sus portavoces. Unos 150 opositores se llegaron a concentrar en las inmediaciones del muelle donde entonaron algunas de sus ya conocidas consignas. «¡Carmela cuatro sueldos y las familias sin comer!»;«¡Abel, cacique, el pueblo no te admite!»; «¡El barco en el mar y el dinero a uso social!»; «¡Mas justicia y menos represión!»; «¡No puede ser el barco en la rotonda y las familias sin comer!»…

Entrada ya la madrugada, pese al frío, los ánimos empezaban a caldearse. El encendido de la marcha atrás del camión que portaba el Alfageme dio la señal que todos estaban esperando. Entre un fuerte dispositivo policial, con unos 60 agentes antidisturbios de la Policía Local y la Nacional, más otros efectivos de apoyo que en pocos minutos sitiaban la zona, Caballero consumaba el traslado del barco desde el puerto de Vigo, donde permanecía mientras le daban los últimos retoques, hasta la rotonda de la avenida de Castelao.

Ya en el tramo final del recorrido, que siguieron en directo aunque desde una posición apartada los concejales Carlos Font y Ángel Rivas, la Policía desalojó a los vecinos que ejercieron resistencia pasiva tumbándose en medio de la vía y encadenándose a semáforos. Pese a sus esfuerzos, el Alfageme amanecía hoy estrenando nueva ubicación.

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