Miguel Ángel Escotet, presidente de Afundación, junto a Pedro Otero, gerente
Miguel Ángel Escotet, presidente de Afundación, junto a Pedro Otero, gerente - efe

Afundación se marca como objetivo «clave» el déficit cero en 2017

La entidad contará con una inversión social de 125 millones en el próximo quinquenio

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«Una entidad con vocación pública, pero de origen privado, que busca sobre las bases pasadas nuevas acciones de impacto», porque «ésta ya no es la fundación de unas cajas», eran palabras de Miguel Ángel Escotet, el presidente de Afundación, quien ayer presentaba junto al gerente, Pedro Otero, el plan estratégico de la entidad para los próximos cinco años. Un proyecto que sienta sus bases sobre la irrenunciable premisa de lograr la autosuficiencia financiera en 2019 y que para ello se marca como objetivo alcanzar el déficit cero a partir de 2017.

Una meta ambiciosa, así lo reconocía este jueves el propio Escotet, ya que descartan deshacerse del patrimonio y tocar la plantilla, a la vez que se incrementa el gasto social.

La clave, desveló su presidente, «eficiencia y rentabilidad». Esto es, racionalizar el gasto, optimizar los recursos y no solo mantener el nivel de actividad, sino «intensificarlo».

Para ello, y focalizando su estrategia en tres ejes fundamentales: la educación superior, el envejecimiento activo y la cultura, invertirá 125 millones de euros en el próximo quinquenio. De estos, 29 se reservan para el presente 2015, de ellos cinco los aporta Abanca, al igual que en cada anualidad hasta 2019. A partir de entonces, destinará el 3% de sus beneficios netos, con un mínimo garantizado de 5 millones en los 25 años siguientes.

Con un déficit de 6,8 millones al cierre de 2014, sin contar con la aportación de su principal mecenas, la previsión es que en un plazo de dos años sea autosuficiente y pueda dedicar unos 100.000 euros al fondo de reserva, para sumar 6 millones hasta llegar a los 79. Es la fórmula que asegura su sostenibilidad futura.

La hoja de ruta inicial, siempre teniendo en cuenta que las «fundaciones son algo vivo», señaló Escotet, es desarrollar un modelo de educación superior innovador y de calidad, orientado al mundo de la empresa; potenciar el papel activo de los mayores; y fomentar el conocimiento y desarrollo de las personas a través de la cultura.

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